SOMOSMASS99
Pedro Salmerón*
Miércoles 25 de mayo de 2022
Mucho se ha mencionado recientemente a Adolfo López Mateos, el expresidente de México que en 1958 tomó la decisión de nacionalizar la industria eléctrica. Sin dejar de reconocer ese acierto en favor de los intereses del pueblo mexicano y de la Nación, es menester recordar también qué López Mateos se distinguió por la intensa represión puesta en práctica por su gobierno como respuesta al surgimiento de movimientos políticos y sindicales en demanda de la democratización del país.
El siguiente es un recuento de los hechos de represión sucedidos durante el sexenio en el que López Mateos fue presidente:
- El Movimiento Revolucionario del Magisterio, encabezado por el profesor Othón Salazar, inició una serie de movilizaciones para democratizar el sindicato y por aumento salarial, pues los salarios reales se habían deteriorado considerablemente tras la reciente devaluación del peso. El gobierno reprimió violentamente las manifestaciones y encarceló al profesor Salazar.
- El Ejército ocupa las instalaciones del Sindicato Ferrocarrilero, encarcelando a tres mil trabajadores que luchaban por sus derechos y dejando a nueve mil sin empleo. El secretario general del sindicato, Demetrio Vallejo, y otro dirigente, Valentín Campa, permanecieron más de once años en la cárcel, acusados de delitos inexistentes o inflados, aunados al famoso y anticonstitucional delito de “disolución social”.
- El gobernador de Guerrero inicia la represión violenta contra la Unión Cívica Guerrerense, fundada el año anterior para oponerse al despotismo gubernamental y al asesinato de medio millar de disidentes solamente entre 1957 y 1960. El dirigente visible de los cívicos, profesor Genaro Vázquez Rojas, sería, a la postre, arrojado a la clandestinidad por la represión gubernamental.
- Se funda el Movimiento de Liberación Nacional con el propósito de unificar a la izquierda nacionalista contra las políticas entreguistas del gobierno. De inmediato empiezan las presiones y ataques abiertos contra sus dirigentes.
- Un destacamento del Ejército, por órdenes del presidente de la República, sacó de su casa, en Tlaquiltenango, Morelos, al dirigente campesino Rubén Jaramillo, a su esposa Epifania, que estaba encinta, y a sus pequeños hijos Enrique, Filemón y Ricardo. Dos horas después la familia fue acribillada en las cercanías de las ruinas de Xochicalco, consumándose así un atroz crimen de Estado contra un hombre que había luchado por los derechos campesinos desde tiempos de Zapata −en cuyas filas llegó a coronel− y contra niños y mujeres.
- El doctor Salvador Nava Martínez, a quien un movimiento social había llevado a la presidencia municipal de San Luis Potosí venciendo al candidato priísta respaldado por el cacique estatal Gonzalo N. Santos, fue arrestado y torturado por órdenes del gobernador del estado, luego de una lucha democratizadora que ya había tenido un saldo de varios asesinatos políticos. El doctor Nava, torturado y amenazado, se retiró por dos décadas de la vida política. Regresaría.
- Los médicos residentes e internistas del Hospital 20 de noviembre, del ISSSTE, exigieron que les pagaran salarios atrasados y en respuesta fueron despedidos 206 de ellos. De inmediato, se formó una asociación que realizó paros en diversos hospitales hasta que el presidente de la República prometió estudiar sus peticiones. Sus promesas fueron falsas y al año siguiente reinició un movimiento que terminó con la entrada de la policía a tres hospitales, el secuestro de enfermeras, el despido de cientos de médicos y el encarcelamiento de docenas de dirigentes.
* Esta es una colaboración del Colectivo Miguel Hidalgo de Celaya, Guanajuato, al que pertenece el autor.
Imagen de portada: Adolfo López Mateos, presidente de México de 1958 a 1964. | Foto: Archivo Casasola / Fototeca Nacional del INAH.
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