SOMOSMASS99
Edgar Cortez
Martes 22 de octubre de 2019
La desaparición forzada de personas es una vieja práctica en México y sigue sucedido hasta el día de hoy con total impunidad.
En los últimos días desaparecieron un par de conocidos activistas sociales en Chihuahua y Guerrero y, a pesar de la denuncia pública y la exigencia por su localización, las cosas no van nada bien.
El 13 de octubre desapareció Cruz Soto Caraveo en la región de Temoris, Chihuahua, pues un grupo de hombres armados lo privó de su libertad sin que durante casi una semana se tuviera información sobre su ubicación. El señor Soto junto con su familia y otras personas fue desplazado de su comunidad desde 2014 por amenazas del crimen organizado (http://bit.ly/2VWPXOZ).
Finalmente el sábado pasado Cruz Soto fue encontrado muerto en una brecha en el municipio de Guazapares, en Chihuahua.
El segundo caso es del dirigente social Arnulfo Cerón Soriano quien fue desaparecido el 11 de octubre en Tlapa, Guerrero. Según la información disponible, Arnulfo se dirigió a un grupo de AA pero no llegó a la reunión y desde entonces se desconoce su paradero (http://bit.ly/2BtqtiB).
En este caso el Centro de Derechos Humanos Tlachinollan y el Frente Popular de la Montaña, del cual es dirigente Arnulfo Cerón, han mantenido una permanente exigencia de presentación con vida y una investigación sobre la desaparición, desafortunadamente sin resultado alguno.
En estos casos hablamos de un par de activistas sociales que trabajan en pro de causas colectivas, cuyas desapariciones han sido denunciadas por organizaciones prestigiosas de derechos humanos: el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres en Chihuahua y el Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, en Guerrero.
Como ya mencionamos Cruz Soto fue asesinado y Arnulfo Cerón sigue aún desaparecido.
Estos dos casos suceden cuando ya existen diversas leyes sobre desaparición y víctimas (Ley General de Víctimas y las leyes locales respectivas así como las Ley General sobre Desaparición Forzada, Desaparición cometida por particulares, y del Sistema Nacional de Búsqueda, igual que sus equivalentes locales).
Estas leyes han dado lugar a la creación de diversas instituciones como las Fiscalías Especializadas en Desaparición, Comisión Nacional de Búsqueda y Comisiones locales, Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y Comisiones locales, entre otras.
Son embargo toda esta nutrida burocracia sigue siendo incapaz de buscar de manera diligente y localizar lo más pronto posible con vida a las personas desaparecidas.
Las desapariciones no se detienen y la búsqueda es lenta, tortuosa y frustrante para las víctimas. ¿Qué estamos haciendo mal?
Imagen de portada: Retratos de desaparecidos en un muro del Museo Casa de la Memoria Indómita. | Foto: desInformémonos.
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