SOMOSMASS99
Juan José Martínez Bolaños
Martes 19 de junio de 2018
¿Alguna vez han tomado una decisión sin evaluar las probabilidades del éxito y el fracaso derivado de dicha coyuntura? La mayoría de las veces ponemos sobre la balanza todos los factores posibles que pudieran influir para bien o para mal. Casi de manera natural evaluamos el riesgo antes de dar el paso, consideramos las variables que creemos importantes para procurar obtener el mejor resultado de nuestra decisión, por ejemplo, cuando decidimos qué carrera estudiar, el trabajo que pensamos dejar o iniciar, la ciudad a la que pretendemos mudarnos o de la que decidimos alejarnos, los seres queridos que dejarás en el camino, la batalla que decidimos no combatir o cuando eliges lucharla a pesar del dolor, cuando te rindes, cuando sigues, cuando simplemente huyes o te quedas, cuando luchas y sufres, cuando mueres o vives.
La vida es una carrera que preferimos andar con los ojos bien abiertos, y la peor pesadilla que podríamos vivir sería enfrentarla a ciegas, expuestos a sus peligros y sinuosos caminos. Sin embargo y para nuestra desgracia así estamos, sin saberlo pero así andamos, ciegos, porque como diría Saramago, en realidad nos hemos quedado ciegos, no sabemos por qué y quizá algún día lleguemos a saberlo, pero hoy por hoy somos ciegos, “ciegos que ven, que viendo, no ven”.
Los últimos meses hemos caminado ciegos en un lodazal que nos lleva a tomar una decisión muy importante, quién nos gobernará. La mayoría decidiremos en la penumbra de nuestra conciencia, porque, con toda la maraña informativa generada en estos ruidosos días, donde nos atragantamos de información verdadera, falsa, mal intencionada o engañosa, sólo podemos estar seguros de que en realidad no sabemos nada. Estamos ciegos.
¿Por qué ciegos? No por ausencia de luz como afirmaría Saramango en su ensayo, sino por la venda que nos han impuesto los que sí ven, los de arriba, y lo explico de la manera siguiente: Mi madre se tostó la piel empujando un diablito con mercancía que ofrecía de casa en casa para que yo fuera a la primaria, a la secundaria, preparatoria y universidad. Su enseñanza me forjó el carácter para seguir y estudiar una maestría. Después, y gracias a los maestros de la vida que por fortuna conocí, entendí que nunca se termina de aprender y cuantos libros pude me devoré. Tengo gracias a lo anterior un trabajo que me dio la oportunidad de poder pagar la computadora con la que redacté estas letras, también esta computadora me conduce hasta Ventana al Mundo: Internet. Aun así estoy ciego ante la verdad, porque no nos queda más que la que vemos desde abajo, y desde abajo lo que se ve es muy poco.
En la Ventana al Mundo estudié las propuestas de los candidatos que hoy pretenden gobernarnos y quedé sorprendido de todos, y sin entrar en complejas discusiones de viabilidad técnica de cada plan de gobierno, lo que está plasmado ahí sin duda, y si se aplicara con honestidad, integridad y eficacia nos llevaría a un mejor peldaño en la calidad de nuestras vidas. En letras la mayoría se ve bonito.
También queriendo arrebatarme la venda de los ojos recurrí a la experiencia de los “expertos”. Leí a Ackerman, a Krauze padre e hijo, Castañeda y a Clouthier. Leí también a Galván Ochoa, Poniatowska, a Taibo y hasta a Brozo, y concluí que cada quién tiene una parte de la verdad, o de la mentira. Quedé igual. Imagínese usted lo confundido y ciego que honestamente quedé después de leer las redes y sus miles de comentarios que, cual voraz obsesión, te hostigan llamando corrupto a uno y criminal a otro. Todos buscan persuadirte y casi obligarte a que adoptes su verdad, la única e incuestionable. Salí huyendo.
Pensé entonces con tristeza qué tan ciego estará ese pobre Juan que forma parte de los 53 millones 418 mil 154 mexicanos que vive en la pobreza, o los 9 millones 375 mil 581 mexicanos más que viven en la pobreza extrema, esto según el último Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018 del CONEVAL. Qué tan ciegos estarán estos mexicanos que ni siquiera pudieron sentarse una vez en un pupitre de primaria, no tienen acceso a las complejas plataformas digitales donde yacen las propuestas de Obrador, Anaya, Meade y “El Bronco”. Pero eso sí, quizá les llegó la playera con los colores del partido o la frase de la campaña; les llegó también la sombrilla que tapa el sol en los mítines del pueblo; el morral para cargar el pan, el folleto, el calendario del Mundial de Futbol y la torta que calmó el hambre de ese día que “escucharon” al candidato en la plaza.
Ellos sin lugar a dudas elegirán a ciegas porque tienen cubiertos los ojos por la pobreza y la desigualdad. Ellos elegirán quizás sin ver, pero sí sintiendo, sintiendo el dolor de sus muertos, desaparecidos, enfermos, desplazados o hambrientos. Ellos caminan ciegos este camino y ciegos elegirán a quien los conducirá, y otra vez, sin que haya una manera fácil de explicarlo. Ellos también seguirán siendo, como lo han venido siendo siempre, la fuerza y la asignatura pendiente de este país.
Foto de portada: Nación 321.
1 Comentario
53 millones 418 mil 154 mexicanos que vive en la pobreza es algo que me causo impacto pero los 9 millones 375 mil 581 mexicanos más que viven en la pobreza extrema, eso si que me ah hecho reflexionar que nos hemos convertido en un pais de cifras, en donde lamentablemente abundan mas las cifras negativas! y llamo negatividad a lo que nos hace deslutrar como sociedad, buen articulo. Saludos Jose