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Alfonso Díaz Rey*
Viernes 24 de marzo de 2023
El país que se ha autoproclamado como el guardián supremo de los derechos humanos en el mundo y, al mismo tiempo, quien certifica su observancia e impone sanciones a los países «infractores», Estados Unidos, el pasado 20 de marzo emitió y difundió a través del Departamento de Estado su Informe Anual de Derechos Humanos 2022, informe en el que da a conocer su evaluación de los demás países del mundo en ese rubro.
En un dechado de cinismo, hipocresía e injerencismo en el que se conjugan verdades a medias y mentiras completas, siempre bajo la visión de lo que el mundo debe ser según la óptica imperialista, con un trato diferenciado para con sus aliados e incondicionales, y sobre todo teniendo muy en cuenta los intereses yanquis [1], Washington solamente ve la paja en el ojo ajeno.
Esa hipocresía y cinismo se confirman en la declaración del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, durante la presentación del informe: «[…] estoy orgulloso de mis colegas aquí en el Departamento de Estado, en Washington y en todos los puestos del mundo, no solo por informar y documentar los abusos de los derechos humanos, sino también por aprovechar el poder y el propósito de la diplomacia estadounidense para promover la dignidad humana» (https://www.state.gov/secretary-antony-j-blinken-on-the-2022-country-reports-on-human-rights-practices/)
Ejemplos de la promoción de esa dignidad humana podrían ser: el caso de Julian Assange; las invasiones a Irak, Afganistán, Libia, Siria; el incondicional apoyo a Israel en sus ataques a los palestinos; los bloqueos a Cuba y Venezuela; los golpes de Estado en Chile (1973), Bolivia (2019) y Perú (2023), por citar algunos.
Estados Unidos es un país que carece de calidad moral para hablar de derechos humanos, mucho menos evaluar su observancia en otros, fuera de sus fronteras. Es el mayor violador de esos derechos desde hace muchísimo tiempo ─recordemos que de casi 247 años de vida independiente ha estado en guerra durante 230. Además, es un país que promueve golpes de Estado e invasiones para imponer su modelo de democracia, opera cárceles clandestinas en las que la tortura es algo común, lleva a cabo asesinatos y detenciones ilegales, e impone sanciones unilaterales a quienes no se pliegan a sus designios.
Es este país quien arrogándose la facultad de ser líder y conductor de la humanidad arremete contra Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba, por citar algunos países, por el hecho de no aceptar tutelajes ni seguir las directrices del imperialismo norteamericano.
Con respecto a nuestro país, Estados Unidos desvía la atención de su responsabilidad frente a un grave problema de salud pública como lo es la adicción a las drogas, culpando de ello a México. En realidad es el país con mayor consumo de estupefacientes, en el que el pasado año fallecieron 107 mil 375 personas por sobredosis. Además, ahí es donde se mueve la mayor cantidad de drogas y dinero asociado a ellas, y donde seguramente queda el grueso de las ganancias del narcotráfico.
El tema de los derechos humanos ha sido utilizado por Estados Unidos como argumento para inmiscuirse en asuntos internos de otros países, amenazarlos y sancionarlos; y como pretexto para «cuidar y defender» sus intereses y, en no pocos casos, ampliarlos.
Afortunadamente cada vez son más los pueblos y gobiernos que rechazan esos informes confeccionados con base en mentiras, con innegable doble rasero, injerencistas y, sobre todo, por la calidad moral de quien los elabora.
Nota:
[1]. En la conferencia de prensa por la presentación del informe, el secretario de Estado, Antony Blinken, expresó: «[…] estamos trabajando de diferentes maneras con diferentes países, tenemos una multiplicidad de intereses en los que estamos trabajando, y siempre tratamos de determinar cómo podemos promoverlos de manera más efectiva […] estamos haciendo todo lo posible para promover todos nuestros intereses como podamos». https://www.state.gov/secretary-antony-j-blinken-on-the-2022-country-reports-on-human-rights-practices/
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Imagen de portada: Antony Blinken. | Foto: Departamento de Estado de los Estados Unidos.
1 Comentario
comparto plenamente el contenido del artículo, la cita de Assange me árecio muy oportuna, el imperialismo siempre ha sido cínico