Nostalgia de ti

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Jatzibe Castro*

Miércoles 1 de marzo de 2023

Nostalgia de ti

Solo quedaba un domingo más con tu compañía y ya sentía nostalgia. Sucede que previo al clímax y despedida, hay un periodo de descanso que prepara el duelo. Nuestra relación es unidireccional, periódica e intensa. Unidireccional, porque, aunque la afición es parte de tu existencia, estamos a la distancia cercana o virtual, como un acompañamiento que crea energía en los estadios y frente a la pantalla, por lo general sin interacción directa. Periódica, porque cada temporada dura seis meses de, al menos tres encuentros semanales, que espero con ilusión, a los que dedico mi atención y disfruto al máximo, aun y cuando hay ocasiones que resultan sosos y me provocan sueño. Intensa, porque en y entre los aficionados se genera un ambiente de vigor, ímpetu y algunas veces emociones exaltadas.  

Tu presencia en mi vida empezó durante la tercera infancia, cuando mis padres te disfrutaban, y mi padre tuvo a bien darme las primeras lecciones que me permitieron comprenderte a nivel básico. Provocabas la organización de reuniones familiares que llenaban la casa de algarabía los fines de semana. La extensión del disfrute sucedió cuando mi hermano y amigos participaban de ti y los acompañábamos desde las gradas. 

Más adelante vinieron años de mayor emoción y entrega, elegí a uno de tus protagonistas, me entusiasmó su potencia y fortaleza a la hora de jugar. Mi papá y yo, regularmente antagónicos en preferencias, nos divertíamos con la confrontación lúdica y las apuestas que armábamos para ponerle más emoción a las reuniones en torno a ti. Fueron muchos años que nuestros equipos fueron rivales exitosos, lo que incrementaba el interés en tu existencia. Hubo también tiempos en que me alejé de aquel disfrute, la vida se presentaba llena de distractores, aunque nada impedía que estuviera pendiente, aunque parcialmente, por lo menos la más emocionante parte de cada temporada. Después de gozarte tanto, me quedaron grabados en la memoria del alma momentos especiales y personajes que brillaban realizando proezas.

Cuando mi padre enfermó, perdió el gusto por ti y yo con él. Supongo que le costaba trabajo concentrarse, nos dábamos cuenta que ya no le eras atractivo porque pronto perdía el interés. Durante esos años tampoco te disfruté, aunque añoraba los mejores tiempos con tu compañía y su energética alegría. Solo me enteraba de cómo le estaba yendo a mi preferido y, por lo que recuerdo, sus mejores tiempos habían pasado. 

Cuando mi papá partió, decidí hacer mi duelo pintando, y al hacerlo te escuchaba y veía de reojo, eras una compañía que representaba los momentos felices que pasé al lado de mi padre divirtiéndonos. Fue entonces que me empecé a dar cuenta de que la algarabía de los comentaristas y la cortinilla característica de tu presencia en mi vida, eran remembranza y arrullo.

Hace algunos años decidí incluirte de nuevo como compañero de vida. Mi preferido me entusiasmaba los primeros encuentros y después me decepcionaba cada temporada. Le fui fiel durante muchos años, reiterándole mi confianza cada año, hasta que me cansé. Quería que volviera a mí el máximo entusiasmo por tu presencia, así que tomé una decisión, le di un año más de plazo y como volvió a fallar, decidí cambiarlo por otro. La siguiente temporada observé las alternativas, especialmente aquellos grupos que me habían gustado en otras temporadas. Así lo hice, participé asidua toda la temporada regular y de entre los finalistas elegí al que más me entusiasmó. No fue fácil, había dos o tres opciones que me gustaban mucho, llegó el momento de elegir, lo hice y fuimos campeones. Si, fuimos, porque, cuando te comprometes emocionalmente con alguien, te sientes parte de sus triunfos y derrotas. Me enamoré de su actuación, su alegría, entrega, agilidad, liderazgo.

Ahora ya eres nuevamente parte de mi vida, tal vez tan importante como nunca, y eso provoca que, cuando estás, te disfrute al máximo, esté presente, o no, mi preferido y espere expectante cada lunes, jueves, domingo y algunos sábados; y que, cuando no estás, añore tu regreso, aunque eso implique que desee que pase más rápido el tiempo, lo cual no es grato del todo. Esos meses en que no estás, se pasan lentos, aunque busque nuevas actividades y aproveche la vida de otras maneras. 

Contigo me sucede como cuando estoy leyendo un libro que me encanta tanto que me resisto a terminar y decido posponer la lectura para ampliar el tiempo de disfrute, aunque, en tu caso, eso no depende de mí, así que cada año, durante seis meses, siento nostalgia de ti.

Sé que hay mucha gente a la que no le gustas, para mi eres más que un deporte, más que la mercadotecnia que te rodea y que las apuestas y ganancias monetarias que generas, más que la rudeza, a veces exagerada que te caracteriza… eres los recuerdos fraguados durante años, eres el entusiasmo por las grandes jugadas y los grandes jugadores, por las diversas estrategias que implicas y eres, además de remembranza y arrullo, goce del presente que ahora comparto con mi hija, mi hermano y algunos amigos, aunque sea a la distancia.

* Jatzibe Castro Castro es pintora y escritora.

www.jatzibe.com.mx

Instagram: Jatzibe_Castro

Foto de interiores: Imagen de Internet, intervenida por Jatzibe Castro.

Foto de portada: 3D Animation Production Company en Pixabay / Intervenida por Jatzibe Castro.