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Alfonso Díaz Rey*
Viernes 19 de abril de 2024
A mi sobrina Vera, en su cumple.
Hay fechas vinculadas con hechos históricos o culturales que son recordadas y celebradas por pueblos más allá de las fronteras del país donde tales hechos tuvieron lugar. Ello se debe a la trascendencia e influencia que tuvieron en la vida de esos pueblos o marcaron un punto de inflexión en su desarrollo. Una de esas fechas es el 19 de abril.
En esa fecha, del año 1961, el imperialismo norteamericano sufrió su primera derrota en tierras de Nuestra América.
Desde el triunfo de la Revolución cubana, el 1 de enero de 1959, el gobierno de Estados Unidos desarrolló una serie de planes y acciones, con el respaldo de una intensa y extensa propaganda, cuyo objetivo ─que aún persiste─ era el debilitamiento y división de las fuerzas revolucionarias para romper la unidad del pueblo cubano y derrocar a la Revolución.
Una primera opción de los imperialistas para lograr su objetivo comprendía presiones diplomáticas, agresiones económicas, sabotajes, actos terroristas y apoyos a la contrarrevolución interna. Dado que esa opción no daba los resultados deseados, a partir de enero de 1960 el gobierno yanqui formó una fuerza de tarea y proporcionó preparación militar, armamento y logística a contrarrevolucionarios cubanos y mercenarios, en campos de entrenamiento en Estados Unidos, Guatemala y Nicaragua. El imperio apostaba a la invasión.
Como preludio a la invasión, el 15 de abril de 1961 aviones norteamericanos B-26, con insignias de la Fuerza Aérea Revolucionaria llevaron a cabo un artero ataque simultáneo a los aeropuertos militares en Ciudad Libertad (La Habana), San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba; el objetivo: destruir en tierra los pocos aviones militares con que contaba el gobierno revolucionario para que los buques de la expedición invasora no encontraran resistencia al llegar al sitio de desembarco y crear confusión en la opinión pública internacional, al presentar a los pilotos atacantes como desafectos a la Revolución que se habían rebelado.
El inicio de un primer comunicado del gobierno revolucionario informaba al pueblo cubano:
«A las seis de la mañana del día de hoy, 15 de abril de 1961, aviones B-26 de fabricación norteamericana, bombardearon simultáneamente puntos situados en la ciudad de La Habana, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba, según informes recibidos hasta el presente».
El 16 de abril, en las honras fúnebres a los caídos, Fidel proclamó el carácter socialista de la Revolución. Casi al final de su discurso, remarcó:
«Porque lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí, lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba.
«Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!».
La invasión inició en los primeros momentos de lunes 17 de abril con apoyo naval y aéreo de Estados Unidos, en la zona de Playa Girón, en la costa del Caribe de la antigua provincia de Las Villas –hoy parte de la provincia de Matanzas– y fue detectada de inmediato por elementos de las Milicias Nacionales Revolucionarias.
El imperio esperaba con que al inicio de la invasión se produjeran en diferentes partes de la isla levantamientos de contrarrevolucionarios. No contaron con que la Seguridad del Estado los tenía identificados y, junto con el pueblo, se encargó de apresarlos y neutralizarlos antes que pudieran intentar algo; también, entre los planes del imperio se contemplaba el asesinato de Fidel Castro, como un golpe con efectos desmoralizantes para el pueblo cubano y para los revolucionarios.
La propaganda imperial, en su intento por confundir al pueblo cubano y a la opinión pública mundial difundía, con base en una serie de mentiras, su versión de lo que sucedía. De tal modo que las agencias yanquis de noticias, «informaban»:
La Associated Press:
«Fuerzas anticastristas invadieron hoy Cuba por tres puntos y la principal ciudad en el extremo oriental de Cuba, Santiago, puede estar ya en manos de los invasores. Los milicianos de Castro ya han desertado y la batalla decisiva se realizará dentro de unas horas […]. Los desembarcos de Oriente parecen haber encontrado poca resistencia. En la región de Matanzas se realiza ahora un intento de juntar las varias ramas (sic) del asalto en un solo y potente grupo que pueda cortar la carretera que corre de oeste al este, para luego lanzar una ofensiva final hacia La Habana […]. Los invasores desembarcaron en cuatro de las seis provincias de Cuba, no haciéndolo únicamente en la provincia de La Habana ni en la de Camagüey […]. Se tienen informaciones de que se lucha en las calles de La Habana […]». [1]
La United Press:
«El primer ministro Fidel Castro se ha dado a la fuga y su hermano Raúl fue capturado. El general Lázaro Cárdenas gestiona el asilo político de Fidel». [2]
La realidad, necia, se mostraba totalmente diferente, al grado de que esa efímera aventura fue derrotada en 66 horas. De ello dio cuenta el comunicado número 4 del gobierno revolucionario:
«Fuerzas del Ejército Rebelde y de las Milicias Nacionales Revolucionarias tomaron por asalto las últimas posiciones que las fuerzas mercenarias invasoras habían ocupado en el territorio nacional.
«Playa Girón, que fue el último punto de los mercenarios, cayó a las 5 y 30 de la tarde.
«La Revolución ha salido victoriosa, aunque pagando un saldo elevado de vidas valiosas de combatientes revolucionarios que se enfrentaron a los invasores y los atacaron incesantemente sin un solo minuto de tregua, destruyendo así en menos de 72 horas el ejército que organizó durante muchos meses el gobierno imperialista de los Estados Unidos».
Con la Victoria de Girón se produjo la primera gran derrota del imperialismo norteamericano en América y se ratificó que la voluntad y la dignidad de un pueblo en defensa de su soberanía son superiores al poderío económico y a las armas de un invasor, no importa lo modernas o sofisticadas que éstas sean.
Esa victoria y la lección de dignidad que dieron el pueblo cubano y su dirección revolucionaria tuvieron impacto en muchos pueblos. Y las hicieron suyas.
Cabe señalar que de manera simultánea a los combates por la defensa de su patria, los cubanos desplegaron en la ONU una batalla diplomática, igualmente victoriosa, encabezada por Raúl Roa García, el Canciller de la Dignidad.
Hoy se cumplen 63 años de la Victoria de Girón, hecho que además de derribar el mito de la superioridad yanqui dejó enseñanzas a los pueblos del mundo. Entre otras:
La dignidad y la unidad de un pueblo son esenciales en la defensa de su patria, su soberanía e independencia.
La importancia de la vinculación estrecha entre el pueblo y sus dirigentes, cuando estos representan auténticamente los intereses de la nación.
La mentira y la traición son armas que los imperios siempre han utilizado para imponer su dominio.
Hoy, el objetivo del imperialismo aún está vigente, Cuba continúa bajo el asedio yanqui, más fuerte y agresivo que antes, cuya expresión más cruel es el genocida bloqueo económico, comercial y financiero, sustentado en absurdas y anacrónicas leyes que tienen carácter y efectos extraterritoriales; además de una guerra mediática con base en mentiras elaboradas y desplegadas por la maquinaria imperial de propaganda.
Ante tal acoso, y en retribución al ejemplo de dignidad que Cuba y su pueblo nos dan desde el triunfo de la Revolución, lo menos que podemos y debemos hacer es manifestarle nuestra solidaridad y denunciar la criminal agresión yanqui.
Hasta la victoria siempre…
Vayan estas líneas como un modesto homenaje al heroico pueblo cubano.
Notas:
[1] Bosch, Juan. De Cristóbal Colón a Fidel Castro. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2003; pp. 570-571. Consultado en: http://www.fidelcastro.cu/sites/default/files/fichero_libros/De–Crist%C3%B3bal–Col%C3%B3n–a–Fidel–CastroCOMPLETO.pdf
[2] Ibid, p 571
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Imagen de portada: Fidel Castro en un tanque en Playa Girón. | Foto: Società Italiana di Storia Militare.
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