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Redacción / SomosMass99
Ciudad de México / Lunes 16 de mayo de 2022
- Historiadores y escritores hablaron del autor de Terra Nostra y La muerte de Artemio Cruz durante el homenaje realizado en la Sala Manuel M. Ponce
A una década de la partida del escritor y ensayista Carlos Fuentes (15 de mayo de 2012) este domingo se rindió un homenaje a su memoria, con la participación de autores e historiadores que han estudiado su obra y dieron cuenta de su amplia trayectoria plasmada en más de 50 libros que abarcan cuento, novela, ensayo, dramaturgia y crítica literaria.
La Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes recibió a un nutrido público que por generaciones ha admirado la vasta obra literaria del autor de libros fundamentales como La región más transparente (1958) y La muerte de Artemio Cruz (1962).
En el homenaje Carlos Fuentes. A 10 años de su partida 2012-2022, hicieron uso de la palabra los escritores Hernán Lara Zavala y Alberto Vital; la académica Florence Olivier y el historiador Javier Garciadiego.
Como primer ponente, Hernán Lara Zavala refirió que Carlos Fuentes irrumpe como un fenómeno sin precedente en la literatura mexicana. Logró combinar la voluntad con el talento, para llegar a lo profundo del alma mexicana. “Hace su debut con el libro de cuentos Los días enmascarados, en el cual logra combinar las mitologías y leyendas prehispánicas con los personajes que habitan el centro de la ciudad de México.
El también ensayista y promotor cultural acotó que Fuentes encontró en Octavio Paz y Alfonso Reyes, Juan Rulfo y Juan José Arreola, figuras formativas que tuvieron gran influencia en su literatura, destacando que su primera obra más relevante fue La región más transparente, que se erigió como la primera novela realmente urbana, aunque existían otros antecedentes, pero que no tenían el afán totalizador de la obra de Fuentes.
Se apropió de las palabras a través de sus fonemas
En tanto, Alberto Vital expresó que “la música de Carlos Fuentes logra un enriquecimiento de las letras a través de los sonidos de las palabras. Con pautas, mitos y cadencias iba a lo esencial.
Para el también narrador, ensayista y poeta, Fuentes se apropió de las palabras a través de sus fonemas. No se puede percibir La región más transparente sin el ritmo de mambo o quizá cha-cha-cha que acompaña los pasos de Gladys García por Bucareli, terminada la fiesta, agotada la noche.
Por eso, hablo del vastísimo «repertorio tonal» del maestro Fuentes e invito a los lectores a que sigan la música del verbo, agregó Alberto Vital.
El escritor de las dos orillas del Atlántico
La catedrática Florence Olivier se refirió a Fuentes como «El escritor de las dos orillas del Atlántico, peregrino por los tiempos de la cultura. Carlos Fuentes tenía mil rostros. Se desplazaba con prodigiosa soltura entre sus diversas figuras: la del novelista y el cuentista, la del ensayista y el polemista, la del dramaturgo y el autor de libretos de ópera, la del guionista de cine, la del cronista político. Una sola, acaso, podría conciliarlas todas: la del artista».
Consideró que Fuentes fue un paladín de la novela contemporánea, custodiador de la cultura hispanoamericana y lector sagaz siempre al acecho de la evolución del pensamiento.
Entre anécdotas y reflexiones, el historiador Javier Garciadiego habló de la relación del poeta Alfonso Reyes con Carlos Fuentes, así como la influencia que tuvo en el escritor.
En 1947, dijo, Rafael Fuentes -padre de Carlos- llevó a su hijo a la casa-biblioteca de Reyes para informarle que el muchacho de casi 20 años se quería dedicar a las letras. Reyes recomendó que paralelamente el joven estudiara derecho, alegando que México era «un país formal» en el que carecer de un título de abogado sería como ser «una taza sin asa».
Esto le permitió establecer «redes» con otros jóvenes decididos también a ser escritores, o más bien intelectuales, para dedicarse a la política, como Porfirio Muñoz Ledo, Víctor Flores Olea y Javier Wiemer. Y recordó que en esa época fundó la Revista Mexicana de Literatura con Emmanuel Carballo.
Carlos Fuentes, hijo de padres mexicanos, nació en Panamá el 11 de noviembre de 1928. Realizó estudios de Derecho en la UNAM, y de Economía en el Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra, Suiza.
A lo largo de su trayectoria fue distinguido por su labor intelectual y diplomática en México y en el extranjero. Entre sus galardones destacan el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura 1984, Premio Cervantes de Literatura 1987, Premio Príncipe de Asturias 1994, Medalla de Oro 1998 del Círculo de Bellas Artes de Madrid, Medalla de Honor Belisario Domínguez del Senado de la República 1999 y la Gran Cruz de Isabel la Católica 2009, otorgada por el gobierno español, entre otros.
Las novelas Terra nostra (1975), Gringo viejo (1985), La campaña (1990) y La silla del águila (2003); los cuentos Cantar de ciegos (1964), El naranjo (1993); los ensayos La nueva novela hispanoamericana (1969), Tiempo mexicano (1971), El espejo enterrado (1992), La gran novela latinoamericana (2011), y las obras de teatro El tuerto es rey (1970), Los reinos originarios (1971) y Ceremonias del alba (1991), destacan entre sus publicaciones.
El mundo cinematográfico también se enriqueció con sus colaboraciones como guionista en las películas Las dos Elenas y Las cautivas, dirigida por José Luis Ibáñez; y sus adaptaciones de las obras homónimas de Juan Rulfo: El gallo de oro, en colaboración con Gabriel García Márquez y el cineasta Roberto Gavaldón; Pedro Páramo, realizada junto con Manuel Barbachano Ponce y el director Carlos Velo, y ¿No oyes ladrar los perros?, con el cineasta François Reichenbach.
La periodista Silvia Lemus, compañera de vida de Carlos Fuentes por cuatro décadas, agradeció la realización de este homenaje, y la participación de los reconocidos escritores e historiadores.
Con información y fotos del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
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