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ÚLTIMO PISO
Gwenn-Aëlle Folange Téry*
Lunes 22 de mayo de 2023
Actuar es fácil, pensar es difícil.
– Johann Wolfgang von Goethe.
Durante una de las manifestaciones del 1ero de mayo, un policía se incendió al recibir un coctel molotov encima. Va bien el hombre, recibe tratamiento por quemaduras de segundo grado nada más en cara, brazos y torso. Los manifestantes protestaban por la manera del presidente de imponer una ley sin voto en el parlamento sobre la edad de retiro de los trabajadores.
Al presidente municipal de Saint Brévin le quemaron la casa, de noche, estando él y su esposa dormidos en su interior. Nada más fueron la fachada y dos carros, pero este 9 de mayo el hombre renunció al cargo que llevaba ocupando unos años. El incendio fue en marzo, perpetrado dicen por militantes de la extrema derecha, opuestos al proyecto de reubicación de un centro de acogida para solicitantes de asilo.
El 17 de mayo, agarraron a golpes al sobrino-nieto de la esposa del presidente, fueron primero puñetazos en el cuerpo, lo tiraron, y lo patearon. Es un joven de unos 30 años, chocolatero, nomás pasaba por ahí. Sólo le rompieron unas tres costillas y trae un golpe en la sien, temen un hematoma cerebral, dice su papá. Los agresores participaban en una manifestación contra la manera de actuar del presidente y contra la famosa ley.
Y sí, la violencia… ¡Un momento! ¿Saint Brévin? ¿Y eso dónde queda? ¿Y no hemos visto nada de cocteles molotov aquí verdad? ¿O sí? ¿Y lo del sobrino nieto, chocolatero? Pues se parece a lo que hay acá, pero en México los chocolateros son hijos del presidente, no sobrinos-nietos de su mujer.
Todo sucedió y sigue sucediendo en Francia.
Te resumo, así, como si fuera un rapidín mañanero: Macron, presidente de Francia, cambió la edad de retiro de los trabajadores, la pasó de 62 a 64 años, con algunas excepciones. Viendo que la bancada, que así no le dicen allá, pero no importa, viendo que la bancada propia no iba a poder defender su proyecto, pues nomás agarró y decretó. Hay una sección de una ley en Francia que permite hacer eso y ya la ha usado algunas veces, pero esta vez los franceses no se están dejando. Macron accedió a hablar con los sindicatos, sí, pero a condición de que ese tema no se tocara. Un muro. Una pared. No hay manera de decir lo que uno piensa más que manifestando, marchando.
Igual has visto algún meme, alguna caricatura de cacerolas francesas, o de franceses usándolas de batería musical. Sacan cucharas de metal o de madera y dale que te dale sobre las cacerolas, el concierto podría parecer cacofonía si no tuvieran todos la misma intención.
Y es que con esas casserolades han estado diciendo su enojo, recibiendo con música metalera a Macron a dónde vaya, aunque sea de lejos, que ya no los dejan acercarse al señor, no vaya a ser.
Es grave. Por un lado, un señor que no fue votado más que porque la mayoría no quería de presidenta a una persona de la ultraderecha, no es capaz, ya no de escuchar, pero por le menos de platicar. Por otro, mucha mucha gente encabronada.
El tema de la jubilación en Francia es sacrosanto, se escoge a veces la carrera o profesión más en función de la calidad del retiro que de alguna vocación. Y luego, actuar a decretazos, pues no.
Pero agredir, con peligro de muerte, a personas que nomás nada que ver… Por, además, movimientos de masa, menos.
Al chocolatero, pues lo atacaron unas ocho personas. Para mí, ya más de cuatro, son masa.
Al policía, un solo coctel, pero aventado durante una manifestación. Masa.
La casa del presidente municipal, ¿qué, obra de una sola persona? No me lo creo, y aunque así fuera, eso fue resultado de conversaciones acaloradas en el pueblo.
Es Francia.
La vemos como un ejemplo de elegancia, de educación y cultura. No es cierto. Es un país normal, con problemas y tragedias, con ciudades-luz pero también con zonas de terrible sombra.
Pues mira que en todos lados se cuecen habas, aún sin cacerolas que esta vez las están usando para otra cosa, y mira que la violencia nace seguido de gente en grupo, llevando la vecina de enfrente al vecino de al lado a ebullición, a no pensar, a mover las manos, aventar cosas, usar fuego, o cómo aquí, a sacar machetes, pistolas, cuernos de chivo y a despellejar a la gente.
Movimiento de masas, influencia del cuate, la tía metiendo su cuchara el día de la comida del día de las madres, y ya, todos peleados, muertos regados por las carreteras y gobiernos que no quieren escuchar, no quieren.
PD: Un amigo, de esos franceses que habla perfecto español por circunstancias que no nos incumben, me ayudó a editar el texto, no fuera yo a decir burradas por estar lejos. Gracias Charles Romero.
Notas:
[1] Lo cual me parece de una violencia injustificable. Legal, sí, pero violencia al fin.
[2] Te dejo esta canción de Brassens: https://www.youtube.com/watch?v=eWS-PAC1BDg
La traducción de la letra la encuentras aquí: https://spainlyrics.com/georges-brassens/le-pluriel/
* Gwenn-Aëlle Folange Téry es pintora y escritora.
Foto de portada: Grégory Roose / Pixabay.
2 Comentarios
Esta humanidad!!! A la que le cuesta tanto entender el respeto al derecho ajeno. A dónde vamos a parar!!
Somos parte de ella, nomás que cuando nos juntamos…