SOMOSMASS99
ÚLTIMO PISO
Gwenn-Aëlle Folange Téry*
Lunes 5 de diciembre de 2022
Estamos viviendo en la familia los últimos días de un frenesí casi completo, vamos si hasta de noche hay momentos eléctricos: ¡Se casa uno de mis hijos!
Es la primera vez de mi vida que vivo una boda de este tamaño tan de cerca, y eso que sólo somos la familia del novio, imagino que la familia de la novia corre todavía más que nosotros.
Hubo que tomar muchas decisiones, no nosotros, los novios, pero de todas maneras sí fuimos parte de la lluvia de ideas, de la elaboración de listas, de intercambios con hermanos y tíos sobre la calidad de un alcohol o de otro, de cálculos interminables sobre la cantidad de copas que toma cada persona en una boda, de pequeños atisbos a la organización final, de la discusión de los colores permitidos en nuestra vestimenta,-obvio que blanco no-, de los nervios del novio por encontrar traje, camisa y zapatos a su medida, de repetidas e interminables idas al centro, del sentimiento de catástrofe que se vivió cuándo la señora de los pasteles dijo que no hace pastel de tres leches, en fin, que yo, yo, yo, estoy rendida.
Porque claro, la persona más importante en esto soy yo…[1]
Falso, ya lo sé, pero vamos, las emociones y reacciones físicas que más me tiran son las mías, aunque provengan de los nervios, felicidad y sustos que han vivido los novios, sus hermanos, sus papás, sus tíos y hasta las abuelas.
Y surgió entonces, para mí, un remanso de calma, un oasis en medio de algo que parecería ciclón tropical si no supiéramos que es abundancia de sentimientos, que el viento que se siente sólo es debido a la fecha marcada en el calendario y si no viéramos las sonrisas de la pareja que siente que ya tiene en mano su felicidad.
Me llevó mi hija a pintarme las uñas.
Tienes que saber que eso es algo que yo no hago. O mejor dicho, cuando traigo las uñas pintadas es de óleo cubierto de yeso y de algún pegamento que ni con thinner se diluye. Las llevo siempre cortadas al ras y para hacerlo uso pincitas.
Iba nerviosa: ¿Qué tal si no sé explicar qué quiero? ¿Qué tal si no sé qué quiero?
Mi hija, la que no es ni gusano ni mariposa, sino dragón, sabe lo que hace: en cuánto entré al local, pequeño, sin pretensiones, lleno de toques de color rosa, respiré mejor. Fanny, la dama del lugar, conoce bien a mi hija y las sonrisas fueron sinceras.
Empezó con las manos que no eran las mías y tuve tiempo de serenarme.
Aunque no. No fue tiempo, fue oportunidad. Porque al escoger colores, al expresar ideas, las dos mujeres frente a mí intercambiaron y emitieron calma, serenidad, alegría tranquila. Fanny escogió con calma sus barnices, su pincel, el recipiente de perlitas que le gusta para poner gotitas de magia, y, con mano firme, dibujó pétalos de flor perfectos en su no-simetría, extendió la cantidad perfecta de color para el azul clarito, logró oscurecerlo sólo en los lugares en los que se necesitaban sombras, depositó puntitos sin lastimar su pincel, y todo aquello, platicando, riendo, compartiendo.
Estuve durante más de una hora frente al trabajo de una artista.
Y me hizo bien.
Me tocó después, entendió qué era lo que deseaba sin yo saberlo bien y logró sostener mis manos, detenerlas en sus temblores incoercibles y poner mi corazón en calma, mi vida de afuera entre paréntesis.
Esto fue como salir a caminar al bosque, como sentir la brisa marina, como dejar que mi cabello se enrede y que mis botas se enloden.
Fue cómo salir de casa sin bolsa, sin llaves, sin celular y sólo caminar.
Y me hizo bien.
No tengo cómo agradecerles, a mi hija y a Fanny, por este charquito de agua tibia en el que pude saltar y chapotear.
Ya cuando se publique este texto, se habrán casado los novios, ya habremos brindado y comido pastel. Se habrán ido ellos por su lado y todos los demás por el nuestro.
Y Fanny[2], seguirá día con día regalando calma sin saberlo, siendo artista sin creerlo.
Nota:
[1] DiIIiiIiva hasta el final.
[2] Stefany Anzures, Art Nails Studio, https://instagram.com/artnails_stephany?igshid=ZmVmZTY5ZGE=
* Gwenn-Aëlle Folange Téry es pintora y escritora.
Foto de interiores: Anaïck Lentz.
Foto de portada: Gwenn-Aëlle Folange Téry.
2 Comentarios
Cuánto nos cuesta que nos dediquen tiempo y cariñito y dejar que eso nos dé un poco de sosiego… felicidades a los novios! Y a ti por dejarte chiquear.
Cierto
Cómo si valiera más que los otros estén bien
Gracias Jatzibe!