SOMOSMASS99
Michaël Dias / SomosMass99
París, Fra. / Martes 31 de enero de 22017
Les Décodeurs, la sección de Le Monde dedicada al periodismo de datos y la verificación de informaciones, lanza este 1 de febrero Décodex: una extensión para Google Chrome y Firefox, un buscador en su sitio y una aplicación para la mensajería de Facebook. Después de un año de trabajo, clasificaron unos 600 sitios Internet y cuentas de Twitter o Facebook en cinco categorías identificadas por colores, según su nivel de fiabilidad:
- Cuidado, este sitio no es propiamente dicho una fuente o su fiabilidad es demasiado variable para entrar en nuestros criterios. Para saber más, busque otras fuentes y remonte al origen de la información.
- Cuidado, se trata de un sitio satírico o paródico que no pretende dar verdaderas informaciones. Leer con ironía.
- Este sitio emite con regularidad falsas informaciones o notas engañosas. Esté alerta y busque otras fuentes más fiables. Si es posible, remonte al origen de la información.
- Este sitio puede ser con regularidad impreciso, no especifica sus fuentes y usa informaciones sin verificación. Sea prudente y busque otras fuentes. Si es posible, remonte al origen de la información.
- Este sitio es en principio más bien fiable. No dude en confirmar la información buscando otras fuentes fiables o remontando a su origen.
Como se aprecia en esta lista, las cinco categorías abarcan realidades distintas. Figuran sitios con una apariencia de medio de comunicación que practican la desinformación con un fin político (en general de extrema derecha. También otros que viven únicamente de la publicidad, no responden a ninguna deontología periodística y sólo buscan tener el máximo de visitas, lo que se conoce como clickbait (cebo de clics). Samuel Laurent, responsable de Les Décodeurs, explica el nacimiento, el funcionamiento y el futuro de Décodex:
– Les Décodeurs hace un trabajo cotidiano de verificación de la información. ¿Cómo y cuándo nació la idea de crear una herramienta específica a destino de los usuarios?
Tuvimos la idea al fin del año 2015, en el contexto de los atentados de París del 13 de noviembre. Ya habíamos visto muchos rumores propagarse en Internet después de los atentados de enero. Nosotros observamos estas problemáticas desde hace bastante tiempo, el desarrollo y la influencia sitios de extrema derecha o conspiracionistas. Obtuvimos una ayuda del Digital News Initiative de Google.
– ¿Trabajaron con otros medios u otras entitades?
Hicimos la base al interior de Le Monde. Estamos trabajando con científicos sobre otro proyecto que nos ayudaron en algunas cosas y estarán implicados en Décodex.
– Ya está recibiendo críticas diciendo que no son objetivos. ¿En qué se basaron para hacer su clasificación?
Ya tenemos unos “usual suspects”, los conocemos bien. Hay muchos que ya habíamos identificados y quisimos tener una metodología seria y no tener en cuenta la orientación ideológica. Lo que nos interesa es la pertinencia periodística de las fuentes. Si uno es de extrema derecha es su problema, mientras dé informaciones fiables, contrastadas, si corrige cuando comete un error, si dice quién es, etc. Pero la práctica de esta gente se basa en la desconfianza en los medios de comunicación y vamos a molestarles. Pero somos lúcidos: sabemos perfectamente que la extensión Décodex no va a ser usada por millones de franceses la próxima semana o que vamos a erradicar el problema. Esas críticas son normales y esperadas. Pienso que también que vamos a recibir críticas del otro lado político, de personas de extrema izquierda que van explicarnos que no tenemos legitimidad, que somos la oligarquía, que queremos impedir al pueblo expresarse. Sabemos que nuestro método es criticable, que no es perfecto, que tiene defectos. Pero es una tentativa de responder a un fenómeno objetivamente preocupante, no solamente para el periodismo sino también para la democracia. Queremos ir más allá de la simple cobertura periodística: ¿cómo evolucionan los usos, cómo se informa la gente y cómo podemos crear herramientas para orientarse en esta nueva jungla de la información?
– ¿Qué es la proporción de sitios francófonos y no francófonos?
Hay aproximadamente dos tercios de sitios francófonos. La extrema derecha francesa utiliza muchísimas cosas de la extrema derecha norteamericana o inglesa, también de los tabloides británicos que incluimos. Vemos personas compartiendo contenidos diciendo “Es el Daily Mail, es serio”. Hay que saber que el Daily Mail no es serio en absoluto.
– Además de los sitios de falsas informaciones, también han clasificado otro tipo de contenidos.
También pusimos sitios fiables para responder a la problemática de la usurpación. Hay gente que elabora un sitio que se parece a uno oficial pero que en realidad es un falso. Fue el caso de IVG.net: hay mujeres que buscan información sobre la interrupción voluntaria del embarazo. Encuentran este sitio que parece institucional cuando en realidad está gestionado por militantes antiaborto. También hay los sitios de salud alternativa, antivacuna, etc.
– ¿Cuál es la diferencia con la extensión BS Detector?
Decir “Consideramos Breitbart como un sitio de falsas informaciones” solo porque hace clickbait no me parece suficiente. Consideran que un sitio es bueno o malo, es decir que es binario, no hay matices en su clasificación. Y además no hay ninguna explicación, lo que me parece un poco extraño. Nosotros intentamos cada vez dar una explicación sobre el porqué de la clasificación. Por eso hicimos niveles diferentes y no solo “fake news o no fake news”. Un sitio poco fiable no es lo mismo que un sitio conspiracionista. Es una crítica que vamos a recibir: “la prensa francesa está muy etiquetada en verde”. No vamos a erigirnos en censores de la prensa y decir que tal medio es mejor que tal otro. Ante todo, lo que quisimos hacer es una herramienta para identificar las falsas informaciones, no hacer una guía de la prensa francesa.
– ¿Las campañas por el Brexit o Donald Trump tuvieron una influencia sobre la elaboración de Décodex?
Nos confirmaron que no era una mala idea. Vimos la importancia que cobró este fenómeno, su potencia y el papel que tuvo. Pero ya estábamos trabajando en este proyecto y estamos muy contentos de haber un poco anticipado eso porque tenemos una respuesta que dar. Pero es verdad que también fue una toma de conciencia al nivel del periódico, de la dirección. Tenemos la suerte de tener una dirección, especialmente el director, Jérôme Fenoglio, que está preocupado por eso desde hace tiempo y convencido que hay que hacer algo. A menudo la prensa vive un poco en su burbuja y necesitó tiempo para darse cuenta que el mundo iba cambiando y que Internet es hoy el primer vector de información de mucha gente, que el crédito de la prensa estaba en descenso y que había un efecto “De toda manera ya no creemos a nadie. ¿Por qué vamos a creerles a ustedes?”.
– Algunos periodistas a quienes no les gusta su trabajo de verificación acaban de acusarles de ser “la prefectura” cuando no “los procuradores del periodismo”.
Es algo aterrador y que hace preguntarme: estos periodistas abogan por un periodismo de opinión totalmente subjetivo en el cual la información en sí no es interesante. Lo que les interesa es la polémica y no es nuestra concepción del periodismo. Es la suya, yo no voy a molestarles. Pero los periodistas no tenemos que negar nuestra responsabilidad colectiva. Me enojo cuando la gente generaliza sobre los medios de comunicación pero es verdad que cuando hablo con personas de por qué ya no les gustan los periodistas, también es por culpa de esos editorialistas que siempre están en los platós de televisión, que opinan sin ton ni son, que dicen en directo que las estadísticas sobre las violaciones son falsas o que comparten análisis conspiracionistas sobre el clima, sin pruebas. Es sobretodo esto que me deprime: su pereza. Han olvidado desde hace tanto tiempo lo que significa ser periodista y sólo saben criticar las iniciativas de los otros. En momento, quizás, de que tengamos que aprender a diferenciar a un periodista que hace información de un editorialista o un columnista que hace opinión. A veces no es periodismo, es otra cosa.
– Al final, lo que hacen estos editorialistas y este nuevo concepto de “hechos alternativos” no son tan diferentes.
Sí, hay una frontera bastante tenue. Desde Francia vemos mucho The New York Times o The Washington Post pero la fuente de información de los estadounidenses sobre la útima elección fue Fox News. Y Fow News es eso: editorialistas que cuentan lo que sea todo el día, que erigen los “hechos alternativos”, que cuestionan todas las versiones oficiales. Y aquí tenemos los mismos, pero también en la izquierda, los mismos que vemos por todas partes, incapaces de ver que el mundo está cambiando, que cuentan las mismas banalidades. Es completamente deprimente, para toda la profesión porque la gente no hace la distinción.
– Trabajan de manera colaborativa con otros medios, como hicieron para los Panama Papers. ¿Colaboraron con otras organizaciones como First Draft, por ejemplo?
Lo propusimos y esperamos tener asociaciones. Con First Draft es un poco complejo porque intentan implementar cosas con su propia lógica, que no es la nuestra. Pero es algo interesante: encontrar otras personas, hablar con ellas y eventualmente que colaboren con nosotros en el Décodex. Nos gustaría tener el número máximo de sitios, asociarnos con medios anglosajones, españoles, italianos y otros, hacer traducciones, etcétera. Sería estupendo tener la base más completa posible porque la comunicación es mundial. Y es precisamente con los sitios extranjeros que te engañan porque no sabes si se trata de una página seria o no. Uno conoce un poco la prensa francesa pero no necesariamente la prensa alemana o anglosajona.
– ¿Cómo va a evolucionar Décodex?
Vamos a lanzar una segunda etapa con un formulario en línea un poco mejor para que la gente nos señale sitios, indicando el nivel de credibilidad que habría que darles, por qué, etcétera, lo que nos ayudará a clasificarlos.
Foto de portada: Pixabay.
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