SOMOSMASS99
Andrea Arrigoni y Mailén Nicanoff / Contrahegemonía
Ecuador / Miércoles 6 de julio de 2022
“Quipi quinuashna mi canchic. Shug quinua taca, guaira apanllami. Urcu manta ucsha shina canchic cuchuc pipash randi biñan. Cai urcu ucsha manta allpapa chapi tarpushun”.
“Nosotros somos como los granos de quinua: si estamos solos, el viento nos lleva lejos, pero si estamos unidos en un costal, nada hace el viento, bamboleará, pero no nos hará caer”.
– Dolores Cuacango.
Desde la segunda línea de resistencia en Quito- Ecuador, Amelia de Acción Antifascista nos trae una mirada sobre cómo se organizaron para contrarrestar los embates del gobierno represor de Lasso y una reflexión sobre el funcionamiento del clasismo y el racismo desde los medios de desinformación y desde el poder gubernamental y empresario en la capital. Por último una evaluación del paro.
– Sin duda la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) fue el motor fundamental del paro, pero ¿qué grado de articulación tuvo la CONAIE con los movimientos populares urbanos y en qué medida se potenciaron? En particular el sector de estudiantes universitarios en el que te encuentras.
En principio es importante que se sepa que el 24 de mayo el Presidente de la República presentó un informe a la Nación [1] en el cual manifiesta que todo está bien, está perfecto, que aquí no pasa nada.
En esa misma fecha la CONAIE presenta un informe alternativo [2] en el cual plantea los reales problemas y cifras, y también interpretaciones y formas en que los pueblos y nacionalidades indígenas y el país entero están viviendo la economía y la crisis. Entonces, ese 24 de mayo después de presentar ese informe alternativo, se convoca a un paro nacional para el 13 de junio. Tienen que saber también que en este primer momento en que se anuncia la movilización a nivel nacional, se la plantea en cada territorio, nadie pensó que esa convocatoria pudiera tener esta trascendencia, es decir, que las organizaciones y movimientos sociales se iban a articular alrededor de este paro convocado por la CONAIE.
Si bien es cierto que la CONAIE ha tenido un rol muy importante, también ocurrió que otros movimientos, organizaciones y sectores populares se fueron articulando con esta movilización nacional, con este paro nacional. En el caso específico de lxs estudiantes cuando empieza el paro el día 13 de junio, lxs estudiantes se convocan en una asamblea de estudiantes frente a la Universidad Central de Ecuador y desde diferentes organizaciones de jóvenes se reúnen y hacen la primera asamblea, en la cual deciden apoyar las manifestaciones de la CONAIE en la ciudad de Quito. Pero no es la única asamblea que se levanta, a la par también se levanta la asamblea transfeminista de mujeres y disidencias.
Ambas asambleas tienen una dinámica similar en el sentido de que se decide en conjunto las acciones a tomar con todxs lxs que participan. En el caso de lxs estudiantes se decide hacer marchas hacia lugares emblemáticos, el Parque del arbolito, el Centro histórico, y continuar dándole peso a las movilizaciones que había comenzado la CONAIE en las comunidades. Es importante también decir que desde las organizaciones de la ciudad, desde la asamblea de estudiantes y desde la asamblea transfeminista de mujeres y disidencias esto se mantuvo desde el primer día hasta que se fueron sumando otros sectores sociales y hasta que la CONAIE llegó a Quito, que esto sucedió en el 7mo día del paro. Es decir, las organizaciones de la ciudad sostuvieron el paro hasta tener el acompañamiento que la CONAIE había manifestado querer dar a la organizaciones de la ciudad de Quito.
– Esto que narras de algún modo desnuda el falso argumento racializado que sostiene que desde el campo se “invade la normalidad de la ciudad”, como también escuchamos en los testimonios de las víctimas de la masacre en Cochabamba, Bolivia. Sabemos de la solidaridad de los distintos pueblos y nacionalidades indígenas en el sostenimiento de las medidas, el enorme esfuerzo para llegar hasta la capital, y los graves hechos en Pichincha, Loja o Cuenca. ¿Cómo ha sido la organización y la relación con la primera línea una vez que llegaron los pueblos y naciones a Quito?
Bueno, creo que también es importante decir que no es lo mismo las luchas en el campo que en la ciudad, en el campo no existen las limitaciones que existen en la ciudad, el terreno de la ciudad es más complejo en la medida en que las lógicas de la ciudad no colaboran con la seguridad de las personas que se movilizan, sobre todo porque la policía siempre toma los lugares estratégicamente más sencillos de lucha. Me voy a explicar. Quito es una ciudad que tiene muchas lomas, y la policía siempre se pone en las partes altas de las lomas, con eso tiene mayor visibilidad para apuntar, amedrentar, lanzar bombas, mientras que la población por lo general viéndose sucumbida no solo frente a las armas sino sobre todo a esta mala posición que tiene la ciudad de Quito, termina por lo general en una posición muy inferior, no solamente porque no tengan armas sino porque Quito es así, con sus lomas. En ese sentido y en ese contexto, las primeras líneas la tienen muy complicada, siempre es muy difícil frente al armamento bélico que tiene el Estado.
Hemos aprendido mucho de los paros pasados, y eso ha permitido que la gente tenga una noción de cuidado. Se evidencia en cómo van con cierta indumentaria, cascos, escudos de madera o metal o cartón, y especialmente los cuidados para poder respirar por los gases lacrimógenos. En ese sentido ha aparecido también con fuerza una segunda línea que atiende y cuida la primera línea, y esos trabajos de cuidados fueron sostenidos por parte de las organizaciones sociales de Quito, especialmente por jóvenes que apoyan la lucha de las primeras líneas. Esto es proporcionar kits de cuidados que tienen que ver con antiácidos para el rostro, que permita que la primera línea pueda continuar la lucha, alimentación y vestido, sobre todo zapatos para los varones, eso no significa que no había mujeres en primera línea, también había mujeres, pero la mayoría son varones.
Es importante también manifestar que la represión fue mucho más fuerte que hace tres años. Es decir, hace un paro, o sea el paro de octubre de 2019 que coincidió con el paro chileno -el paro ecuatoriano fue unos días antes que el paro chileno- había una noción de cómo actuaba el cuerpo de policía, y una noción del armamento que poseía la policía. Hoy por hoy, ese armamento ha sido afinado y también la inteligencia policial ha sido profesionalizada, es evidente por la forma en que la policía ataca las primeras líneas y manifestaciones, también porque hemos asistido a una nueva indumentaria que no conocíamos, con bombas aturdidoras, perdigonazos, bombas lacrimógenas que tienen un ácido que deja la cara roja y como un ardor especial que antes no sucedía, y también vemos con horror que los camiones antimotines son nuevos, que es un aparataje nuevo y entonces nos damos cuenta que los fondos del Estado, que el presupuesto nacional se ha gastado en eso. En una “Seguridad Nacional” que, hoy por hoy, se usa para reprimir al pueblo que se manifiesta, un pueblo que no tiene armas, un pueblo que sólo cuenta con sus propias fuerzas, un pueblo que a lo mucho de lo que se arma además de valor, es de las piedras “patrimoniales” de la ciudad de Quito. Para nosotros la vida vale más que el patrimonio, es bien complejo cómo el racismo ha aflorado por objetos de las ciudades, que no tienen nada que ver, no llegan a nada, con respecto a las vidas de las personas que se hieren o se pierden.
– Entremos a este punto, la Misión internacional que evalúa las violaciones a los derechos humanos y delitos de lesa humanidad [3] ha expuesto con detalle distintos hechos gravísimos por parte de las fuerzas armadas del Estado. ¿Podemos hablar de esas estrategias represivas y mediáticas que puso en juego el gobierno de Lasso durante estas jornadas para deslegitimar el paro y su apoyo popular?
Las estrategias represivas son, además de la compra de armamentos más finos, más nuevos, más pulidos, es evidente también que la policía tuvo formación para esto, han gastado en “seguridad nacional”, entre comillas porque es seguridad para reprimir.
En el país lo que sucede a nivel de los medios de comunicación es que los medios nacionales invisibilizaban todo lo que estaba ocurriendo, los discursos que lanzaban sobre aquellas manifestaciones que ya se hacían muy visibles era para catalogarlas como vándalos, delincuentes, vagos, y de esa manera invisibilizan el propósito de la lucha. Lo cual ha llevado a que tengamos que buscar en medios de comunicación alternativos, básicamente en redes sociales, distintos canales para tratar de comprender e informarnos de lo que estaba pasando en otras partes del país, para poder articular las luchas. En particular ha sido super complicado que la lucha se evidencie en los medios nacionales. Además de eso, se ha puesto en marcha por parte del gobierno un discurso si se quiere liberal, nosotrxs desde el antifascismo lo llamamos libertariano, un discurso que digamos ha generado esa sensación de que la profundización de la crisis económica era culpa de lxs manifestantes, no del gobierno. Entonces ese mensaje se pasaba por todos los medios, como: “los manifestantes no permiten trabajar”, “no permiten que el país salga adelante”, “es culpa de las manifestaciones que no se produzca y si no se produce el país tiene crisis”. Se echa toda la culpa de la economía del país a las manifestaciones.
Esto ha generado en las capas altas de la sociedad un discurso racista, sumamente racista. El paro lo que nos ha enseñado también es quiénes están a favor de las causas populares y quiénes no, si antes no sabíamos si una persona era pseudo racista, hoy por hoy lo sabemos. Y tiene que ver con esas personas que veladamente dicen cosas como “ellos están en Quito o están siguiendo las manifestaciones porque están siguiendo al líder, porque son ovejas, porque no piensan por sí mismos, están aquí en Quito no porque quieren sino porque alguien les obliga” y ese es el racismo más blando. Entonces pareciera ser desde estos puntos de vista que la población indígena no tuviera voluntad, que sólo siguiera un caudillo, como si la población indígena no fuera un sujeto político. Y ese es el racismo más blando, el racismo más fuerte se ha presentado con una ciudadanía que se piensa así misma blanqueada, que se asume y se presenta a sí misma blanqueada, que insulta a lxs indígenas, que insulta su presencia en la ciudad de Quito, y que además de eso ha cometido estos días actos violentos contra la población indígena, actos como disparar a lxs manifestantes por ejemplo. En el país, el porte de armas no es legal, sino que está limitado a ciertos sujetos, que además deben tener una cierta educación respecto al uso de las armas. Entonces nos preguntamos cómo es que esta gente de las clases altas, blanqueadas, tienen armas y armas que disparan contra la gente más empobrecida. Con esto no quiero decir que eso caiga en el fascismo, creo que históricamente el fascismo tiene otro tipo de connotaciones, es algo que charlamos mucho en nuestras organizaciones. Consideramos que este gobierno tiene sí características fascitoides, pero no llega aún a ser un fascismo como el de Mussolini o como Hitler. Sin embargo, sí hay una línea delgada, una línea que si se pasa se convertiría en fascismo. Y es una línea que hoy por hoy esta acentuándose cada vez más.
Pero estas actitudes racistas, estas actitudes fascitoides, por una parte que no llega a ser ni el 1% de la sociedad, estas personas que repito no llegan al 1% de la sociedad de Quito, hacen manifestaciones entre comillas pacíficas, en sectores de Quito que son acaudalados, vestidos de blanco, con la bandera de Ecuador, enarbolando un discurso patriótico, tradicional, conservador. Se asemejaría a un estilo Agustín Laje de Argentina, horrible. Es algo en lo que también queremos aportar para desfacistizar pedagógicamente a la sociedad y asumir una actitud antifascista como parte de la vida…. pero eso es parte de otra conversación.
A la larga esta violencia no es sólo del Estado, sino de la sociedad que también forman parte del Estado, pero que por lo general es clase burguesa, gente que tiene los medios políticos y económicos, y lo que ha hecho el gobierno como parte del Estado es también articularse con estas personas. Por ejemplo, hace unos días vimos como la policía iba en un camión antimotines a estos sectores acaudalados de Quito a festejar con estos sujetos fascitizados ¿Festejar qué? ¿Acaso festejaban que nos estaban matando? Vemos cómo la policía nacional ahí si se articula con una determinada clase. Particularmente esta partecita de la sociedad, este menos del 1% son los que más han generado estos discursos racistas en redes sociales.
El día de ayer, 18 de junio de 2022, después de una gran marcha popular se convocó al movimiento indígena a continuar los diálogos con la mediación de la Conferencia Episcopal. Se anunció que se había llegado a unos acuerdos. Estos manifestaban: La rebaja de 15 centavos en la gasolina. La protección de territorios para no ampliar la frontera petrolera respetando los derechos colectivos. Reformas a la minería, con lo cual no habrá minería en áreas protegidas y territorios ancestrales, zonas declaradas como intangibles, zonas arqueológicas, áreas de protección hídrica, se garantizará la consulta previa, libre e informada a las comunidades. El fortalecimiento de mecanismos de control de precios. Se declara en emergencia el sistema de salud pública garantizando la entrega inmediata de medicinas e insumos. Se eleva el bono de desarrollo humano en 5 dólares, se subsidia la úrea para cultivo en un 50%, se reducen las tasas de interés en un 5%, los préstamos vencidos de hasta 3000 dólares son condonados. Se brinda 100 millones más para créditos productivos. Se reformará un proyecto para la circunscripción territorial especial amazónica.
Aún así no se cumplieron todas las demandas realizadas, y aún queda la gran tarea de vigilar que estos acuerdos se cumplan. Así mismo tenemos la tarea pendiente de continuar articulando y construyendo entre distintas organizaciones y movimientos sociales. Pero aprendimos que la solidaridad de clase, antipatriarcal, antiracista y la comunidad son la base de la lucha, que sin lucha no se conquistan derechos, que sin derechos estamos condenados a vivir en la servidumbre a los distintos gobiernos neoliberales.
Bueno, también creo que es importante mencionar que el paro, las luchas,
las movilizaciones, permiten que se constituyan otro tipo de tejidos sociales. En realidad por el sistema capitalista, colonial, patriarcal en el que vivimos, muchas veces somos muy apáticos frente a las situaciones que viven otras y otros.
Tendemos a construir burbujas individuales, pero lo que hace el paro básicamente es activar la solidaridad, activar los lazos sociales, activar la reciprocidad, frente a ese racismo exacerbado y demás, frente a ello lo que también se exacerba es la solidaridad. Son las otras formas de hacer política, las otras formas de hacer trabajo colectivo, las otras formas también de mirar no solo de manera, digamos, decolonial o descolonizada, sino también antipatriarcal, apostando por una sociedad otra.
En ese sentido creo que concretamente ha habido muchísimas muestras de solidaridad, de acompañamiento también, yo soy parte de Quito, y de varias instituciones sociales si se quiere decir, compañerxs de la Universidad, compañerxs del trabajo, compañeras del movimiento de mujeres, compañerxs de las organizaciones sociales, y en todas esas esferas también hubo activación de la solidaridad, y eso implicó mirar la forma en que se iban a albergar, la alimentación de ellxs, la forma además de ese apoyar y acompañar, tejer de qué forma se puede acompañar la lucha. También sostener la lucha, nosotrxs agenciándonos como sujetos de la ciudad que también estamos peleando por los derechos, no es una cosa del campo. Es campo y ciudad. Y en ese sentido lo que ha sido bien bonito de ver es que han habido muchas acciones, muchas actividades que han permitido tejer la solidaridad. Es que son las cosas que pasan en los paros, en los estallidos sociales, es que se genera digamos a la par, paralelamente, esas sociedades que quisiéramos que fueran no solo durante el estallido social, sino que fueran permanentes, que continúe, que sea una forma de hacer política que persevere, que continúe más allá del paro, eso también nos anima a continuar luchando, a continuar levantándonos, porque también nos ayuda a reconocer ese otro, y construir con ese otro y ya no sea un otro sino un nosotros, nosotras, nosotres. Que eso es bien lindo, reconocernos en nuestras diferencias y potenciarnos mutuamente.
Notas:
[1] Discurso del Presidente Lasso, informe de 24 de mayo 2022.
[2] Informe alternativo desde los pueblos, CONAIE, 24 de mayo de 2022. https://www.facebook.com/conaie.org/videos/668353557944076/
Foto de portada: Contrahegemonía.
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