SOMOSMASS99
Alfonso Díaz Rey*
Viernes 26 de abril de 2024
En tiempos en que el mundo necesita con urgencia encontrar formas de convivencia y organización social que conduzcan a la paz, a la preservación y respeto de la vida en todas sus manifestaciones y a una vida digna para todos los seres humanos; en momentos en que se clama por la multipolaridad y el fin de los hegemonismos, quienes están acostumbrados a vivir de la explotación y el despojo a los demás se erigen al mismo tiempo como los defensores de los derechos humanos, la libertad y la democracia.
En días pasados el gobierno de Estados Unidos, a través del Departamento de Estado, dio a conocer su informe anual sobre la práctica de los derechos humanos en el mundo. Tal dependencia del gobierno yanqui se arroga el derecho de calificar a todos los países, menos al suyo.
Tal informe no es más que una de las formas de intromisión del imperialismo en los asuntos internos de otros países y la manera de fabricar excusas para presionar, acosar o intervenir en naciones que no se pliegan a los dictados de esa potencia imperial.
En el acto de presentación, el secretario de Estado, Antony J. Blinken, expresó: «Defender la libertad y los derechos humanos es simplemente lo correcto. Pero defender y promover estos derechos inalienables y universales también es profundamente de nuestro interés nacional. Los países que respetan los derechos humanos tienen más probabilidades de ser pacíficos, prósperos y estables».[1]
Nada más falso y lleno de hipocresía.
Mientras la propaganda presenta una cara del imperio con aparente preocupación por la paz, los derechos humanos, la democracia y la libertad, en los hechos muestra su verdadero rostro, a manera de ejemplo: desde la declaración de independencia (1776), Estados Unidos solamente ha vivido 17 años sin conflictos bélicos; desde 1962 mantiene un genocida bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, por haber hecho una Revolución y defender su soberanía; dice querer y buscar la paz en Medio Oriente y veta el ingreso de Palestina a la ONU y suministra armas a los sionistas, haciéndose cómplice del genocidio contra el pueblo palestino; promueve la desunión entre pueblos; impulsa la guerra en Europa con objeto de lograr ventajas geopolíticas y económicas; destina multimillonaria «ayuda» militar a gobiernos guerreristas que le sirven en sus propósitos, además que ello fortalece a los monopolios vinculados la industria armamentista.
El perenne espíritu belicista y el despliegue de cientos de bases militares alrededor del mundo muestran que los «valores» de esa sociedad son falsos. El american way of life solamente puede sostenerse ─para su clase dominante─ mediante la violencia, la explotación, el despojo, la opresión y sojuzgamiento de otros pueblos, además del suyo, como la historia de ese país ─y del sistema capitalista─ lo demuestra.
Lo anterior muestra que Estados Unidos carece de la calidad y autoridad moral para erigirse en defensor de aquello que viola constantemente. No le preocupan los derechos humanos, la paz, la democracia o la libertad, solamente mantener una anacrónica hegemonía que le permita alcanzar sus objetivos de dominio y saqueo.
La esencia y la razón de ser del capitalismo se reflejan en la defensa de los derechos humanos, la democracia, la libertad y la justicia, bajo la guía de Estados Unidos.
Nota:
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Imagen de portada: En Estados Unidos, policías reprimen y detienen a estudiantes de Texas que protestan contra el genocidio israelí en Gaza, Palestina. | Foto: HispanTv.
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