SOMOSMASS99
Emma Aguado / SomosMass99
Lunes 6 de febrero de 2017
Recientemente escuché que miembros del PRI en la localidad, con muchas ganas de recuperar el territorio para el partido tricolor en las próximas elecciones, reclamaban al presidente municipal Gerardo Alcántar Saucedo del PRD que cumpliera su promesa de campaña de realizar un plebiscito a la mitad de su mandato para medir el nivel de aprobación ciudadana que en caso de no beneficiarlo le haría renunciar a su cargo, promesa que además firmó ante notario.
Nada de eso, dijo el presidente, “a mí nadie me obliga a hacer lo que prometí en campaña, ya encontraremos maneras de que la gente pueda evaluarme”, palabras más, palabras menos, debo decir que es la primera vez que escucho con tanta “transparencia” que un presidente acepte que no va a cumplir su promesa de campaña, (no es la única, pero por lo pronto nos centramos en ésta. Y como muchos saben, resulta que eso de ser presidente municipal no es un trabajito que uno pueda votar así nomás, en primer lugar el mandato es irrenunciable en esas condiciones, a menos que peligre su estado de salud o de plano abandone todo para irse a campaña otra vez, pero aun así tendría que esperar sus tiempos). Y eso no fue todo, además dijo que acepta que no lo ha hecho como la gente esperaba que lo hiciera, (es decir, bien) pero que al ser candidato nunca pensó que las cosas estuvieran tan peliagudas, traducción: que iba a recibir una administración con desvíos y deudas de 100 millones de pesos, saqueada en varias de sus direcciones, con una situación económica que se ha agravado en el país, un dólar por los cielos, remesas en peligro, deportaciones a la vuelta de la esquina, etcétera, etcétera. Y para rematar volvió a decir que le pide a la gente que lo vean como un ciudadano más y no como un político, aunque la palabra misma “ciudadano” ya implique una práctica política, ¿lo sabrá el presidente?
Vayamos por partes. Sí, efectivamente, ninguna ley lo obliga a cumplir sus promesas de campaña excepto el valor de la palabra, el respeto que deba a sus electores, su propia integridad humana. Si la virtud, como decían los filósofos griegos, es la correspondencia entre el decir y el hacer, a este joven que no quiere ser político, le hace falta coherencia y claro, virtuosismo. Con respecto a que no esperaba recibir una administración como la que recibió a final de cuentas, le recomendaría al presidente que si no tuvo oportunidad de tomarse la carrera política en serio y prepararse tal como se preparaban griegos y romanos para ejercer cargos en la polis haciendo mucho énfasis en la importancia de la retórica tal como la entendían ellos, ya por lo menos le eche un vistazo al documental El Alcalde, que aborda la vida en la política del empresario Mauricio Fernández Garza alcalde de San Pedro Garza García en varias ocasiones, localidad neoleonesa que es considerada la más acaudalada del país en donde lanzó una de esas reflexiones que quedan para la historia: yo no quise ser gobernador porque no iba a poder controlar el territorio, iba a recibir un gobierno endeudado, corrupto y con el narco hasta el cuello, los que aceptan o son muy valientes o son muy pendejos. Pero hay valientes pendejos, agregaría yo.
Pues bien, novatada del señor presidente el desconocer de antemano la situación de la administración acambarense, casi imperdonable de alguien que vaya a ejercer un puesto tan importante. Y ante el panorama que pinta Fernández Garza no podemos dejar de preguntarnos, ¿cuánto margen de maniobra tiene en realidad un gobernante, en este caso un presidente municipal? ¿En realidad controla su territorio? ¿Quién o quiénes en verdad gobiernan? Gerardo Alcántar por lo pronto no quiere ni siquiera ser político, una de las actividades más loables del ser humano, (o qué entiende él por ser político porque si no lo desea qué hace en la presidencia, ¿se sentirá perdido, acosado, agobiado por todo eso que es y que él no quiere ser?) Irónicamente no ha dejado pasar la oportunidad de despedir a sus adversarios POLÍTICOS sin justificación aparente y en detrimento de la ciudadanía, por lo menos cuatro cabezas al frente de direcciones importantes ya rodaron. Incoherencia otra vez entre lo dicho y lo hecho.
No puedo despedirme por esta ocasión sin hacer notar que al inicio de su mandato se jactó de ser un presidente que incluyó en su gobierno a gente de distintos partidos, inició por lo menos con un secretario de ayuntamiento del PRI, con una tesorera del PAN, dos puestos notables que le hicieron ganar varias críticas, pero parecía convencido de lo que hacía. En su toma de protesta se volvió a jactar de reunir a ex presidentes municipales de otros colores y de su relación con el gobernador panista. Pero todo eso se diluyó bastante rápido, las hordas perredistas reclamaron lo suyo y la presión al parecer ha funcionado. Vaya partido de izquierda que de izquierda no tiene absolutamente nada y que sólo sirve como sirven otros partidos, para ser agencias de empleo para quienes hacen favorcitos o favorzotes a gente que llega al poder sin saber qué significa eso.
Por último hago alusión a otro comentario vertido esta semana que pasó también por la boca del presidente municipal quien prometió crear mil empleos en Acámbaro que ya tendría apalabrados con invernaderos y empresas extranjeras que quieren expandirse, (una de ellas a costa de la Universidad de Guanajuato, pero ese será asunto para otra reflexión). Es preocupante que si por crear empleos el presidente de izquierda que no quiere ser político, entiende crear más esclavos de empresas extranjeras o nacionales que pagan una miseria dentro de un esquema de economía neoliberal, nos condena como lo hacen otros gobernantes más en todo el país, a tomarnos muy en serio las luchas obreras de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el mundo entero se cansó de vivir en miseria a costa de la explotación de los dueños del capital y se lanzaron a hacer revoluciones, imagino que eso lo enseñan también en los cursos para ser perredista. El pueblo aguanta, pero todo tiene un límite.
Foto de portada: Emma Aguado.
6 Comentarios
Que palabras tan desventuradas las del actual presidente de Acámbaro. Respecto a su aprobación mediante un plebiscito, no tiene caso gastar en ello, pues el mismo ya se dio por reprobado, pues «no quiere ser un político» sino: «un ciudadano más».
Yo solo puedo imaginar una caricatura de Jerry (no merece que lo llame alcalde) llorando en una esquina diciendo:yo sólo quería ser presidente municipal, no sabía que había que tenía que hacer cosas ni trabajar.
Totalmente de acuerdo «Jerry» solo quería jugar a ser presidente… nunca se imaginó que tenía que trabajar
Pena ajena pobre jerry lastima, todo por andar de la mano con su marido la marrana de Rosiles par de inútiles
Si, el partido perdió su esencia de lucha por lo que lo fundamos. Hablan con la mano izquierda y cobran con la derecha. Ni idea tienen de lo que es tener ideología y nacionalismo. Es un CHABELOTE
Tristeza da saber que no tienen ni tantita idea de las necesidades de la población, no todo es pavimentación y obra pública, también hay beneficencia social, patrimonio histórico, deporte, cultura, orden en vialidades, respeto a peatones y ciclistas, turismo. Debería andar por las calles y observar el desorden urbano que existe en todos los niveles. Sería un buen comienzo que pusiera a trabajar como debe ser a las direcciones tales como : Tránsito y transporte, fiscalización, desarrollo urbano, etc. y de ahí empezar a planear un Acámbaro ordenado y limpio, Atractivo para el turismo.