SOMOSMASS99
Alfonso Díaz Rey*
Viernes 10 de marzo de 2023
Los sectores más reaccionarios de la clase dominante del país más terrorista del mundo, el mayor violador de la libertad y los derechos humanos y el que se erige como prototipo de la democracia ─una en la que impera el poder del dinero─, Estados Unidos, que se arroga el derecho de calificar a los demás en cuestiones de terrorismo, derechos humanos, libertad y democracia, entre otros aspectos, han tenido desde hace tiempo la idea de llevar a cabo intervenciones militares en México. Y lo han hecho.
El más reciente argumento que esgrimen es el narcotráfico. Pretenden calificar a los grupos criminales que se dedican a la producción y tráfico de estupefacientes como organizaciones terroristas y con ello tener, porque ellos mismos se lo han asignado, el derecho de intervenir militarmente en nuestro país y en cualquier otro que no se pliegue a sus designios.
Omiten intencionalmente que en gran parte son responsables de que ese fenómeno haya adquirido tanto poder económico y corruptor, y niveles tan peligrosos, debido a que es el país con mayor consumo de drogas y en el que, seguramente, quedan gran parte de las ganancias de ese ilícito negocio. Cabe aclarar que en México debemos atender con mayor celeridad y eficacia las causas que han propiciado el surgimiento y crecimiento de esta actividad delictiva.
Tal intención y amenaza muestran claramente la arrogancia imperial. Además de ser injerencista es un llamado a violar nuestra soberanía nacional; es utilizada en la propaganda electoral que se despliega con vista a la elección presidencial en Estados Unidos y le viene como anillo al dedo a los grupos de derecha opositores al gobierno mexicano, toda vez que ante la carencia de un programa político- económico socialmente atractivo y de personajes con un mínimo de prestigio y honestidad, alimenta sus campañas de odio, denostación y mentiras en las que se sustentan.
Otro objetivo que se persigue con este tipo de amenazas es obtener un mayor control político y económico sobre nuestro país y aprovecharlo en su ya abierta guerra, por ahora comercial y mediática, contra China.
Sería un error olvidar que tras las intervenciones e invasiones los imperialistas esgrimen todo tipo de falsos argumentos para permanecer largos periodos en los territorios ilegalmente ocupados, con el fin de mantener en su poder posiciones estratégicas y, aprovechando el viaje, despojar a los invadidos de sus bienes y recursos; muestra reciente de ello: el robo del petróleo en Irak, Libia y Siria.
Este tipo de actitudes y amenazas imperialistas contra nuestro país tiene el apoyo Interno de una derecha que aglutina a amplios sectores de la oligarquía dominante-dominada, la burguesía y estratos medios que subordinados económicamente e ideológicamente sumisos aún anhelan y sueñan con el american way of life.
Pareciera que los grupos dominantes de Estados Unidos y de México no han digerido que la inmensa mayoría del pueblo mexicano rechaza el neoliberalismo y no está dispuesta a retornar a los tiempos del despojo y violación de todo tipo de derechos que significó esa etapa en nuestro país; de ahí que los vecinos del norte emitan, a la menor oportunidad, comentarios injerencistas y veladas amenazas que sus lacayos internos celebran y utilizan en sus campañas para recuperar privilegios, prebendas y patentes de corso que vieron disminuidas tras la elección del 1 de julio de 2018.
Por ello sería un grave error desvincular la actitud injerencista de los imperialistas de las acciones de la derecha «opositora», incluidos los organismos «autónomos» y el entramado de funcionarios corruptos creados cuando fueron gobierno para, dado el caso, como ahora, obstaculizar cualquier intento de transformación que afecte sus privilegios y, al mismo tiempo, abonar el terreno para el por ellos ansiado retorno neoliberal.
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Foto de portada: UNAM Global.
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