SOMOSMASS99
Alfonso Díaz Rey*
Viernes 23 de septiembre de 2022
«Sólo en paz podremos salvar la vida en esta nuestra Tierra. No hay paz total, sin justicia social, económica y ambiental».
– Gustavo Petro Urrego. Presidente de Colombia. Discurso ante la Asamblea General de la ONU. Septiembre de 2022.
Intensas olas de calor y sequías, incontrolables incendios forestales, lluvias atípicas, tormentas extremas, severas inundaciones, deslaves y aludes de tierra, hambrunas, surgimiento de enfermedades que se creía erradicadas y aparición de nuevas ─o al menos no observadas antes en seres humanos─, son algunos de los efectos que evidencian el cambio climático y amenazan a la humanidad.
Tal amenaza no es nueva. Desde hace más de medio siglo se alertó sobre la posibilidad de una catástrofe ambiental producto de los desequilibrios ocasionados a la naturaleza derivados de la actividad humana, sobre todo por las maneras de producir y consumir que están subordinadas a la obtención de la máxima ganancia y a la acumulación de riqueza, razón por la cual considerar tales fenómenos como «naturales» sería incorrecto y una forma de evadir la responsabilidad por su ocurrencia.
Esas maneras de producir y consumir se dan en un ambiente de desigualdad, inequidad e injusticia ─sello distintivo del sistema económico, político y social dominante, el capitalismo─ que, en lugar de reducirse, a través del tiempo se ha incrementado y agudizado poniendo en peligro la paz, la seguridad de la humanidad y la vida en el planeta que habitamos.
El hecho de que en el 77.o periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que recién inició, el medioambiente y la paz sean temas centrales, indica la preocupación de muchos gobiernos y pueblos ante el avance del deterioro del medioambiente y los quebrantos de la frágil paz ocasionados por el afán de dominio y lucro de los capitalistas (léase imperialistas), por la amenaza global que representan para la humanidad.
En este contexto, el próximo noviembre se llevará a cabo en Egipto la 27.a Conferencia de las Partes (COP, por sus iniciales en inglés) para, se supone, proponer analizar e implementar medidas que resuelvan o atenúen al máximo el grave peligro que representa el cambio climático.
Sin pecar de pesimistas ni caer en catastrofismos, solamente teniendo en cuenta a quienes han impuesto sus posiciones en las anteriores COP e impulsado las medidas y acciones para enfrentar esta amenaza ─los mismos que intentarán imponerlas en la Conferencia en Egipto─, los intereses que prevalecen en el mundo y el estado actual del planeta, podría augurarse con alta probabilidad que la COP- 27 será más de lo mismo.
Mientras los dueños o representantes de las empresas emblemáticas del capital monopólico industrial y financiero sean quienes impongan sus posiciones para la atención o solución de los problemas ambientales, o de cualquier tipo, que ellos mismos han provocado, tendrán siempre como prioridad la defensa de sus intereses, que no son los de la humanidad.
Esos intereses consideran a la naturaleza y al ser humano como mercancías que pueden y deben ser explotados y utilizados para obtener de ellos la mayor ganancia posible, razón por la que es iluso esperar de ellos soluciones reales.
Y cuando lo que está en juego es, precisamente, la existencia de una parte de la humanidad que el capital considera prescindible, así como de otras formas de vida, lo más sensato, y necesario, sería erradicar las causas del problema. Solamente así se podrá evitar el futuro que nos ofrece el capitalismo.
Por algo Frei Betto apuntó: «Estoy convencido de que ni la humanidad ni la naturaleza tienen salvación bajo el capitalismo. Y tengo la esperanza de que, un día, la humanidad considerará que es un sistema inhumanamente abominable».[1]
Nota:
[1] Frei Betto. ¿Salvará el capitalismo a la humanidad? [En línea] https://www.granma.cu/pensar-en-qr/2022-01-12/salvara-el-capitalismo-a-la-humanidad-12-01-2022-20-01-57. Fecha de consulta: 21-09-2022
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Foto de portada: Malcolm Lightbody (@mlightbody) / Unsplash.
1 Comentario
Efectivamente: no es la falta de conciencia de los grandes poderes mundiales lo que los hace indiferentes al caos y sufrimiento que sus negocios producen, sino el que consideran prescindible a gran parte de la humanidad.
Debemos asumir otro modelo civilizatorio, caracterizado entre otras cosas ppr la sobriedad en el estilo de vida y por la solidaridad entre nosotros todos.