SOMOSMASS99
Alfonso Díaz Rey*
Viernes 30 de junio de 2023
El triunfo electoral sobre los neoliberales en 2018 significó un paso importante en la lucha del pueblo mexicano por la soberanía nacional y popular; la lucha contra la corrupción y los avances en aspectos económicos, sociales y culturales dan cuenta del esfuerzo del pueblo por transformar una realidad que le era totalmente adversa.
Sin embargo, el hecho de que el gobierno federal resultante de esa elección no se pusiera al servicio exclusivo de la oligarquía y se manifestara en favor del pueblo ─compromiso asumido por el candidato presidencial desde dos campañas electorales previas─ de ninguna manera significó que el pueblo se convirtiera en el sector dominante y, menos, tuviera el poder en sus manos.
Aun cuando la oligarquía vio mermados sus privilegios y su peso en las decisiones de gobierno, la estructura del poder económico quedó prácticamente intacta; el peso de los poderosos grupos del capital financiero monopolista y de los monopolios industriales y de servicios no solamente se mantuvo sino que en no pocos casos se incrementó y la dependencia estructural continúa siendo un freno al crecimiento y desarrollo nacional. Todo ello en el contexto de una ofensiva de las fuerzas de la derecha y de quienes perdieron privilegios, con apoyo de un sector del poder judicial, de elementos del antiguo régimen incrustados en diferentes instancias de gobierno, de los grandes medios de comunicación e información y de organismos «autónomos» creados por los neoliberales para, llegado el momento, defender los intereses de la clase dominante.
Si la actual clase dominante continúa en tal condición, el pueblo podrá luchar eternamente obteniendo solamente migajas, a modo de concesiones y con el peligro de que las fuerzas más reaccionarias retomen el gobierno del país e instauren un régimen en el que todo esté al servicio y disposición del capital.
Si, por otro lado, el pueblo toma el poder mediante un gobierno que realmente represente sus intereses podrá, en ese caso, establecer de la manera más democrática posible las bases para la recuperación de la soberanía y encauzar el desarrollo del país hacia la obtención de una vida digna para todos sus habitantes.
Por ello, en las actuales circunstancias algunos consideramos de importancia, entre otras cuestiones:
- Evitar, por la vía electoral, que la derecha recupere el gobierno de la república y que en el poder legislativo alcance los escaños que le permitan obstaculizar los cambios y reformas a la Constitución que signifiquen beneficios al pueblo y a la nación.
- Definir democráticamente qué es estratégico para el país y establecer la propiedad inalienable de la nación sobre todo lo que adquiera esa característica.
- Dado el caso en que sea necesaria la participación de capital privado en áreas estratégicas, establecer claramente las reglas de manera que tal participación no implique despojo, control o cesión alguna de la propiedad nacional.
- Impulsar la participación conciente y organizada del pueblo en la toma de decisiones trascendentales y en la gestión comunitaria (calles, colonias, sectores, comunidades urbanas y rurales, unidades productivas y de servicios, municipios, etc.).
- Ampliar la revocación de mandato a todos los puestos de elección popular.
- Impulsar la selección de candidatos a puestos de elección popular desde las organizaciones sociales y sectores de la población. Sin intervención de partidos ni gobierno.
- Evitar el dispendio en campañas electorales.
- Reducir emolumentos a funcionarios públicos de manera que esos puestos no signifiquen un botín para quienes los ocupen.
- Convertir el servicio público en un honor para quien lo desempeñe y no una forma de vida.
Recordemos que una contradicción se resuelve cuando uno de sus componentes desaparece o pierde a tal grado preponderancia y mantiene una marcada tendencia a debilitarse y desaparecer.
Por ello es de suma importancia, nuevamente considerando las circunstancias, impulsar y apoyar críticamente los cambios que se realicen o propongan desde un gobierno que represente realmente al pueblo y, sobre todo, llevarlos hasta sus últimas consecuencias. Es una de las formas en que el pueblo puede reforzar su conciencia, ser dueño de su destino y del poder, en el intento por la transformación en un país mejor.
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Imagen de portada: Andrés Manuel López Obrador celebra con sus simpatizantes el triunfo electoral de 2018. | Foto: Sitio oficial de Andrés Manuel López Obrador.
1 Comentario
Excelente propuesta. Creo que resume muy bien los principales aspectos de un programa para el futuro cercano.