SOMOSMASS99
Alfonso Díaz Rey*
Viernes 11 de octubre de 2024
«La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno».
– Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Art. 39
En anterior entrega comentamos que para el imperialismo es inaceptable el hecho de que los pueblos ejerzan su soberanía y escapen a su control, especialmente si sus países tienen importancia geopolítica, estratégica o económica. Dejar de considerar este contexto en el análisis de lo que sucede en nuestro país puede conducir a serios errores que permitirían a la oligarquía y a la derecha obstaculizar ─con miras a revertir─ el proceso de transformación en curso.
La actitud que mantiene la derecha, con el Poder Judicial como su carta fuerte a nivel interno ─de manera destacada la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), con escasas y honrosas excepciones─, tiene como objetivo crear una crisis constitucional y utilizarla para desacreditar al actual gobierno, a nivel nacional e internacional.
Con ese descrédito buscarán crear en la ciudadanía desilusión y desconfianza en el proceso de transformación para llegar a la siguiente elección presidencial con ´probabilidades de triunfo. En tal contexto no puede descartarse que recurran a actos vandálicos o a escalar la violencia criminal y que de ello se responsabilice al gobierno, al partido Morena o a sus simpatizantes. De esa manera crearían un clima de ingobernabilidad y una situación a modo para exigir la revocación de mandato a la mitad del sexenio; si fallan, continuarán con su labor de obstrucción y zapa. Si no alcanzan su objetivo, les quedaría reiterar su antipatriótica petición de que intervengan fuerzas extranjeras en su apoyo, para «salvar» al país y a la «democracia». .
Para ello la derecha cuenta con su gran capacidad para mentir, con un importante sector de la oligarquía local y la extranjera, con los grandes medios de [des] información y una pléyade de incondicionales que por intereses personales o por subordinación ideológica forman parte de esa oposición política al gobierno. Además, no olvidemos, tienen el respaldo de la derecha internacional, de grupos monopólicos industriales y financieros locales y foráneos, y de organismos e instancias de gobiernos extranjeros, principalmente de Estados Unidos.
Por ahora, utilizan a la SCJN y al Poder Judicial, quienes desde hace más de 80 años están ─también con excepciones honrosas─ al servicio de los grandes intereses económicos (subordinación que se agudizó durante los gobiernos neoliberales), para provocar respuestas que, aunque sustentadas legalmente, la maquinaria propagandística de la derecha las presentaría como signos de autoritarismo, para descrédito del gobierno actual.
Y es, precisamente, la actitud de la SCJN, y del Poder Judicial en general, indicativa de la intención de la derecha por recurrir a un «golpe blando» mediante una guerra judicial (lawfare), que le permita obtener de ese modo lo que no fue capaz de alcanzar en las urnas.
Lo anterior pudiera parecer una visión catastrofista. Sin embargo, un repaso histórico de la derecha y del imperialismo, sobre todo en Nuestra América, mostraría de lo que son capaces de hacer para impedir que los pueblos ejerzan su soberanía y se libren de la subordinación al poder económico local o extranjero.
Para evitar que se cumplan los deseos de la derecha es esencial la organización del pueblo y su participación activa en la profundización de los cambios benéficos para el país. De preferencia sin vínculos orgánicos con partidos políticos, para que de esa manera tal organización pueda responder a los intereses de los diferentes sectores que la conformen y no a intereses partidarios.
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Imagen de portada: Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. | Foto: SCJN.
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