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Andy Higginbottom* y Marcos Roitman Rosenmann / Monthly Review
Jueves 12 de enero de 2023
Introducción
Nueve presos políticos del pueblo mapuche en el sur de Chile han estado en huelga de hambre desde el 27 de noviembre. Ahora, su protesta ha llegado a un momento peligroso y crucial.
Todos los presos pertenecen al movimiento militante, la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) que toma acción directa contra el extractivismo capitalista que está destruyendo Mapu (Madre Tierra). Los objetivos son los tractores, camiones y otras grandes máquinas de dos grandes corporaciones Arauco y Mininco (CMPC). El dictador Augusto Pinochet se apoderó de la tierra al pueblo mapuche y la entregó a las dos familias más ricas de Chile, los grupos Angelini y Matte. Sus empresas «forestales» plantan plantaciones de eucaliptos y pinos que secan el suelo y destruyen la flora y fauna existente, además de tomar el agua utilizada por las comunidades en estos territorios ancestrales, conocidos como Wallmapu.
Los ecoguerreros en prisión se llaman weichafu. Nueve presos están recluidos en «detención preventiva» en espera de juicio, en condiciones que no respetan sus derechos culturales como pueblos indígenas. Están en dos grupos en las cárceles de Concepción y Valdivia, esta última a distancia de sus familias. Los cinco presos de Valdivia exigen la devolución de la unidad mapuche en la cárcel de Temuco.
Instamos a los lectores a enviar mensajes a la ministra de Justicia y Derechos Humanos de Chile, Marcela Ríos Tobar ([email protected]), para exigir sobre todo la liberación inmediata de los prisioneros. Están siendo perseguidos, incluso tratados como terroristas, por defender tanto la biodiversidad como la autonomía indígena.
Reproducimos a continuación un artículo de Marcos Roitman Rosenmann traducido de La Jornada, México, 2 de enero de 2023.
— Andy Higginbottom
Plataforma 12 de octubre – La resistencia continúa
Correo electrónico: plataforma12octubre[at]gmail.com
* * *
Arauco está sufriendo, el Wallmapu se está desangrando hasta morir
Marcos Roitman Rosenmann
No importa quién gobierne. Desde la época colonial hasta nuestros días, el territorio Wallmapu fue codiciado por conquistadores y criollos; Después de la independencia, fue codiciada por oligarcas y terratenientes, transformados en latifundistas. A finales del siglo XX, las transnacionales se unieron. Civilizar es poblar y poblar era exterminar a los pueblos nativos bajo la premisa de que eran ignorantes, borrachos, perezosos, pendencieros y deshonrosos. Orden y progreso.
Sólo los blancos, los extranjeros, traerían prosperidad a los territorios ocupados por los salvajes. Así es como se ha tejido el saqueo de los pueblos originarios en América Latina. Chile no será la excepción. Durante estos dos siglos de independencia, los intereses de la gran oligarquía terrateniente y el capital extranjero se han unido, cuyas empresas han aumentado su tamaño a costa de disminuir los territorios de Wallmapu.
Cientos de miles de hectáreas, gracias al fraude y al uso de la violencia, han sido tomadas por empresas madereras, hidroeléctricas, salmoneras, ecoturísticas, eólicas y productoras de soja. Su poder abarca todo el espectro político, económico, social y cultural. Desde presidentes hasta un buen número de senadores, diputados y alcaldes. Los apellidos de los grandes terratenientes también se encuentran como jueces, militares, banqueros, propietarios de periódicos y el sacerdocio. Nada escapa a su control.
Las tierras de Wallmapu son objeto de deseo para transnacionales y terratenientes. Son impulsados por la codicia. La violencia y la represión son el lenguaje de la casta política chilena utilizado en el Wallmapu. Desde la guerra de la Araucanía en el siglo XIX, sus tratados son letra muerta.
Frente a ellos están los mapuches, un pueblo con orgullo y dignidad. Su lucha y resistencia exponen a la casta política. Durante el período posterior a la dictadura, las presidencias de Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz Tagle, Ricardo Lagos, Sebastián Piñera, Michelle Bachelet y ahora Gabriel Boric, han terminado criminalizando las luchas que exigen la restitución de las tierras saqueadas.
Solo durante el gobierno de Salvador Allende (1970-73) se establecieron acuerdos que garantizaban los derechos mapuches, penalizaban el acaparamiento de tierras y limitaban la expansión de las grandes propiedades. El golpe de Estado trajo una represión sin precedentes. La tierra mapuche fue entregada a los grandes terratenientes y fueron sometidos a una época de represión y muerte.
En 1964, Violeta Parra, la poetisa del pueblo, expresó la realidad del pueblo mapuche en una canción: Levántate, Huenchullán. Aquí hay un extracto. Sus versos sangran: «Arauco tiene un dolor que no puede ser silenciado. Son injusticias centenarias, que todo el mundo ve aplicadas. Nadie lo remedia, aunque podría … Le van a quitar su tierra, tiene que defenderla. Arauco está desolado y el ajuerino de pie está de pie. Levántate, Manquilef… Las elecciones ya están rugiendo, se les puede escuchar por no irse. Pero los gemidos del indio nunca serán escuchados. No importa cuánto truene la voz de Caupolicán en la tumba…. Ya no son los españoles los que les hacen llorar. Hoy son los propios chilenos los que se llevan el pan…. El mañío ya no florece, el piñón ya no da fruto. La Araucanía se va a secar, el cedrón ya no huele, porque el mapuche está siendo clavado en el centro de su corazón. ¡Levántate, Curimón!»
Los gobiernos chilenos han decidido militarizar y criminalizar la resistencia del pueblo mapuche. El estado de excepción y la ley antiterrorista facilitan las políticas de contrainsurgencia. A menos de un año del gobierno de Gabriel Boric, ya tiene en su haber la detención de la dirección de la Coordinadora Arauco Malleco. Su portavoz, Héctor Llaitul, fue detenido el 24 de agosto, acusado de terrorismo. Dos de sus hijos, Pelentaro y Ernesto, también están detenidos por estos cargos. Han sido trasladados de la cárcel de Temuco a Valdivia y Concepción, violando todos los derechos de cumplir prisión en el lugar de residencia. Así es como gobiernan los progresistas.
Hoy son diez los dirigentes de la CAM detenidos y afectados por el traslado arbitrario del gobierno. Para dar a conocer su situación, iniciaron una huelga de hambre el 27 de noviembre. El 31 de diciembre, han pasado treinta y seis días. La noticia es preocupante. Para algunos, no es su primera vez. El deterioro de órganos como el hígado, los riñones, el corazón y los pulmones es irreversible, a lo que se añade la tortura.
Recordemos sus nombres: Jorge Caniupil; Luis Menares Chañilao; Carlos Mardones Sáez; Pelentaro Llaitul Pezoa, Luis Funzalida Eneros; Esteban Henríquez, Ricardo Reinao; Héctor Llaitul Carrillanca y Ernesto Llaitul Pezoa. El último en unirse fue Daniel Canio.
La muerte entra en escena. La voz del Wallmapu crece en medio del silencio y la complicidad de la casta política. Si el emblema de la rebelión popular de octubre de 2019 fue la enseña mapuche, fue debido a la condensación de rebeldía que su resistencia ha acumulado a lo largo de los siglos.
En 2019, Ricardo Melgar Bao entrevistó a Héctor Llaitul para la revista Pacarina del Sur. Esto es lo que dijo: «Para nosotros, lo principal es recuperar el territorio y obtener la libertad. Esto último como un elemento sustancial en la reconstrucción de un pueblo, y para lograrlo, luchamos por un tipo de autonomía, la autonomía revolucionaria».
Romper el cerco, lograr la libertad de los dirigentes de la CAM, denunciar al gobierno de Gabriel Boric en su política de represión en Wallmapu, realza la condición humana, frente a la política de exterminio de un gobierno que solo pretende defender los intereses de terratenientes y transnacionales.
* Andy Higginbottom es profesor asociado en la Universidad de Kingston, Londres, donde enseña sobre la esclavitud y la emancipación, los crímenes de los poderosos y la economía política internacional. Andy tiene un interés general en los movimientos que luchan contra el extractivismo, el neocolonialismo y la opresión. Es activista en apoyo de movimientos sociales en Colombia, Sudáfrica y Eelam Tamiles. Sus proyectos de investigación actuales son un diálogo con El Capital de Marx sobre la teorización de la esclavitud del algodón estadounidense y el capitalismo industrial británico; y una exploración del concepto de superexplotación laboral de Marini con la teoría de la plusvalía de Marx. Puede ser contactado en a.higginbottom [at] kingston.ac.uk.
Imagen de portada: Héctor Llaitul, werken (portavoz) de la CAM. En «detención preventiva» sin juicio desde agosto de 2022, enfrentándose a cargos en virtud de la Ley de Seguridad del Estado. | Foto: Luis Hidalgo / Monthly Review.
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