SOMOSMASS99
Alfonso Díaz Rey*
Viernes 3 de marzo de 2023
La mayor potencia imperialista, Estados Unidos, sus aliados europeos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Canadá y otros países aspirantes a esa membresía, eso que han dado en llamar Occidente, están enfrascados en una guerra contra Rusia en la que las bajas occidentales son aportadas por Ucrania, y los aliados europeos incrementan su dependencia de los yanquis.
Lo anterior, en el contexto de la decadencia del sistema capitalista, escenario en el que para continuar como potencia hegemónica a Estados Unidos le conviene ─y de hecho la provoca─ la debilidad económica, industrial, científica, tecnológica y militar de los países que signifiquen alguna competencia, incluso de sus aliados, liados a quienes subordina a decisiones políticas que derivan en cada vez mayor dependencia.
El principal objetivo de Estados Unidos es China, país con un vigoroso crecimiento en todos los órdenes y que pone en peligro el dominio de los imperialistas norteamericanos junto con su visión unipolar del mundo.
Otro de los objetivos del imperialismo norteamericano es Rusia, país capitalista que aun cuando no es una potencia económica, en los planos científico, tecnológico y militar posee un desarrollo que preocupa a la oligarquía yanqui, y a quien no desea ver como aliado de China, razón por la que intenta debilitarlo y desmembrarlo mediante una guerra, largamente planeada, para apoderarse de sus cuantiosas riquezas naturales.
Es en este contexto que a las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, les brota la preocupación por el Sur Global, término peyorativo que refleja su naturaleza colonialista y con el que se refieren a una serie de países subdesarrollados a los que históricamente han expoliado para financiar y mantener su desarrollo, región en la que no pocos países se han opuesto a condenar a Rusia por la guerra en Europa y a tomar partido del lado de Occidente.
En este Sur Global, que cuenta con inmensas riquezas naturales apetecidas por los imperialistas, se han dado movimientos políticos y sociales que con el ascenso de gobiernos progresistas buscan, no sin contradicciones y problemas creados por los imperialistas, mejores condiciones para el desarrollo de sus pueblos, cosa que necesariamente afecta los intereses de las oligarquías locales y las extranjeras.
La preocupación de Occidente por el Sur Global más que por el desarrollo y el bienestar de nuestros países es por encontrar formas más sutiles de dominio y control político, económico y cultural con el fin de continuar con el despojo y saqueo de los pueblos y riquezas naturales ─de las que los imperialistas se sienten dueños─ y mantenerlos en el subdesarrollo y en una eterna dependencia, lo que les permitiría crear las condiciones para comenzar la ofensiva contra otros pueblos a quienes consideran sus enemigos por el solo hecho de haber emprendido vías de desarrollo independiente que son un obstáculo para la hegemonía imperial.
Esa decadencia del sistema capitalista, fruto de sus propias e irresolubles contradicciones, vuelve a los imperialistas cada vez más agresivos y peligrosos. No desconocen las consecuencias que tendría un conflicto bélico a gran escala y sin embargo Estados Unidos insiste en sus planes de dominio mundial, arrastrando a sus aliados europeos a imponer a sus pueblos medidas que afectan considerablemente sus condiciones de vida.
Con la tecnología militar actual y el arsenal nuclear existente, en una guerra a nivel mundial todos perderíamos y sería solo cuestión de tiempo, no mucho, para la desaparición de numerosas especies, entre ellas la humana. Por ello el capitalismo, generador de dos guerras mundiales el pasado siglo ─y de casi todas las guerras desde hace 500 años─, es el mayor obstáculo al desarrollo de los pueblos y el más grande peligro para la humanidad.
En este contexto la lucha por la paz, el respeto a la autodeterminación y soberanía de los pueblos, y la solidaridad y cooperación entre estos, adquieren en la actualidad la mayor importancia y es una tarea de la humanidad entera, Es una lucha por la vida.
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Foto de portada: Dialektika.
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