SOMOSMASS99
Alfonso Díaz Rey*
Martes 26 de julio de 2022
Eran soles previos que con su alborada
rasgaron las nieblas del cuartel Moncada
La Patria en tinieblas vio sus rumbos claros
a la luz precisa de urgentes disparos.
Era la mañana de la Santa Ana.
La sangre vertida no fue sangre vana.
– Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí) Era la mañana de la Santa Ana (fragmento).
Este 26 de julio, Día de la Dignidad Nacional en Cuba, se cumplen 69 años de los asaltos a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, por un grupo de jóvenes liderados por Fidel, en el año del centenario del natalicio del Apóstol, José Martí.
Esos jóvenes, armados fundamentalmente de dignidad, intentaron una acción que, de lograr su objetivo, serviría para llamar al pueblo a la insurrección contra quienes habían usurpado el poder mediante el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 e instaurado una dictadura, con Fulgencio Batista al frente, cancelando con ello los anhelos de democracia y libertad al pueblo cubano.
La acción del 26 de julio fracasó, sin embargo, a pesar de la derrota en el terreno militar y de una sangrienta y brutal represión, tuvo un efecto positivo y multiplicador: fortaleció y potenció el sentido de la dignidad de un pueblo que a los cinco años, cinco meses y cinco días de esos sucesos vio coronado su esfuerzo y sus sacrificios con el triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959.
Aquellos jóvenes del 26 de julio de 1953, la Generación del Centenario, llevaban en sí el decoro de muchos cubanos que en la búsqueda de un cambio real y sustancial se oponían a la dictadura y, de distintas maneras, lo manifestaban en las aulas, los centros de trabajo, las calles y el campo, quienes al producirse el triunfo revolucionario no dudaron en sumarse al esfuerzo y sacrificio que exigía la nueva e inédita situación.
La congruencia de la dirección revolucionaria entre decir y hacer, el masivo apoyo popular y la entrega con orgullo a las tareas de la Revolución, rápidamente potenciaron el sentimiento de dignidad que históricamente ha estado presente en el pueblo cubano, por su larga lucha contra la ocupación colonial y contra la neocolonia que habían instaurado los yanquis tras su intervención en 1898.
Para el pueblo cubano la dignidad se ha convertido en una enorme fuerza moral, una poderosa arma para conquistar, no sin enormes dificultades, avances significativos en salud, educación, medicina, deportes, cultura, ciencia, justicia y cohesión social, etc., además de un escudo infranqueable en la defensa de su Revolución y su soberanía. De otra forma no podría explicarse que no obstante los más de sesenta años de asedio, hostilidad y agresiones de todo tipo del imperialismo yanqui y sus lacayos para doblegar a la Revolución, Cuba y su pueblo resisten y avanzan. Y vencerán.
Los imperialistas se niegan a aceptar que el pueblo de un pequeño país al que controlaban política, militar y económicamente, haya hecho una Revolución y recuperado su soberanía y su independencia usurpadas por Estados Unidos (1898 a 1958), y decidido construir un Estado socialista a solamente 90 millas de las costas del imperio. De ahí la hostilidad y las agresiones, cuyo principal eje es el criminal y genocida bloqueo económico, comercial y financiero contra el pueblo cubano.
Además, para los demás pueblos del mundo, ese pequeño país se ha convertido en ejemplo y símbolo de dignidad, soberanía y solidaridad, virtudes que cuando las posee un pueblo representan un serio obstáculo para el avance del imperialismo.
Por ello ─y por muchas cosas más─ la fecha y la conmemoración del 26 de Julio no son solamente un patrimonio histórico cultural del pueblo cubano, sino también de la parte de la humanidad que ante el dominio, explotación y saqueo de nuestros pueblos, ha dicho ¡basta!
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Imagen de portada: Asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1963. | Foto: Resumen.
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