SOMOSMASS99
José Antonio Bueno Saucillo*
Miércoles 29 de junio de 2022
El contexto que me quiero permitir es nacional. El asunto principal es estatal, lo más cercano a lo que pudiera ser llamado «bases sociales» en Guanajuato, específicamente Celaya.
Tal vez, alguien dirá que es mala intención, que soy o somos agentes negativos que todo vemos mal, pero no estarán diciendo la verdad… una vez más.
Primero, ¿por qué hablar del partido político Morena?… porque es el organismo vínculo electoral creado por Andrés Manuel López Obrador para arribar al mando nacional después de haber sido defraudado dos veces en el mismo propósito.
Robado en 2006 y 2012… los más recientes daños políticos que había sufrido en su trayectoria.
Dadas las circunstancias históricas/políticas sólo obtendría un triunfo con una votación apabullante… así fue.
Tres elementos fueron la clave para el aglutinamiento de tal cantidad de votos, se manejan más de treinta y cinco millones:
Uno: el hartazgo del pueblo ante un proceso histórico de abusos de poder y saqueo económico de parte de la ralea gobernante…
Dos: la trayectoria de lucha del propio Andrés Manuel López Obrador y…
Tres: el elemento catalizador electoral, Morena, enriquecido con cuadros históricos de izquierda; muchos de éstos, aunque votaron por Andrés Manuel vía Morena, no se afiliaron a partido por un prejuicio, desde mi punto de vista, justificado.
El riesgo de los ingredientes.
Dieron su voto estratégico.
Desde tiempo antes, muchos activistas sociales teníamos una visión o versión documentada de lo que debía ser un Partido Político, teníamos los elementos teóricos aportados por nuestra historia reciente… la Segunda Guerra, la revolución cubana con sus bases ideológicas ya en las de la revolución rusa… y, más cerca aún, el Movimiento Estudiantil de 1968… pero ahora teníamos en el horizonte más cercano a un agente ideal, con una trayectoria limpia para llegar a la cabeza del gobierno nacional y emprender la toma del poder político del país, como ya lo habíamos comprendido literariamente.
Algunos ya traíamos varias batallas a cuestas, en muchos casos, gremiales.
Con la toma constitucional del poder político, vía electoral, comenzó una carrera de capacidades, resistencias e identidades.
Para ese entonces ya estaban definidas tres entidades, Andrés Manuel López Obrador, el Partido Movimiento Morena y la base social esparcida en todo el territorio nacional.
Concatenadas deberían actuar para impulsar el Proyecto de Regeneración Nacional, plataforma política del Presidente.
En su momento, y al hacerse evidente el gran éxodo de miembros de la histórica derecha hacia la izquierda, y conociendo a varios de ellos en la entidad y el municipio, alertamos desde el Comité de Base de Auscultación Morena en Celaya que el recién nacido Instituto Político estaba naciendo con defectos genéticos, y que aparte estaba siendo contaminado por históricas lacras de la derecha, que eso no tendría final feliz y que en el futuro iba a representar grandes esfuerzos para su limpieza.
La vorágine ya tomaba velocidad…
Dicho y hecho.
En el presente, unos nos hacemos disimulados de que existan y estén actuando ya esos chapulines, otros no hemos encontrado puertas accesibles a nuestras quejas y advertencias; muchos de estos nefastos personajes han sido expulsados por el fallo de la Comisión Nacional de Honor y Justicia del Partido Morena, pero posteriormente han sido reinstalados dolosamente por los Tribunales Electorales.
Ahora comprendemos que el INE es un frente de batalla más de la derecha corrupta.
Acá en Guanajuato recordamos la triste figura política de Fidelina Bautista, de la mano de Ernesto Prieto Ortega, hoy en la Dirección de la Instituto Nacional para Devolver al Pueblo lo Robado….
De modo que a Morena se le ha dificultado sacudirse esas lacras, y cada vez se visualizan más.
Sostengo que la falta de claridad ideológica solamente se puede subsanar mediante el ejercicio responsable de la educación política, instrumento de soporte esencial de todo partido político. La política de puertas abiertas está poniendo en riesgo el proyecto de izquierda nacional, la derecha ha instrumentado una estrategia de infiltración y simplemente Morena no ha hecho lo necesario por adoptar una misión aséptica que debió preverse, instalando filtros de admisión y estableciendo una auditoría de desempeño gubernamental aplicable a funcionarios aportados por su vía.
El hecho lamentable es que para muchos, el maniobrerismo político para sacar provechos personales ya es tomado como una política inherente también a la izquierda y ha dado lugar a que las bases opinen que todos los partidos son iguales sin importar si son de derecha o de izquierda.
Ya se comenzó a pagar ese precio.
Para mí existen dos ejércitos de derecha que se mezclan y que no son fáciles de distinguir: la derecha aglutinada en partidos políticos y los que están fuera de éstos, los que «militan» en algún resquicio de la izquierda pero que piensan como los de derecha.
Estos últimos, los disfrazados, los farsantes, los más peligrosos, los que fintan con la izquierda y pegan con la derecha.
Esas alimañas son las que hacen más daño, las enquistadas, las que riegan pus al interior de las luchas sociales, terminan adueñándose de ellas o bien las desechan deshechas.
Esto es lo que está ocurriendo y en donde le ha faltado tamaño al Partido Morena.
Morena no ha entendido aún: filtros y formación política, no politiquera.
Pienso que tal situación, preocupante para unos y adecuada para otros, se vive en muchas partes de México, Guanajuato puede ser un modelo muy tangible de tan lamentable situación.
Guanajuato en éste de los casos, preocupante, sin duda.
Posiblemente el error de muchos individuos que nos pensamos de izquierda es que hemos conceptualizado a Morena como una identidad monolítica, tan sólo un membrete, una palabra en color marrón… o, peor aún, identificamos a Morena con algún rostro, una declaración, un mandatario, un mitin, una matraca, y lo peor… con el Presidente de la Nación… y trasladamos triunfos o derrotas íntimas respecto de nuestra ideología con Andrés Manuel o con Morena.
Error.
Morena no es un monolito, ni el Presidente la representa, ni Morena representa al Presidente.
Hacemos una asociación de identidades… y una extensión de méritos y culpas indistintamente…
Error.
Si se conceptualiza con figuras mentales, estamos dejando fuera de nuestros procesos de razonamiento todas las implicaciones inherentes a los seres humanos que conforman estas organizaciones sociales, sus acciones políticas, sus maniobras, sus presencias, ausencias, verdades, mentiras, intrigas, intereses, formación, trayectorias, pertenencias, ocultamientos…
Cuando alguien ignora sobre algo… cuando aparenta saber… cuando algo cubre con maquillaje, promesas, alejamientos, acercamientos, zalamerías, dádivas; cuando las sonrisas son forzadas… cuando no se siente la verdad en las palabras… cuando algo… algo…
Es precisamente eso lo que se aprecia en Andrés Manuel López Obrador, se siente genuino, no falsificador ni hipócrita… no así todos los que dicen compartir con él el proyecto de transformar a México.
Me atrevo a decir que hay miles incrustados por todo el país que fingen, aparentan con cinismo ser de la izquierda tipo, actualmente vigente en México.
La debacle de Morena en Guanajuato es representada por varios personajes nefastos que han trazado una estela triste a su paso desde 2012 aproximadamente, cuando Ernesto Prieto Ortega se negó a negociar la candidatura a la gubernatura de la entidad con el PRD para presentar un candidato único de la «izquierda» y dividió los pocos votos emitidos.
A partir de ahí no le ha quitado el pie de encima a la «izquierda» en Guanajuato creando una red de manipulación política mediante su hijo Ernesto Prieto Gallardo y un patético equipo de politiquillos operadores de influencias migajas para traficar con las candidaturas de cargos legislativos, alcaldías y paquetes de consolación en cargos menores.
Acá han desfilado sin reflejar resultados de unidad estatal todo un ejército de cínicos demagogos que han fingido hasta la saciedad que están trabajando en torno a la mencionada unidad partidista de izquierda.
Desastrosos resultados, porque no han venido a enfocarse para el fin de la unidad, sino a aliarse a los Prieto.
Recuerdos que se diluyen por su débil densidad son la palabrería fatua de Alma Alcaraz, Rafaela Puentes, Tomás Pliego, Antares Vázquez, Magdalena Rosales, Bárbara Varela y todos los demás con dimensiones más insignificantes aún que están en mutis estratégicos, mientras la militancia de Guanajuato camina divagando sin pena ni gloria.
No supieron capitalizarla.
De tal manera que los operadores para la «unidad», unidos al cochambre de la casi inexistente dirección estatal y a los patéticos caciquillos locales de «izquierda» han marcado la risible presencia en Celaya Gto. de lo que pudiera llamarse izquierda.
Desde los Ernestos Prieto hasta los regidores de pacotilla del ayuntamiento, que en cuanto tomaron el cargo se aumentaron el sueldo, aunque en su práctica no hayan pasado de ser espantapájaros levantadedos que sólo se reflejan en los espejos de sus casas.
Simplemente peleles con sueldo.
Lo menos que se podría esperar, dado estas ensaladas de mugre, es la confusión evidente… un mar de grupúsculos que no se ponen de acuerdo, donde resaltan los intereses como motivación, pero todos aparentando que no ven a los operarios de los Prieto a un lado de ellos, que a algunos dan migajas y a otros los aíslan groseramente.
Les bastaría simplemente hacer un paneo rápido para comprobar que en la política de dar, compensar, pagar, regalar, premiar… a ellos los han dejado como perros debajo de la mesa.
La unidad de la izquierda en Celaya es una falacia, palabra hueca, demagogia para justificar politiquería; mientras haya traidores que operen para los Prieto a cambio de migajas, todo seguirá así o empeorará, no importarán reuniones y reuniones.
De este modo circunscribir a la izquierda en Morena resulta falaz, tonto y engañoso.
Un nuevo llamado a la gente limpia del comité nacional que le interese; o ¿vamos a seguir con el histórico chantaje de que «los locales no hemos sido capaces de saldar nuestras propias cuentas»?
¿Así cómo?
Si a cual más, la mayoría «trabaja» por cuotas de poder.
* Esta es una colaboración del Colectivo Miguel Hidalgo de Celaya, Guanajuato, al que pertenece el autor.
Imagen de portada: Andrés Manuel López Obrador en un acto proselitista de Morena en la ciudad de León, Guanajuato, en junio de 2017. | Foto: Archivo SomosMass99.
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