SOMOSMASS99
Javier Hinojosa
Martes 17 de mayo de 2016
“Somos lo que somos y estamos donde estamos por la forma en que preparamos a nuestra gente”
Wilhelm & Georg Shaeffler, fundadores de Shaeffler Group
Los empresarios somos muy dados a invertir fuertes cantidades de dinero en costosos equipos, funcionales oficinas o grandes naves y nos olvidamos que no existe inversión más rentable que la de capacitar a nuestro personal. Las grandes empresas de clase mundial sí han comprendido esto, Shaeffler en Irapuato es una de ellas. Como miembro del Consejo Estatal de Participación Social en la Educación (CEPSE), el pasado miércoles fui invitado a visitarla, una de las muchas empresas extranjeras que se han afincado en nuestro estado atraídas por el poderoso imán de las armadoras de automóviles, empresa familiar alemana considerada la segunda más grande del mundo en la fabricación de rodamientos, con ventas multimillonarias y más de 150 plantas instaladas en los 5 continentes.
Nuestro interés era ver en vivo y a todo color qué han hecho estos exitosos alemanes para que jóvenes mexicanos principalmente egresados del Conalep y el ITESI, estén fabricando piezas de elevadísima precisión en sofisticados tornos de control numérico cumpliendo o excediendo las rigurosas exigencias de calidad del sector.
Lo primero que me sorprendió fue el nivel de las instalaciones para la capacitación, en la parte alta 6 amplias aulas dignas de la mejor universidad, equipadas con excelente iluminación, aire acondicionado, pizarrón electrónico, pantalla y proyector, cómodas sillas y mesas de trabajo y, en varias de ellas computadoras y equipos para aprender electrónica y neumática. En la planta baja el taller con tornos, fresadoras, rectificadoras, áreas de soldadura y mesas de trabajo con prensas para sujetar piezas y multitud de cajoneras con toda la variedad de instrumentos de medición, herramientas y utillaje en donde jóvenes de ambos sexos con flamantes uniformes y equipo de seguridad se esmeraban en desarrollar las diversas habilidades requeridas por la empresa.
Como dato curioso, en Shaeffler ninguna persona recién reclutada, sea o no becario, entra a trabajar a la planta si no ha pasado por un curso intensivo de inducción de 8 semanas de tiempo completo!
Pero lo más interesante era la implementación de lo que se da en llamar Sistema Dual, un sistema que desde hace siglos se practica en Alemania, ahora muy común en varios países europeos y empieza a implementarse en México y en Guanajuato en donde se busca vincular a los planteles de educación media superior con el sector productivo atendiendo la demanda real de las empresas a través de:
- Mayor integración entre la teoría y la práctica
- Mayor participación de las empresas en los planes de estudio y
- Menor tiempo de estudio para graduarse.
A raíz de esta iniciativa se instaló convenientemente un Conalep a espaldas de Shaeffler, a donde esta última acude a reclutar estudiantes de segundo semestre interesados en el modelo y proceden a invitarlos a visitar la planta, mostrarles las ventajas y “enamorarlos” para que se incorporen al programa. A partir del tercer semestre, los seleccionados toman durante dos días de la semana las materias en la escuela y tres en la fábrica en donde se van familiarizando con la cultura y los valores de la empresa así como los sistemas, procedimientos, formatos, instrumentos y equipos que se utilizan de manera cotidiana en el trabajo. Transporte, uniformes, alimentos, equipo de seguridad y materiales son proporcionados sin costo por la empresa quien les ofrece empleo al término de la capacitación y una amplia perspectiva de crecimiento y desarrollo. El saber que pueden viajar a capacitarse e incluso trabajar en el extranjero representa un aliciente adicional para ellos.
Es impresionante la cantidad de dinero que la iniciativa privada invierte en Alemania a través de sus Cámaras y Asociaciones para proyectos como este, la convicción de los empresarios es tal que las proporciones de participación económica son de 3 a 1 con el gobierno, y más impresionante aún es lo que invierten dentro de sus fábricas para profesionalizar a su personal, preparar a docentes, generar material didáctico y montar equipos para prácticas.
Dos cosas cambiaron para mí en esta visita: por un lado la torcida percepción de que estas empresas vienen solamente a “explotar” nuestra mano de obra barata, y por el otro el darme cuenta de que estos forasteros tienen más fe que nosotros en nuestra gente y en cómo la educación puede transformarlos.
Es hora de que el sector productivo de la mano de la SEG y la SDES tome la iniciativa y el liderazgo de la educación media superior, tomando el ejemplo de estos alemanes al igual que de los japoneses y de otras importantes empresas extranjeras que han apostado por Guanajuato y, como ellos, sumarnos a la tarea de invertir fuerte en la capacitación de maestros y estudiantes y enseñarles lo que realmente necesitamos que aprendan, seguros de que esta inversión nos será retribuida al ciento por uno y que, a través de este exitoso, práctico y pertinente esquema de educación estarán saliendo de nuestras fábricas productos de muy alta calidad a precios muy competitivos y estaremos formando en el proceso a muchos jóvenes mexicanos para que sean mejores personas.
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