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Laura Cuevas Rodríguez*
Miércoles 14 de septiembre de 2022
Los pasados hechos de violencia ocurridos del 9 al 12 de agosto en los estados de Guanajuato, Jalisco, Michoacán y Baja California y en Ciudad Juárez, Chihuahua, dejaron en tres días (12, 13 y 14 de agosto) 3 mil 630 detenidos y 11 fallecidos, estos últimos a consecuencia de los actos bélicos iniciados en el Centro Estatal de Reinserción Social número 3 de aquella ciudad fronteriza.
La oposición obtusa y retrógrada del país quiso, a falta de argumentos y estrategias inteligentes, usar esos lamentables sucesos en contra del gobierno de la 4T, de manera específica −no sobra decirlo− contra el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Durante el calor de los hechos, la escandalera desmedida de los medios de comunicación favorables a la oposición conservadora vociferaba a los cuatro vientos que México estaba en el desgobierno total, que el país era presa del terrorismo, que la violencia en la Nación estaba desbordada. Se dieron vuelo, aprovecharon la ocasión, como se dice coloquialmente.
Las explicaciones del gobierno a través del gabinete de seguridad y del mismo presidente no se hicieron esperar, durante la mañanera y en una conferencia realizada exprofeso el día 15 de agosto.
El secretario de Defensa explicó que todos los estados en los que se vivieron episodios de violencia han sido escenarios donde las fuerzas armadas han dado golpes contundentes en detenciones de miembros del crimen organizado, así como en decomisos de drogas y armas.
Como resultado de los actos bélicos de propaganda por parte de los delincuentes, que es como los han denominado los integrantes del gabinete de seguridad, hubo detenidos que, de acuerdo con la información proporcionada en la conferencia citada arriba, ya se encuentran sujetos a proceso.
Los medios de comunicación pro conservadores han pretendido hacer ver estos hechos como una derrota de la estrategia de seguridad del gobierno actual. Sin embargo, no han logrado posicionar esa propaganda como les hubiera gustado para debilitar al presidente. No les ha alcanzado, a nuestro juicio, por dos razones:
Primera, porque hay una mayoría significativa del pueblo que cada vez tiene más claro cómo es la impartición de justicia en nuestro país; que hay fiscales estatales ineptos (por decir lo menos), como el de Guanajuato, que hasta pueden ser cómplices de los delincuentes; que existe una estrategia de seguridad que requiere tiempo para alcanzar la paz en el país; que los resultados favorables de dicha estrategia existen en varios rubros aunque los niegue la televisión; que los delitos pueden ser del fuero común o del fuero federal; que no todo le toca al Presidente.
Segunda, porque en el fondo, en esta tormenta mediática desatada por los opositores de siempre, se ha puesto en disputa la credibilidad de ellos contra la del presidente Andrés Manuel López Obrador y, aunque no lo quieran aceptar, es evidente que esa batalla la tienen perdida desde hace tiempo.
* Esta es una colaboración del Colectivo Miguel Hidalgo, de Celaya, Guanajuato, al que pertenece la autora.
Foto de portada: desInformémonos.
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