SOMOSMASS99
Javier Hinojosa
Martes 19 de julio de 2016
“La bicicleta es el medio de transporte más civilizado conocido por el hombre. Otras formas de transporte crecen cada día más como una pesadilla. Sólo la bicicleta sigue siendo pura de corazón”.
Iris Murdoch, Escritora y Filósofa irlandesa
Mi primer encuentro con la bicicleta fue cuando tenía yo 8 años y a mi hermano de 9 le trajo el Niño Dios una preciosa bicicleta azul con rueditas, por alguna extraña razón ni en la navidad siguiente ni en las subsecuentes me llegó la bici que pedía con tanto anhelo, de tal modo que durante muchos años solo pude andar en bicis prestadas. Fue en esa preciosa bicicleta azul en la que di mis primeros pedalazos, un sábado al mediodía después de horas de intentos fallidos llegué corriendo a casa sucio, raspado y maltrecho pero feliz gritando: ¡mamá, mamá, ya se andar en bici!
La ciudad crecía rápidamente y un vecino de mi edad murió atropellado en un lamentable accidente mientras transitaba inocentemente en su bici por la banqueta, a partir de ese momento las bicis quedaron prohibidas en la casa, la bici azul desapareció misteriosamente y una más grande se la regalaron al jardinero.
35 años después llegué a San Francisco del Rincón y me sorprendí de la cantidad de bicis que pululaban por toda la ciudad, fue ahí donde compré mi primera bicicleta, empecé a hacer recorridos cortos por la ciudad y algunas tardes por la carretera a Jalpa con un carro cuidándome las espaldas. Más adelante nos organizamos un grupo de amigos para salir temprano todos los martes en bici de montaña y los viernes en bicis de ruta en recorridos retadores de una o dos horas.
Ya en el Club de Leones sugerí la formación de un Comité que impulsara su uso y promoviera la instalación de ciclovías en la ciudad, fue tal el entusiasmo con el que promoví la iniciativa que se formó el comité, se le llamó Pro Bici y quedé yo como único miembro con los cargos de presidente, tesorero, secretario y vocero. Durante varios años me publicaron en el AM local una columna semanal sobre el tema en la que daba cifras, denunciaba atropellamientos, describía las bondades del vehículo y la necesidad de crear infraestructura que diera protección a los ciclistas. En aquel entonces el esfuerzo dio ciertos frutos, con dinero obtenido de eventos que organizamos mi señora y yo en el club se instalaron carriles con boyas en varias de las calles más transitadas y ahí permanecieron durante 10 años (hasta que un día sin aviso ni explicación las desinstalaron) y 3 alcaldes probici construyeron ciclovías en forma en el bulevar Juventino Rosas, el Camino Viejo y el camino al Maguey que prevalecen hasta la fecha.
La lucha siguió en mayor escala en el Iplaneg buscando en todo momento posicionar a la bici como un sistema alternativo de transporte eficiente, sustentable, sano, limpio y silencioso, que ocupa poco espacio y requiere de una mínima infraestructura; insistiendo en que no bastaban unas cuantas ciclovías aquí y allá, sino que era necesario crear una red en toda la ciudad que permitiera ir desde y hacia cualquier lado si tener que arriesgar la vida ante la arrogancia y potestad del automóvil; mostrando que unos cuantos botes de pintura y boyas eran suficientes para delimitar espacios y cederle al ciclista una parte de las injustamente repartidas vías públicas, que era indispensable que hubiera estacionamientos cerca de las estaciones de autobuses así como en las empresas, comercios y oficinas donde se pudieran dejar las bicis a buen resguardo sin temor a que fueran robadas.
En todos estos años la respuesta de las autoridades ha sido nula, o tibia en el mejor de los casos, intervenciones mínimas, acciones desmayadas, se aprecia que pesan más en el ánimo de nuestros alcaldes las demandas de grandes puentes y amplios bulevares para los conductores que las voces de miles de ciudadanos que verían la bicicleta como una alternativa atractiva, funcional y económica ante el mismo automóvil o el transporte público caro e ineficiente que prevalece en la mayoría de nuestras ciudades.
Es por eso que cuando siento el gusanillo de tirar la toalla y abandonar esta lucha que parece estéril, vuelvo a leer y escuchar los grandes avances que se han logrado para instaurar un ciclismo urbano en serio en muchas grandes e importantes urbes como Nueva York, Ámsterdam o Copenhague, o repaso la nota que cuenta como en Francia las empresas pagarán 21 centavos de Euro por kilómetro a los trabajadores que dejen su auto en casa y viajen en bicicleta, o busco en las redes sociales como está progresando el creciente movimiento de ciclistas auto gestionado y joven que pugna por lograr cambios en las políticas de vialidad, organizando paseos, cerrando calles los domingos, manifestándose públicamente, sembrando bicis blancas y doliéndose de la muerte de sus colegas ciclistas en el lugar donde perecieron bajo las ruedas de un auto o camión y es entonces que se renueva mi optimismo y se refresca mi sueño de ver en un día no muy lejano a nuestras ciudades transformadas, dando el espacio y la seguridad a los ciclistas e integrando a las bicicletas como la alternativa predilecta de movilidad.
En Francia los que vayan en bici a trabajar tendrán sueldo extra: http://www.aldeaviral.com/en-francia-los-que-vayan-en-bici-a-trabajar-tendran-sueldo-extra/
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