SOMOSMASS99
Redacción / SomosMass99
Ciudad de México / Viernes 5 de noviembre de 2021
La madrugada de este jueves falleció, a los 78 años, el compositor Mario Lavista, uno de los más importantes músicos mexicanos del siglo XX e inicios del XXI. El mundo de la música en el país rindió un homenaje de despedida en el Palacio de Bellas Artes a quien era conocido por sus inquietudes vanguardistas y como maestro en las cátedras de composición y análisis de lenguaje musical. A México le deja un gran legado musical, con obras que se escuchan en todo el mundo.
Claudia Lavista, su hija, recordó el gran sentido del humor, de quien dijo, tuvo la fortuna de admirar. “Siempre estaré admirada de su inteligencia, de su sensibilidad, de su cariño por todos. Si pudiera definir a mi padre con una palabra lo definiría que era puro gozo”.
Destacó que tuvo la enorme fortuna de escuchar la música de su papá cuando la estaba creando en el piano, “oía las primeras notas que después se convertirían en un cuarteto de cuerdas, en una pieza para flauta o en una obra para Tambuco. Y veía cómo venían los intérpretes a la casa y mi papá les preguntaba cosas sobre el instrumento, se dirigía al piano y cambiaba la partitura”.
Para ella —dijo— fue su gran maestro de la vida, del arte, de la cultura, pero sobre todo de amor. “Su música para mí era como un útero, un cuenco tibetano, y en ese cuenco me he sentido muy cómoda siempre, bailando y moviéndome. Tuve la fortuna de hacer obra con su música, que él la pudiera ver, dirigir, darme consejos y participar conmigo de esta experiencia creativa”.
Por último, ponderó que lo más importante para él era que su música sea interpretada y escuchada, que llegue a muchos lugares, que muchos coreógrafos hagan obras con esas piezas musicales tan bellas, que intérpretes y orquestas en el mundo toquen su música.
“Nos queda a mí, a México y a varios de sus amigos que ya estamos trabajando en eso, ver qué vamos a hacer con su legado y asegurarnos que sea un legado al que todos puedan tener acceso, sobre todo las generaciones jóvenes, porque si algo quería mi papá era volver a dar clases y saber que, a partir de sus enseñanzas, tocaba a los más jóvenes, porque siempre estuvo preocupado por ellos”.
La compositora Gabriela Ortiz, quien además compartió algunas anécdotas del maestro, sus viajes a Francia y recuerdos con el flautista Alejandro Escuer, afirmó: “Su obra nos invita a un viaje extraño y fascinante en el que pareciera que nos adentramos a las aguas de otro mar, y ahí escuchar sonidos transparentes. Siempre he admirado la delicadeza y la fuerza expresiva de su música, una personalidad única que nos habla de todo a todos”.
Mario Lavista estudió composición con Carlos Chávez y Héctor Quintanar, y análisis musical con Rodolfo Halffter, en el Conservatorio Nacional de Música, donde fue profesor. Formó parte del Colegio Nacional y como reconocimientos recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes y la Medalla Mozart 1991
Entre otras muchas obras, fue autor de la ópera Aura y su partitura de Lacrymosa fue estrenada en 1994 por la American Composers Orcuestra, bajo la dirección de Dennis Russel Davies, en Nueva York.
Su obra de orquesta ha sido interpretada por los principales directores y orquestas clásicas de México, así como por las orquestas de Dallas y Pittsburgh, en los Estados Unidos, bajo la dirección del mexicano Eduardo Mata, ya fallecido.
Por la vanguardia, la búsqueda estética alejada de lo tradicional, Lavista se convirtió en una de las figuras más relevantes de la música en México y América Latina durante la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, además creó música para instrumento solo, así como música vocal, de cámara y orquesta.
La Universidad Nacional Autónoma de México dijo, a través de Cultura UNAM, que Mario Lavista estaba convencido de que la música tiene el poder de llegar al mundo de los muertos y que éstos probablemente escuchan. «Que la música lo acompañe en su eterno descanso. Que su música nos siga emocionando. Lamentamos su partida».
Mientras, la Filmoteca de la UNAM recordó las contribuciones que el compositor hizo para el cine mexicano, como Cabeza de Vaca (1991), Vivir mata (2002) y Eco en la montaña (2014), por las que fue nominado al Premio Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Homenaje musical
La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, recordó a Mario Lavista como “uno de los más grandes compositores mexicanos y maestro de generaciones, a quien, en nombre de México y su gobierno, lo despedimos.
“No puede pensarse la música mexicana contemporánea sin la presencia de Mario Lavista. La música nacional de las últimas décadas del siglo XX estuvo impulsada por su trabajo, y no solo me refiero a sus creaciones, sino también a su extensa labor editorial y pedagógica. Muchos son los que caminaron de su mano, los que alentó con sus historias, los que abrevaron de su ejemplo siempre alejado de protagonismo”.
Una vez que el féretro del compositor llegó al Palacio de Bellas Artes, el Grupo Tambuco recibió a su maestro y amigo con una percusión breve; posteriormente Alejandro Escuer interpretó Lamento para flauta baja, de la autoría de Mario Lavista, a quien también dedicó una pieza en su honor.
Asimismo, se interpretó Bocetos para una rama, con flauta, clarinete, violín, violonchelo y piano, obra de Lavista Camacho.
Mario Lavista fue despedido con música interpretada por integrantes del Ensamble del Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea del INBAL con las obras Andante Cantabile, K.330, piano solo, de Wolfgang Amadeus Mozart; Virelai, Foy porter / Dame, je vueil endurer, de Guillaume de Machaut; Prèlude a l’après-midi d’un faune, para flauta, oboe, clarinete, percusión, harmonium, piano, violines, viola, violonchelo, contrabajo, de Claude Debussy / Sachs-Schoenberg.
Los aplausos acompañaron al compositor en su última visita al Palacio de Bellas Artes.
Con información y fotos del homenaje del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Foto de portada: Secretaría de Cultura.
0 Comentario