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CHISPITAS DE LENGUAJE
Enrique R. Soriano Valencia
Jueves 19 de septiembre de 2024
Propio de las Fiestas Patrias, solemos usar con mucha soltura palabras como nación, patria y país. No son estrictamente sinónimas. Cada una tiene matices que valdría la pena reflexionar para usarlas con mayor precisión.
Etimológicamente, el vocablo nación procede del latín natio, que implica nacimiento. Por ello, define el Diccionario de la lengua española, el DLE, tres acepciones que van de la mano: 1. conjunto de habitantes regido por el mismo Gobierno. 2. territorio de una nación y 3. conjunto de personas de un mismo origen, que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común. En este sentido, es normal que se hable en nuestro propio país de la Nación Chichimeca o la Nación Otomí. Muchos grupos étnicos mantienen esas tres particularidades que les diferencia de otros grupos en el territorio mexicano.
De alguna forma, aunque todos nos agrupamos bajo el concepto de México, perviven un enorme conjunto de naciones en nuestro país. De ahí que seamos un crisol de culturas. Tampoco somos los únicos en el mundo. Rusia, por ejemplo, tiene una cultura europea que convive con la mongola, entre los grupos más característicos.
De ahí que en los primeros estudios sociológicos y políticos se acuñara el término Estado-nación para hablar de un concepto teórico que permitiera a varios grupos de un territorio forjar un solo Gobierno con leyes propias.
Por su parte, el vocablo patria también tiene su origen en el latín pater, que, por supuesto, se refiere al padre. Sin embargo, en este caso no se refiere solo a uno. Se trata del adjetivo femenino de patrius-a-um, que se denota el conjunto de patres o, mejor dicho, antepasados. En latín, el conjunto de antepasados tuvo por género el femenino, de ahí que, a pesar del sentido patriarcal o masculino, hayamos recibido el concepto como la patria. Por ello, en los libros de primaria de México se representa como una mujer con rasgos mestizos.
En virtud del proceso expansionista del imperio, que a toda la extensión llamaron Roma y otorgaron la ciudadanía a colonos y sus descendientes, entonces, se asoció con el lugar de nacimiento. Por ello, actualmente el DLE define patria como: «Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos».
En este sentido destaca el muy afortunado concepto de la cantante mexicana (por razones afectivas y jurídicas, porque se nacionalizó, pero nacida en Costa Rica) Chavela Vargas que aseguraba que los mexicanos somos tan determinantes que nacemos donde se nos antoja.
El vocablo más diversificado es país. Al español llegó procedente del francés. Este idioma, a su vez, lo recibió del latín tardío pays, que es una deformación de vocablo pagensis, que se refiere a habitante de un pagus, que es el vocablo que entonces aplicaban para pueblo. Es decir, que país se refiere más a los habitantes de un lugar.
El DLE lo define como territorio constituido en Estado soberano y conjunto de los habitantes, como cuando se dice «se enteró todo el país».
Foto de portada: Jorge Aguilar (@jorgeaguilar) / Unsplash.
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