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Emma Aguado / SomosMass99
Acámbaro, Gto. / Jueves 18 de enero de 2018
Acámbaro recibió hace algunos días a su más connotado defensor de derechos humanos, por supuesto se trata de Raúl Vera quien fue invitado por la parroquia de San Francisco, hoy a cargo del padre Javier Gordillo, para ser parte de la celebración por el aniversario 72 de coronación de la Virgen del Refugio de Pecadores, patrona de este municipio. De esta manera, el 7 de enero el sacerdote y obispo de Saltillo, Coahuila, arribó a su tierra natal y ofreció una rueda de prensa en donde abordó de manera muy general la situación del país haciendo un especial énfasis en la Ley de Seguridad Interior. De igual manera opinó a petición de reporteros sobre varios asuntos, desde los casos de violencia contra periodistas hasta su perspectiva de Acámbaro, pasando por los Moreira y la corrupción, su trabajo con los indígenas, la aspiración de Marichuy para ser candidata independiente (sobre lo cual sólo comentó que los indígenas son muy sabios en general y que la propia Marichuy sabe de lo que se trata este sistema) y las consecuencias del neoliberalismo.
Es de recordar que el obispo hace referencia de manera continua a su trabajo en la Constituyente Ciudadana que, según dijo, aún continúa y tiene el objetivo de crear una nueva Carta Magna basada en las necesidades de la mayoría en base a los resultados arrojados por el Tribunal Permanente de los Pueblos sobre la situación de nuestro país, en la perspectiva de violación de sus derechos humanos, por lo que insiste en la necesidad de organizarnos como pueblo para salir avantes de la corrupción y la impunidad que hoy imperan en México.
Sin embargo, de esta visita quisiera destacar otro punto y que tiene que ver con lo que dijo en su prédica a los cientos de católicos que le acompañaron.
“Parece que los cristianos vivimos debajo de la cama»
No sé a cuántos de ustedes les habrá tocado algún regaño en la infancia proferido por algún sacerdote a la hora de la confesión, habrá quien diga que hasta algún golpe recibió. Pero bastó eso (a veces más o menos) para alejarse completamente de la Iglesia católica o por lo menos establecer distancia. Pero hay de regaños a regaños. La predicación que hizo el padre Vera durante la misa de celebración de los 72 años de coronación de la patrona de Acámbaro podría considerarse un regaño considerando sobre todo el tono apasionado con el que Vera suele argumentar sobre este tipo de temas, pero yo más bien lo pondría en la escala de sacudida de conciencias y esta sacudida es atrayente incluso para los no creyentes.
Raúl Vera comprometió en primer término a los acambarenses para que durante estos próximos tres años que faltan a los 75 de festejo de coronación de la Virgen se aprovechen para reflexionar sobre lo que significa “ser ciudadanos del reino de Dios”, lo que también puede entenderse como un llamado a convertirnos en seres humanos conscientes, dignos, sensibles, solidarios, valientes y comprometidos con la honestidad, es decir, que dejemos de ser una comunidad rezandera y cultual para convertirnos en activistas por la vida. Pocos sacerdotes hacen este tipo de reflexiones en sus predicaciones, pocos de verdad.
En fin que el obispo también recordó que este año cumplió 30 años de sacerdocio por eso compartió con los presentes sus experiencias en Guerrero y Chiapas, donde vivió la violencia generada por el narco y por los paramilitares, por lo que señaló a los presentes que sus declaraciones son producto de su experiencia de vida. Ahora en Saltillo su labor es sobre todo con migrantes aunque como bien sabemos su defensa de derechos humanos no se circunscribe sólo a ellos porque incluso ha llevado sus denuncias al terreno internacional denunciando la corrupción de los Moreira en el estado de Coahuila ante la Corte Penal Internacional.
Y bueno, aprovechando la presencia del presidente municipal de Acámbaro en misa (lo que sigue en discusión por aquello del estado laico), el padre Vera lanzó unas palabras para él exclusivamente pidiéndole crear instituciones políticas que valgan la pena.
Antes de terminar con su prédica el acambarense habló del salario mínimo que, como dijo, es una burla comparado con lo que se paga en otros países, les recordó a los feligreses de la recién aprobada Ley de Seguridad Interior que, “le da autoridad al Ejército incluso sobre presidentes, gobernantes y presidente de la república”, y habló también del tema de los energéticos, hoy en manos de extranjeros y de la iniciativa privada. Pero sobre todo habló del miedo en el que viven la mayoría de los católicos y a palabras textuales comentó: “No van a entrar al cielo porque se aprendan de memoria el catecismo o la Biblia, Cristo tiene que ser predicado y vivido… la violencia contra nosotros es un control de población por eso tenemos que todos los crímenes no han disminuido… porque nos necesitan acalambrados para que sigan saqueando este país como se les dé su gana”. Pero, dijo, “para eso tenemos el espíritu para no tenerle miedo a la muerte, yo hasta ahora he entendido aquello de que no se enciende una luz para que se meta debajo de la cama y parece que los cristianos vivimos debajo de la cama”. Al terminar preguntó a los cientos de católicos ahí reunidos si su prédica se había escuchado o hablaba en chino, la respuesta fue una afirmación sonora que retumbó en el templo. “Menos mal”, culminó el padre.
Fotos de portada e interiores: Emma Aguado / SomosMass99
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