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Agustín Ramírez Agundis*
Miércoles 17 de agosto de 2022
El pasado doce de julio, en el periódico Correo, la periodista Luz Zárate publicó la nota titulada Por riesgo de caerse talarán 28 árboles en la Alameda de Celaya [1]. La noticia señala que autoridades de la Dirección de Medio Ambiente e integrantes del consejo consultivo municipal de esa área realizaron el día anterior un recorrido por la Alameda para verificar físicamente la condición en que están los árboles.
El Director del Medio Ambiente, Gastón Peña Maldonado, señaló que se tienen marcados 34 árboles. De éstos, al menos 28 se retirarían por completo ya que representan un riesgo para quienes visitan el parque.
Se dice que los árboles están enfermos, secos y con peligro de caerse. Algunos incluso tienen hongos en la raíz. Sin embargo, antes de cortarlos buscarán alternativas para mejorar el suelo.
La reportera reproduce algunas opiniones e información proporcionadas por Agustín Pineda, biólogo y ex regidor del ayuntamiento. Él expresó su preocupación por la tala de árboles e informó que en el parque hay 8 prados. Detalló que hay 706 árboles de distintas especies: casuarina, eucalipto, ceiba, yuca, ficus, tabachín, árbol de hule, fresno, jacaranda, palma datilera y olivo.
Pineda explicó que los árboles son importantes porque albergan varios tipos de aves como: halcón peregrino, paloma de collar, paloma de alas blancas, colibrí, mirlo, pájaros carpinteros, sanates, cuervos, calandrias, pájaros cardinales, golondrinas, loros, canarios, jilgueros; también hay ardillas, murciélagos, cacomiztles, además de diversos insectos.
En la nota se hace mención de que hace 5 años se talaron 62 árboles en este parque y no se replantaron otros nuevos. En aquel entonces se dijo que se cortaron algunos por una plaga y otros porque estaban secos.
Se agrega que en el parque se invirtieron alrededor de 20 millones de pesos hace tres administraciones, con el argumento de que se cambiaría la imagen del lugar. No obstante, no se contempló un proyecto ecológico para fortalecer los árboles o que se hiciera una nueva plantación.
Un dato importante que se señala es que en Celaya el déficit de árboles es alarmante, pues hay un registro de solamente un millón de árboles para una ciudad de más de 500 mil habitantes. Algunos organismos establecen un requerimiento de 10 metros cuadrados de área verde por habitante y en Celaya actualmente no se llega ni a 2 metros cuadrados por habitante.
Hasta aquí un resumen de la noticia que llamó mi atención por dos razones.
Por una parte, la tala de árboles ha sido recurrente en Celaya, en ocasiones para abrir o ampliar vías de comunicación y en otras por el envejecimiento prematuro de los árboles ocasionado por plagas o por el empobrecimiento del suelo en las zonas donde se encuentran, lo cual denota, en cualquiera de los dos casos, falta de preocupación por conservar e incrementar la cantidad de árboles en la ciudad.
Habría que recordar que en junio de 2017, también Gastón Peña Maldonado, en ese entonces igualmente director del ramo, anunció que serían talados 236 árboles en la primera sección del Parque Xochipilli. La causa que se señaló fue la misma, una plaga que secó las plantas. En aquella ocasión las especies dañadas fueron mezquites, eucaliptos y casuarinas.
Asimismo, en 2016, para construir la carretera de Trojes a Juan Martín, fueron talados 120 árboles, siendo 60 de ellos mezquites, argumentándose que un porcentaje considerable de éstos estaban invadidos por una plaga denominada muérdago [2]. Cabe aclarar que el muérdago es en sí un planta hemiparásita que comúnmente invade los mezquites y que ya se han desarrollado procedimientos para separarla.
También, la noticia reciente me pareció de interés porque la Alameda históricamente ha sido uno de los principales sitios públicos de convivencia familiar en Celaya. El lugar cobra vida desde el amanecer al escucharse el canto de las diversas aves que pernoctan en el lugar. Poco tiempo después van arribando personas que de manera individual o en grupo cotidianamente acuden para caminar, trotar o practicar alguna disciplina, sobre todo del tipo oriental. Al atardecer, la Alameda se convierte prácticamente en una verbena que no se detiene sino hasta ya avanzada la noche. Los fines de semana la actividad se intensifica a lo largo del día.
Lo anterior me motivó para conocer más acerca del lugar. Navegando en Internet me encontré con un artículo de investigación publicado en la revista Legado de Arquitectura y Diseño en el 2020 por José Alberto Ochoa, Antonio Salgado y Pedro Ayala, investigadores de la División de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad de Guanajuato. El título del artículo es Actualidad de la Alameda como espacio público natural: casos de estudio en Guanajuato, México [3]. Por lo pronto, sólo agrego esta cita como una invitación a revisar ese artículo y, por mi parte, lo abordaré en otra ocasión para comprender con mayor detalle la trascendencia histórica de la Alameda.
Mientras, lo importante es que el gobierno municipal de Celaya atienda de manera urgente, con la participación de expertos en la materia, el problema que está sufriendo el elemento fundamental del lugar, el cual no es otro que el grupo de árboles que le dio origen. Es necesario revertir el empobrecimiento del suelo, suplir los veneros que los irrigaban y establecer una relación de respeto entre la flora y fauna del lugar, los visitantes que disfrutan del agradable sitio, los residentes de la zona y los comerciantes que han instalado allí su negocio. Una tarea fundamental consiste en promover la conformación de un organismo ciudadano integrado por los vecinos del lugar y usuarios frecuentes del parque para cuidar el estado en que se encuentra y proponer a las autoridades acciones de mejoramiento, además de vigilar su cumplimiento y el buen uso de los recursos.
Cabe señalar que el desinterés de las autoridades por el medio ambiente no es exclusivo del municipio de Celaya. El déficit de árboles y zonas verdes en las ciudades de Guanajuato ha sido documentado ampliamente. Abundando en el tema de la Alameda como sitio público de convivencia e importante pulmón natural para atenuar los efectos de la contaminación, está el caso de la Alameda de Valle de Santiago, la cual es una tristeza visitar por el panorama desértico que contrasta con el ambiente de frescura que se vivía al menos treinta años atrás.
Así es. También en el terreno de la ecología tiene el gobierno del estado muchas cuentas que rendir ante el incumplimiento de su responsabilidad en crear las condiciones para un desarrollo sostenible.
Para finalizar, con relación al asunto de la tala de árboles en la Alameda enuncio una serie de interrogantes, las que seguramente muchos de los lectores se habrán planteado:
¿Por qué se ha permitido impunemente el maltrato de los árboles? ¿Dónde quedó la responsabilidad de quienes han sido encargados de dar seguimiento a la atención de los árboles? ¿Qué formación tiene el director de medio ambiente para asumir la responsabilidad de ese encargo? ¿Quién realizó los estudios que condujeron a decidir la tala de los árboles? ¿En qué se están basando para desahuciar los árboles? Un árbol tiene capacidad de resiliencia, ¿Dónde está el problema? ¿En el árbol? ¿En el suelo? ¿En el manejo que se realiza de la planta y del suelo? ¿Qué se hace con la madera que se genera a partir de la tala, sobre todo de las maderas con alto valor comercial? ¿Cuenta la administración municipal con un programa de reforestación que responda a una investigación seria y formal elaborada por una institución facultada para ello? ¿Si lo tiene, quién lo elaboró y cuánto se ha pagado por él?
Las autoridades deben responder con acciones concretas y pertinentes. De otra manera, seguramente las nuevas generaciones les echarán en cara no haber preservado un elemento importante del patrimonio celayense.
Notas:
[1] https://periodicocorreo.com.mx/arboles-en-la-alameda-de-celaya-seran-talados-por-ser-riesgosos/
[2] https://agoragto.com/celaya/se-talan-120-arboles-por-modernizacion/
[3] OCHOA-RAMÍREZ, José Alberto; SALGADO-GÓMEZ, Antonio; AYALA-SERRATO, Pedro. Actualidad de la Alameda como espacio público natural: Casos de estudio en Guanajuato, México. Legado de Arquitectura y Diseño, v. 15, n. 28, p. 56-65, feb. 2021.
* Esta es una colaboración del Colectivo Miguel Hidalgo de Celaya, Guanajuato, al que pertenece el autor.
Imagen de portada: Alameda de Celaya. | Foto: Turismo Guanajuato Twitter.
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