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Alfonso Díaz Rey*
Viernes 18 de octubre de 2024
El país que más practica el terrorismo de Estado y en el que viven tranquilamente peligrosos terroristas, se arroga la facultad de imponer ese calificativo a otros, así como designar, también, a quienes lo promueven o patrocinan, denominaciones que generalmente adjudican a países o pueblos que rechazan someterse a sus designios.
Ese país es Estados Unidos. País que después de su independencia de Inglaterra (1776) fincó su expansión territorial en el exterminio y confinamiento de pueblos originarios y el despojo de más de la mitad de lo que era México en los primeros años de vida independiente.
Ese país, de negro historial en Nuestra América, el que sus embajadas funcionan como centros de conspiración, el que cuenta con más de 800 bases militares fuera de su territorio, el que por su obsesión de dominar el mundo lo tiene al borde de una catástrofe. País que en virtud de dos anacrónicas doctrinas: la Monroe («América para los [norte] americanos») y la del Destino Manifiesto, que pregona que por designio divino fue elegido para guiar y salvar al mundo, ha sido en gran parte responsable de las peores y más grandes atrocidades que se han cometido en nombre de la libertad y la democracia.
Tal forma de ver y entender el mundo, que se sustenta en esas anacrónicas doctrinas, forma parte del sustento ideológico del supremacismo, el racismo y la discriminación que existen en Estados Unidos, a sentirse con el derecho de imponer un «orden» basado en «normas» ─su orden y sus normas─ así como la intromisión en otros países.
Pues bien, ese país, lleva más de 60 años ejerciendo el terrorismo contra Cuba, terrorismo en todas sus formas (invasión, sabotajes, atentados a dirigentes, ataques mercenarios, guerra biológica, financiamiento a contrarrevolucionarios, guerra mediática, ataques a diplomáticos y sedes diplomáticas, por citar algunas), incluido el criminal y genocida bloqueo económico, comercial y financiero.
Y como para adornar el pastel, la «justicia» yanqui, declarándolo «no culpable», decidió liberar a Alexander Lazo, el sujeto que el 30 de abril de 2020, desde la calle, realizó 32 disparos con una AK-47 contra le embajada de Cuba en Washington DC,
Pues bien, ese país, el más grande terrorista que haya existido, durante la administración de Ronald Reagan decidió en 1982 incluir a Cuba en la «lista de países patrocinadores del terrorismo». En 2015, en el contexto de la reanudación de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, el entonces presidente, Barack Obama, excluyó a la isla de ese listado. Con la llegada de Donald Trump a la presidencia se recrudeció el acoso contra Cuba y unos días antes de terminar su mandato, en enero de 2021, volvió a incluir a la mayor de las Antillas en esa unilateral lista.
La administración que sucedió a Trump, encabezada por Joseph Biden, continuó con el criminal asedio a Cuba. Sin embargo, contradictoria y paradójicamente, en mayo de este año la excluyó de otro listado: el de «países que no cooperan plenamente contra el terrorismo».
De esta manera, puede entenderse que, según el gobierno de Estados Unidos, Cuba coopera plenamente en la lucha contra el terrorismo y, a la vez, es un país que lo patrocina, lo que deja ver lo absurda e irracional que es la política yanqui.
El hecho es que con la inclusión de Cuba en el listado de patrocinadores del terrorismo se intenta aislarla aún más de la comunidad internacional, pues amplía la extraterritorialidad, y las unilaterales sanciones, de la legislación norteamericana en que se sustenta el bloqueo y agudiza sus efectos.
No obstante, y pese a las grandes y graves dificultades y problemas que genera la política de Estados Unidos hacia Cuba, el pueblo cubano resiste y trabaja en busca la manera de resolverlos, manteniendo la esencia de su Revolución.
Por otro lado, los verdaderos terroristas, los yanquis, aun cuando insistan en presentarse como los «líderes» del mundo y los «guardianes» de la libertad y la democracia, son quienes se aíslan cada vez más de los pueblos de la Tierra. Otra muestra de ello la dará la votación sobre la resolución «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba», en el 79 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas a fines de este mes.
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Foto de portada: Resumen Latinoamericano.
1 Comentario
Excelente reflexión documentada y bien expuesta. Saludos y abrazos estimado Alfonso