SOMOSMASS99
José Antonio Bueno Saucillo*
Miércoles 10 de marzo de 2021
Es posible que bastara decir basta o declararme incapaz de comprender porqué «entre más me muevo más me hundo…» (un lugarcillo común).
La sensación de tocar piso si te dejas ir, como alguna vez dijo Mario Mendoza Zambrano en la exposición de un anecdotario metafísico, guarda la esperanza de un mundo al menos diferente.
Pero no, sigue la crisis de moral política, parece que tiene mil rostros… a pesar de que la historia ya es pesada y que aunque registre muchas facetas de ruindad, a mí me está tocando experimentar las posibilidades del ocho acostado… el infinito.
Bien, el que siempre cree tener la razón absoluta dirá que sin duda se debe a mi falta de perspectivas por ignorante y pesimista… aunque los optimistas a ultranza me parecen falsos, aburridos, ligeros como plumas, con más capacidades miméticas que inteligencia; como floreros repletos que se ven bien en donde los pongan.
«¡Qué pesimismo! ¡Qué negatividad, Dios mío!
Justamente ahora que el país nos necesita a todos, ahora que la secretaria de Gobernación hace un llamado a la unidad nacional, ahora que se conmemora a la Constitución de la Nación, ¡habrase visto!…»
Alcanzo a percibir ruidos sordos, muy en seguidillas…
Mientras me lamento, ellos, muchos ellos, se apresuran, gritan que deben apurarse para apuntarse para poder alcanzar algo, se deben apuntar para ocupar candidaturas a puestos públicos por Morena… la transformación, la transformación…
la canción… la canción.
Me dan ganas de tener un interlocutor al lado, siquiera para que nos viéramos mutuamente sorprendidos, pero sólo estoy con ella… con mi mente calenturienta y recuerdo que soy un pesimista histórico… tengo de dos sopas, o estoy ciego o veo de más y me sigo martirizando plácidamente.
Ahora masoquista… después de todo ¿qué somos todos de a poquito o de mucho?… aunque nos declaremos la esperanza viva…
Se comienza a diluir en el aire la indignación que antes se escuchaba por el chapulineo político, que ahora amenaza con institucionalizarse y ser sólo un ingrediente más en este nuevo amasijo de intereses políticos en busca de disfrutar alguna modalidad de poder.
¡Ah mis recuerdos…! «la esperanza está en el pueblo unido», «sólo el pueblo salva al pueblo”… «el pueblo unido jamás será vencido»…
El pueblo es dos, es la esperanza y la desesperanza… ¿o cuando nos desesperanzamos no somos pueblo?
¿No se gestan las dos estadías ahí mismo?
Las conferencias mañaneras del Presidente me dan esperanza…
Las batallas de tontos me desesperan.
Tengo un amigo que retoma las palabras del abuelo de otro amigo, hilarantemente; dice que «a lo que teme es a los pendejos, porque son muchos».
Para decir que se tiene temor a algo es necesario tener valor, ellos lo tienen indudablemente.
Y ya sin hilaridad dice que, sin duda, a la violencia.
Muy a colación, hago esta reflexión: si abrazo como causa un nuevo proyecto de Nación del cual su principal vértebra es la batalla por erradicar la corrupción… ¿cómo resulta mi asociación con un «chapulín», o un notable «planchadito» acomodado, o con alguien que me prometa algún puesto en el Ayuntamiento o en el «Partido»?
¿Falta lógica, no? O lógica corrientona… la de muchos, la mía.
¿Pueden apreciar el motivo de la desesperanza donde debiera radicar justamente la esperanza?
Bueno, eso está ocurriendo en muchas partes del país, las alianzas no ideológicas están ocurriendo, los operadores políticos operan, sólo que los famosos treinta millones de votos no se enteran en qué dirección, hasta que el comercio está hecho.
Verdes con rojos, amarillos con azules, marrones con verdes, verdes con naranjas, azules con rojos y amarillos, rojos con marrones, anaranjados con azules, verdes con… todos con todos y con nadie.
Ah, pero todos consigo.
Abigarrada paleta de color ¿no?
¿Alguna consideración hasta aquí?
Sí, una en aumentativo, las cúpulas de los «partidos» traicionan a sus «bases», farsas gigantescas; lejos están del centralismo democrático, de la doctrina socialista.
A eso no pueden aspirar.
Los cánones de una política limpia dirían que debe existir una mecánica eficaz para decidir con la voluntad de la gente, las bases sociales ahora llamadas; el mecanismo creo más adecuado son las encuestas, dadas las circunstancias.
Sin embargo la aplicación de éstas en Morena invitan a la dubitación, a la desconfianza, no es un secreto la desorganización del partido aunque los comisionados de esto declaren lo contrario.
Ejemplo: ¿los operadores políticos, los delegados, comisionados, y demás ralea… surgieron de este mecanismo? ¿o a gusto de quién y por qué?, el grueso de las bases sociales sólo se dieron cuenta hasta que esa estructura estaba cubierta.
Las encuestas son un recurso que los operadores políticos, los supuestos creadores de estrategia partidaria, con base en los principios fundamentales del Partido, han convertido a la fecha en sólo un justificante de decisiones que oculta pasados oscuros, alianzas, compensaciones, recompensas para pagar favores de todo tamaño; en muchos casos sólo son cascarones vacíos, son designaciones dignificadas con el término.
Algo del pasado derechista ¿no?…
Me parece un asunto muy grave que el Partido Morena esté siendo visto como una puerta abierta para que muchos vividores provenientes de otros espacios, y no pocos de derecha recalcitrante estén realizando una invasión complaciente.
Esto, lejos de mostrar un avance en cuanto estar dentro de un proceso de transformación, está fortaleciendo la posibilidad de que las cosas sigan igual o empeoren, que la posibilidad real sea un mal futuro.
Peligro latente.
En todo este proceso no muy aséptico por cierto, se denotan dos elementos, agentes fundamentales: los operadores políticos y la carta blanca que detentan para imponer bajo el rubro de las encuestas.
Las bases reales… ¿conocerán a los candidatos que finalmente les serán impuestos, ahora mediante las declaraciones de haber aplicado encuestas?
Toda esta maniobrería «estratégica» equivale a bola ensalivada… aunque el Presidente sea un cuarto bateador ambidextro; en el fildeo muchos están sentados en los jardines y cuando les toca batear siempre esperan la cuarta bola.
Ahora entiendo más los temores de mi amigo, los de broma y los reales.
La mediocridad mata.
Desde luego, estoy plenamente convencido que dentro de las bases reales e incluso dentro de las esferas medias y superiores del Partido, aun fuera de él existe una militancia consciente, informada y denodada que siempre ha estado ahí para hacer lo que toca… históricamente; de otra manera ¿cómo se explican los niveles de eficiencia alcanzados en el ejercicio gubernamental a nivel nacional por el Presidente de la República y el equipo que con acertada visión, en su mayoría, ha logrado conformar?
Los cuadros políticos genuinos, que no genéricos ¿de dónde han salido?…
Esperanza con reservas.
Finalmente un saludo con lo poco que tengo de optimista a mis amigos, al escritor de realismo degradado, y al valiente que sólo teme a los pendejos y a la violencia.
* Esta es una colaboración del Colectivo Miguel Hidalgo, de Celaya, Guanajuato, al que pertenece el autor.
Imagen de portada (ilustrativa): Colegio de Abogacía de Entre Ríos.
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