SOMOSMASS99
Oscar Alzaga*
Jueves 27 de octubre de 2022
Juárez, el indio descalzo que aprendió latín de un compasivo cura, echó el cadáver de Maximiliano sobre la última conspiración clerical contra la libertad en el nuevo continente. (…) venció, en la hora inevitable del descrédito, al imperio (francés) que le trajeron los nobles del país.
– José Martí. 14-VII-1894.
Este artículo va dirigido a los liberales constitucionalistas, a los que aman la obra del insigne indio Benito Juárez, para demostrarles que los liberales radicales de hoy no hacemos otra cosa que continuar la obra de ese grande luchador, aunque empleando métodos distintos de los que él empleó para procurar la emancipación de la clase obrera. (…) Si Juárez hubiera sido de esta época, le veríamos luchando resueltamente en las filas de los desheredados y aplicando la expropiación por medio de las armas; pero vivió en la época en que se creía en leyes salvadoras y gobiernos paternales.
– Ricardo Flores Magón. 3-VI-1911.
En 1821 inicia la etapa histórica de la independencia de México después de una larga y cruenta lucha popular contra España, que arranca en 1810 arrastrando una fuerte herencia Ibérica impuesta durante 3 siglos de conquista y colonialismo, junto con la larga decadencia económica, política y cultural de la España de los siglos XVIII y XIX, derrotada varias veces por los países del norte europeo en los siglos XVII, XVIII y XIX, desde la caída de la armada invencible, en 1588. Pero quizá la peor herencia fuera el atraso económico, religioso e ideológico que dejó a la Nueva España, y cuyos defensores aquí de esa decadencia fueron los conservadores nativos. Los liberales, por lo contrario, intentaron una auténtica independencia y tomar lo más adelantado del mundo. Esas dos corrientes políticas disputaron su predominio en el país del siglo XIX, al principio aventajan los conservadores por tener de su lado a la vieja y poderosa iglesia y al ejército de viejo cuño, ambos protectores de los ricos de la encomienda (haciendas) y la minería.
Mientras que las 13 colonias que formaron a Estados Unidos (EU) en los siglos XVII y XVIII heredaban el pujante capitalismo industrial inglés y la mano de obra más calificada de Europa del norte, que ya habían dejado atrás la vieja religión católica y crean la protestante y otras variantes más liberales y adecuadas al naciente capitalismo, a la vez que exterminan a los pobladores originarios, y a los pocos que quedaron los expulsan de sus tierras.
Ambas culturas -del sur y norte de Europa- compiten por la superioridad de sus razas y ambiciones, pese al Renacimiento y al Siglo de las Luces, ejerciendo el racismo y la discriminación como parte de sus armas de conquista y colonialismo del mundo durante más de 5 siglos a partir de 1492. Mientras tanto, forjaban otras políticas de dominación como la supremacía económica y política, el eurocentrismo, sin dejar el racismo y discriminación que profundizaron, hasta llegar al moderno imperialismo capitalista financiero-industrial y a la Primera Guerra Mundial y luego, al final, a la descabellada Segunda Guerra Mundial, el acto más irracional de la historia de la humanidad.
EU se independiza en 1776 del imperio británico. Para 1823 estrenaba la Doctrina Monroe, que apoyada después por política del “Destino Manifiesto” en la lucha del primer mundo por participar en la dominación internacional, quiere “América para los americanos”, muy ingenioso querer reservar América para los yanquis. Su expansionismo brutal, inició por lo que era México de 1821 a 1846, en la guerra de intervención sobre México, con la colonización de Texas por ciudadanos anglosajones, lo que llevaría a crear la Republica de Texas, en 1836, como el primer paso de una estrategia imperialista.
Los conservadores fueron forjados por las estructuras monárquicas derrotadas pero prevalecieron cultural e ideológicamente; Iturbide y Santa Anna, viejos militares de la corona que combatieron a las fuerzas de Hidalgo, Morelos y Guerrero, advirtieron la inminente caída y pérdida de la Nueva España para la corona, por lo que al final de la guerra de independencia se pusieron al frente de los independentistas (de 1821 a 1854), para hacer suya la independencia como botín. La mentalidad colonizada de Iturbide lo lleva no a la presidencia del México sino a proclamarse “emperador”, y él mismo denominarse “Agustín I”, previa conspiración de la derecha en la Iglesia la Profesa, en 1820, y previo al abrazo de Acatempan con Vicente Guerrero, en 1821. No duró mucho el regresivo proyecto, su amigo Santa Anna lo desconoce, ataca y cae el efímero emperador en 1823. Para dejar el mando a otro conservador de la política centralista, elitista e inestable.
Él, corrupto e incompetente para realizar una obra completa, 11 veces presidente conservador (de 1833 a 1855), pero al final es un dictador (1853-1855) y se autonombra “Alteza Serenísima”. Antonio López de Santa Anna fue jefe militar de la defensa del país durante la invasión de EUA a México, de 1846 a 1848. Junto con el partido, los gobiernos conservadores y la política de división y cobardía que tuvieron frente a la invasión yanqui, a ellos debemos la pérdida del 55% del territorio nacional. En 1836 fue solo la pérdida de Texas y en 1848 los yanquis arrebataron más de la mitad del territorio nacional. Cómo iba a defender el país alguien para quien en sus ideales la independencia fue un botín, volver al pasado y con la mentalidad colonizada abraza los ideales de la España retrógrada. Después serían peor los conservadores, de 1862 a 1867 traicionan vilmente a México, ven en un monarca extranjero y en el poder imperial de Francia el único futuro nacional.
La política conservadora predominó de 1846 a 1848, caracterizada por la división interna, la desconfianza popular en el gobierno y aún más en Santa Anna. La inestabilidad y actuación errática en las batallas y derrotas de Santa Anna; como en1841, cuando EU derrota a la tropa mexicana en San Jacinto, Santa Anna reconoce a Texas como parte de EU. O como en la gran batalla de la Angostura, en 1847, que a punto de ganar el ejército nacional él ordena la retirada, sin explicación real y de fondo, pretexta la falta de víveres. La entrada del ejército yanqui al país fue de grandes batallas en Veracruz y en el centro de la ciudad capital, con un ejército desordenado y sin planes de ataque y organización, casi todo el tiempo fue una tropa defensiva y, en algunos casos, heroica como en Churubusco y Chapultepec.
En definitiva, fue una derrota severa para el pueblo, la nación y la historia. Y al decir de Juárez, fue un profundo error acordar y firmar el Tratado Guadalupe -Hidalgo del 2-II-1848, porque legitimaba y legalizaba lo que había sido un robo producto de la fuerza y la guerra invasora, unilateral, que solo a EU favorecía. El nombre oficial fue: “Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo” suscrito por los gobiernos de EU y México. Todavía en 1853 Santa Anna vendió la Mesilla, otro territorio más.
Ese es el origen del Imperialismo yanqui, para después dominar Latinoamérica e intervenirla durante 200 años imponiendo a nuestras naciones la dependencia y el subdesarrollo, toda vez que han sido economías atadas y sometidas al imperio yanqui, impidiendo su auténtica independencia y libertad. Después de la Primera Guerra Mundial, EU sería un imperio de alcance internacional.
El 1 de marzo de 1854 Juan Álvarez y otros liberales lanzan el Plan de Ayutla y llaman a todo el pueblo a combatir la dictadura de Santa Anna y sus gobiernos conservadores, a establecer una nueva Constitución liberal, progresista y social, que separe la Iglesia del Estado y que establezca una administración, educación y cultura laicas, lo que nunca logró España. “Juárez expropio al clero de sus bienes raíces durante la Guerra de Tres Años, en medio de la lucha, a pesar de los consejos de los que querían que la expropiación de los bienes del clero se decretase por un Congreso cuando la paz fuera reestablecida. Juárez dijo entonces que se necesitaría una nueva revolución para llevar a cabo esa obra si se la dejase para cuando la paz fuera hecha, porque los clérigos no iban a quedarse con las manos cruzadas ante ese acto que les privaba del disfrute de los millones atesorados con las dádivas de los creyentes”. Ricardo Flores Magón. 3-VI-1911.
De 1857 a 1860 se desarrolla la Guerra de Tres Años, entre liberales y conservadores; los liberales promulgan la Constitución de 1857, que se convierte en un programa de lucha popular y nacional; en la gran batalla de Calpulalpan, del 22 de diciembre de 1860, vencen por fin a los conservadores. Resentidos e impotentes, los conservadores buscan acordar con Napoleón III, el Pequeño, la intervención armada contra México para su dominio, invitando a Maximiliano a ser emperador de México, poniéndose los conservadores al servicio de Napoleón III y de Maximiliano, en contra de México.
Dos lecciones de historia: la cobarde y traidora acción de los conservadores y la heroica, patriota y digna defensa de los liberales juaristas de la nación.
La acción más profunda e inteligente de Juárez contra los franceses, austriacos y belgas fue unificar al pueblo mexicano los 5 años que duró la guerra invasora. Evitó los enfrentamientos desfavorables para las tropas nacionales, dada las ventajas de las poderosas y modernas armas europeas. Cuidó que la moral y ánimo nacional siempre estuvieran altos, sobre todo la unidad nacional.
Fue fama nacional e internacional la serenidad y firmeza con la que Juárez condujo la nación durante la invasión extranjera. Nunca la defensa nacional descansó mejor que en el pueblo valeroso y dispuesto a triunfar. Como en la Batalla de Puebla, el 5 de mayo de 1862, derrotando a un ejército más poderoso. Igualmente, al mando del gobierno, Juárez nunca se dio por derrotado; digno y sereno en su huida por todo el país, ante un ejército más grande y poderoso que el yanqui. Escribió José Martí: “México ratifica cada año ante el mundo -con su derecho creciente de república trabajadora y natural- su determinación a ser libre. Y lo será, porque domó a los soberbios. Los domó Juárez sin ira.”
Ante la derrota en Puebla, Napoleón III redobló el envío de hombres y armas para dominar la nación y convertirla en colonia francesa, con 35 mil militares más. Pero el prestigio de los liberales y Juárez había crecido como nunca al promulgar la nueva Constitución de 1857, un proyecto de nación, además de Ley Suprema del país, al derrotar a los conservadores en 1860, y más por el triunfo de Puebla en 1862, la primer gran derrota del imperio francés en América, así como en el Cerro de las Campanas sería la derrota definitiva de las tropas francesas y el fusilamiento del emperador Maximiliano y los traidores conservadores Miramón y Mejía.
La guerrilla había demostrado desde el siglo XIX sus ventajas frente la guerra desventajosa de ejércitos en batallas frontales. Los guerrilleros chinacos, protegidos por el pueblo, sorprendían al ejército francés en diversas ocasiones, derrotando así al enemigo en pequeñas batallas y preparando las grandes.
Con la batalla de Querétaro y el Cerro de las Campanas el prestigio de México creció en el mundo y en particular en América Latina, desde donde llegaron felicitaciones y grandes loas, que expresaban la solidaridad de los pueblos y el sueño de Bolívar. El imperio francés conquistó Indochina, después de México, pero en 1954 los imperialistas fueron derrotados por el pueblo de Vietnam, con Ho Chi Min a la cabeza, y en 1975 los vietnamitas derrotan al imperio yanqui, que inicia su decadencia.
Se dice que la guerra de Francia con Prusia, de 1870, y, antes, el fin de la guerra civil yanqui de 1861-65, ayudaron a los liberales y Juárez a derrotar la intervención francesa, lo que fue secundario. Que Francia disminuyó su ejército aquí para ayudar su país frente a Prusia es parte de su aventura irracional. Lo cierto es que Francia fue derrotada aquí y allá, lo mismo que los prusianos y belgas que los acompañaron en México. El ejército de Leopoldo II, el papá de Carlota, es uno de los mayores criminales de Europa y la historia, hizo del Congo una propiedad personal, no belga, matando más de 10 millones de negros del Congo. Fue un claro precursor de Hitler, Mussolini y Franco, racistas y criminales hasta la médula. Los conservadores de ayer y hoy se conmueven por que Carlota haya rogado a todos los gobiernos del mundo, incluso al Vaticano, que Juárez no fusilara a Maximiliano, cuando él asesinó a cientos de miles de mexicanos al invadir con sus ejércitos el país.
Se dice que Maximiliano era liberal y que eso lo hizo chocar con la Iglesia y ejército de aquí, pero se olvida que el rubio, en primer término, era imperialista, invasor y racista. Que trató de engañar a Juárez y no pudo, de corromperlo e igual, de hacer “alianzas” y el mexicano los mando al diablo. Nunca legitimó a los invasores, como Santa Anna, ni permitió que el pueblo fuera confundido por los conservadores, la iglesia y los extranjeros.
* Abogado del Sindicato Minero y la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT), miembro de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas (ALAL), y la Asociación Internacional de Juristas Democráticos (AIJD).
Ilustración de portada: Intervención estadounidense en México en 1846. | Imagen: Regeneración.
0 Comentario