SOMOSMASS99
NO TODO ESTÁ PERDIDO
Agustín Galo Samario
Se entiende que en horas bajas, cuando los errores e inconsistencias cobran caro la factura en credibilidad y en deserciones, se busque aprovechar cualquier coyuntura para abultar el decaído padrón de militantes. Cuando las siglas y el cuerpo están desfigurados, se aprecia el esfuerzo para mostrarse presentable. Triste que se haga con más despropósitos.
Este miércoles no fue un buen día para Carlos Navarrete Ruiz, presidente del CEN del PRD. «No hay plan b, ni el rojo se va a volver amarillo y la bandera del PT va seguir ondeando», dijo su dirigente nacional, Alberto Anaya. Tal fue la respuesta a Navarrete Ruiz, que en declaraciones en horas de la mañana dio por hecho que en 20 días ambos partidos se fusionarían, que los perredistas conservarían sus siglas y que asumirían los derechos y obligaciones de los petistas.
Las votaciones del 7 de junio le quitaron el registro al PT. Aún así, su representante ante el INE, Pedro Vázquez, fue el primero en responderle a Navarrete que su partido “seguirá trabajando en un frente jurídico que sirva para demostrar ante los magistrados las inconsistencias de las resoluciones del Instituto Nacional Electoral” que lo eliminan de la lista de organizaciones políticas del país.
Por la noche el presidente nacional del PRD tuvo que echarse para atrás. Muy correcto, como si nada hubiera pasado, asumió la postura de aquel al que ni un huracán lo despeina. “Somos y seremos respetuosos de la vida interna de este partido hermano y de las decisiones que su militancia y dirigencia tomen respecto a nuestra iniciativa”, dijo para empezar. Y como si no hubiera entendido el mensaje petista, insistió: “Refrendamos nuestra solidaridad con el PT en su lucha por conservar el registro que, como bien señalan sus dirigentes y legisladores, es asunto prioritario en estos momentos y nos mantendremos a la espera del resultado de ese esfuerzo”. Es decir, tan necesitado está el PRD que permanecerá a la caza de la militancia del PT para darles amparo.
Así, con semejante esfuerzo, camina la dirigencia del PRD en busca de su presente y su futuro.
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