SOMOSMASS99
Emma Aguado
Lunes 5 de abril de 2016
En su libro Mirreynato la otra desigualdad, el periodista, académico y escritor Ricardo Raphael asegura que la impunidad (del latín sin castigo) es una de nuestras tantas tragedias nacionales, quizá la peor de todas. En su obra el autor recuerda lo sucedido en la Guardería ABC, el asesinato de Fernando Martí y también trae a la memoria el actuar del Niño Verde para ejemplificar lo que desde distintas ópticas significa la justicia en este país dependiendo del nivel social al que uno pertenezca porque, “el Estado Mexicano suele tener preferencias a la hora de tratar a los ciudadanos”.
Ricardo Raphael retoma el caso de las niñas y niños muertos en Hermosillo, Sonora, que sigue sin castigo a pesar de las declaraciones de tres testigos que inculpaban a un presunto autor intelectual, entonces los jueces consideraron que los testimonios eran inconsistentes dejando a la deriva el sufrimiento de los padres; de igual forma recurre al caso del millonario Alejandro Martí quien luego de aquel “si no pueden renuncien”, dicho públicamente y con desesperación ante el asesinato de su hijo, obligó a las autoridades a trabajar en el caso, al extremo de inculpar a dos bandas simultáneamente y por los mismos delitos en una trama que resulta indignante para la sociedad mexicana. Por eso el periodista habla de algo que se conoce como impunidad selectiva que, “intermitente y arbitrariamente protege los fueros de unos y lastima los derechos de la mayoría” dependiendo del poder o el dinero que se tenga en los bolsillos.
Y en México podemos hacer una lista muy larga de casos como los anteriores desde Moreira, pasando por el Niño Verde, la Lady Profeco (y otras ladys), la familia Deschamps hasta llegar a Elva Esther Gordillo y por supuesto Ayotzinapa, son cientos, miles, si tomamos en cuenta las historias que no llegan a los principales titulares de los periódicos y aquellas que viven en nuestro pasado desde épocas coloniales; por ello no es de asombrarnos que 8 de cada 10 mexicanos digan sentirse desprotegidos por la autoridad y 6 de cada 10 crean que la justicia sólo se aplica para unos cuantos según la encuesta realizada en 2008 por Jurídicas de la UNAM sobre cultura política a la que hace alusión también el periodista. Ante este panorama, ¿podremos contar con la esperanza de que se castiguen los casos de corrupción que tenemos a la vista en los lugares donde habitamos si aquellos, los más emblemáticos, los más visibles, quedan casi siempre atrapados en el velo de la corrupción?
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