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Edgar Cortez
Martes 11 de octubre de 2016
La inseguridad está entre las principales preocupaciones ciudadanos y en los meses recientes esa preocupación se acentúo. ¿Por qué?
Desde hace seis años el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realiza y publica los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE http://bit.ly/2dxROaa). Ahí está parte de las respuestas.
Esta encuesta se realiza desde 2011 y la correspondiente a 2016 se presentó a finales de septiembre. Entre sus objetivos está: Estimar el número de personas que fueron víctimas de delito a lo largo del año; calcular el número de delitos ocurridos en el mismo periodo; hacer estimaciones sobre la “cifra negra” de los delitos y sus causas; medir la percepción existente de la población de 18 años y más sobre la seguridad del lugar donde viven (colonia o localidad, municipio, entidad federativa) y sobre los lugares en donde realizan sus actividades cotidianas (trabajo, escuela, mercado, transporte público, entre otros); así como evaluar el grado de confianza en las instituciones de seguridad pública y la percepción sobre el desempeño de las autoridades de seguridad pública y justicia.
La última ENVIPE estima que durante 2015 se cometieron 29.3 millones de delitos y resultaron 23.3 millones de víctimas. Esta última cifra es menor porque una misma persona pudo ser víctimas de dos o más delitos. Los datos anteriores permiten establecer una tasa de 35,497 delitos por cada cien mil habitantes.
Este enorme número de delitos representa en términos de costo económico la cantidad de 236.8 mil millones de pesos, equivalente al 1.25 del Producto Interno Bruto del país. De acuerdo con la encuesta, significa una afectación promedio de 5,905 pesos, por cada persona afectada.
De los 29.3 millones de delitos cometidos, sólo el 10.5 por ciento fueron denunciados y de éstos sólo en el 6.3 por ciento se inició una averiguación previa o una carpeta de investigación. De las averiguaciones iniciadas, en prácticamente la mitad, no hubo resultado alguno. Por tanto si sumamos los delitos no denunciados más aquellos en los que no hubo resultado de la investigación, alcanzamos prácticamente el 97 por ciento de impunidad. Cifra que se mantiene constante desde hace varios años.
Del total de personas que no denunciaron, el 63 por ciento da razones que tienen que ver con las autoridades: ser extorsionada, pérdida de tiempo, trámites largos y difíciles, desconfianza en la autoridad o por actitud hostil de la misma.
En lo que toca a la percepción de inseguridad –qué tan seguro o inseguro me siento en determinado lugar-, la encuesta estima que 72.4 por ciento de las personas se sienten inseguras en su estado; 65.1 en su municipio y 45.4 en colonia o localidad. En los tres niveles ha aumentado la percepción de inseguridad, colocándose en rangos similares a los de 2014.
Estos son unos cuantos datos entresacados de la ENVIPE, pero ésta cuenta de mucha más información.
Si se revisan las seis encuestas realizadas desde 2011, es posible ir identificando la evolución de los problemas, detectar ciertas mejoras y posteriores retrocesos; estados en las que las cosas nunca mejoras y otros que dan un paso adelante y luego dos atrás. En conjunto se puede constatar que no tenemos avances sustantivos y sostenidos.
La encuesta también tiene el propósito de generar información relevante para el diseño e implementación de políticas públicas en materia de seguridad y victimización; lo que lleva a la pregunta obligada de si efectivamente las autoridades revisan esta información para analizar y desentrañar qué sucede con la seguridad en su ámbito de responsabilidad y sobre todo para plantear estrategias novedosas y acordes a las necesidades.
El presidente Peña Nieto, siendo candidato ofreció una nueva estrategia en materia de seguridad pues prometía que arreglaría el desastre en materia de seguridad y justicia dejado por Felipe Calderón. La estrategia nunca existió, simplemente se continuó haciendo lo mismo y ese desastre hoy se llama crisis de derechos humanos.
Es casi seguro que lo anterior se puede aplicar a cada gobernador y a cada presidente municipal.
@EdgarCortezm
Foto de portada: Armando Monroy / Cuartoscuro.
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