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Alfonso Díaz Rey*
Viernes 5 de abril de 2024
Alfonso Díaz Rey*
Para ejercer su dominio sin mayores contratiempos la clase dominante impone su ideología. Lo hace desde el Estado, mediante el sistema educativo, los medios de difusión masiva ─públicos y privados─, las cúpulas religiosas y diversos tipos de organizaciones (gremiales, culturales, deportivas, políticas, etc.). Y como esa ideología no se corresponde con la realidad, a menudo las fuerzas represivas entran en acción para mantener el «orden» que a esa clase conviene. Esa clase es la burguesía.
Esa no correspondencia con la realidad se debe a que los fundamentos teóricos de la ideología dominante ─la burguesa, basados generalmente en mentiras o argumentos falsos en los que el interés de clase lo disfrazan de público─ son endebles y no tardan en mostrar su verdadero objetivo.
Así, en el inicio de la última década del pasado siglo nos dijeron que, en el contexto del capitalismo, la humanidad había llegado a un nivel óptimo de organización y que el mercado resolvería todo tipo de problemas y, por lo mismo, el Estado debería reducirse al mínimo. Hasta alguien se atrevió a ponerle un nombre a esta etapa: El fin de la historia. [1]
Bajo esa premisa se promovió el libre flujo del capital y, como es de suponer, el que más libertad tuvo fue el capital financiero monopolista. Y a eso le llamaron globalización.
Nos dijeron que para salir de la condición de atraso y subdesarrollo, como país nos debíamos insertar en esa globalización, para modernizarnos. Y nos vendieron un boleto para entrar al primer mundo, pero nos mandaron en dirección contraria.
De esa manera nuestro país ─como muchos otros─ fue despojado de bienes y riquezas que eran propiedad de la nación; avanzó la precarización de la vida en el campo y las ciudades; los trabajadores perdieron derechos que tras largas luchas habían conquistado; se dio un grave deterioro de la salud y la educación públicas; los fondos de pensiones de los trabajadores pasaron a financiar al capital privado; tanto en aspectos públicos como privados la corrupción se extendió como nunca; crecieron y se expandieron actividades ilícitas, conductas antisociales y el crimen organizado; entre otros logros de esa modernidad.
Durante 36 años de neoliberalismo, un proceso de devastación para el país y el pueblo, las prioridades del Estado mexicano se centraron en los intereses de la oligarquía ─local y extranjera─ así como de la alta burguesía, quienes fueron los beneficiarios en esa etapa. Deformaron la Constitución para darle sustento legal a lo que hicieron, construyeron una red de corrupción y complicidades en el sistema judicial y tomaron el control de organismos autónomos claves, y crearon otros, para defender esos intereses aun estando fuera del gobierno.
Cuando en 2018 el voto de la ciudadanía desplazó a los neoliberales del gobierno de la república el daño que habían causado era considerable y abarcaba, prácticamente, todas las esferas de la vida. Además, se agudizaron las campañas de propaganda contra el nuevo gobierno, basadas en mentiras, denostación, odio y descalificación, haciéndolo responsable de los impactos y efectos de ese daño. Esas campañas ─que a la fecha persisten─ cuentan con la intervención y apoyo de la derecha internacional y de organismos de gobiernos extranjeros, así como con la participación de los grandes medios de difusión y los «periodistas» e «intelectuales» que servían ─con cargo al erario─ a los gobiernos neoliberales.
El gobierno surgido del voto ciudadano en 2018 inició un proceso de transformación del país, en muchos aspectos diametralmente opuesto al proyecto neoliberal, proceso que necesitará profundizarse para devolver al pueblo y a la nación aquello de lo que fueron despojados, condición necesaria en la procuración de una vida digna para quienes habitamos este país.
Por otro lado, las fuerzas de la reacción conservadora, la derecha local y extranjera, pretenden recuperar el gobierno de la república y restaurar su proyecto, esta vez corregido y aumentado, para recuperar los privilegios perdidos o mermados.
Del voto de la ciudadanía dependerá que esa reacción no se convierta en gobierno. Sin embargo, un futuro mejor para nuestro pueblo depende solamente de su participación consciente y organizada en la construcción de una patria unida, libre, soberana.
Nota:
[1] Francis Fukuyama. Norteamericano de origen japonés. Doctorado en ciencias políticas por la Universidad de Harvard y, en esa época, profesor de Economía Política Internacional en la Universidad Johns Hopkins, de Washington, Publicó en 1989 el artículo ¿El fin de la historia?
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Imagen de portada: Mohamed Hassan / Pixabay.
1 Comentario
Mi querido hermano Poncho, con mucho gusto e interés , espero leer tus comentarios en la columna que cada viernes escribes.
En ésta ocasión creo que mis conceptos y opinión , coinciden muchísimo con los tuyos y lo que expresas , pero con mi punto de vista muy personal.
Siento como si alguien de la derecha o neoliberal como tanto se mencionan, fuera el que escribiera esta última narrativa .
Solo habría que cambiarle algunas cositas, por ejemplo en el primer párrafo , en lugar de burguesía , yo diría izquierda o 4a Transformación.
Me sería muy largo comentar cada uno de lo que mencionas en los párrafos 5,6 7 y 8, pero haces una descripción fenomenal de lo que estamos viviendo en éste momento en nuestro país , corrupción, deterioro en salud pública , crimen organizado sin ningún control, devastación del medio ambiente , tratar de desaparecer el INAI para que no haya transparencia , eliminar EL PODER JUDICIAL y modificar la Constitución con otros fines que no son nada de bueno para el pueblo Mexicano .
Creo que no se necesita campañas de denostación contra el gobierno , basta con las mentiras, odio , descalificaciones y agresiones verbales , cada mañana ,para toda la gente que no piensa igual en éste proyecto de la 4T, para que no se tenga que recurrir a ideas propias de discernir.
Mi querido hermano , la verdad , la neta neta , ya no es tiempo de culpar todo al pasado , ya pasaron mas de cinco años y medio de éste gobierno y siguen victimizándose .
Como siempre mi hermano , muchas gracias por seguir compartiendo tus artículos semanales , los seguiré leyendo con muchísimo gusto y seguiré , si me lo permites dando mi opinión sincera .
Te mando un fuerte abrazo