Transformaciones y regresiones

SOMOSMASS99

 

Alfonso Díaz Rey*

Viernes 25 de octubre de 2024

 

El hecho de que los dueños y representantes del capital busquen constantemente las vías para acrecentarlo es entendible, está en su naturaleza y es parte de la lógica del sistema económico imperante: el capitalismo.

Sin embargo, el que los trabajadores o sus representantes apoyen a los capitalistas en esa búsqueda es reflejo de un alto grado de control ideológico de la base y de corrupción de sus dirigentes.

Recién se anunció un programa federal de construcción de un millón de viviendas populares, la mitad de ellas a través del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit). Dado el carácter de organismo tripartita del Infonavit, participan en él, además del Estado, los patrones y los trabajadores. En relación a ese programa de vivienda, en días pasados, durante la celebración de la 132 Asamblea General Extraordinaria de ese Instituto se propuso la creación de una empresa estatal ─dependiente del Infonavit─ con la finalidad de cumplir con tal objetivo, lo cual, es de suponer, se reflejaría en abatimiento de costos.

Sin embargo, en tal Asamblea la parte patronal y la de los trabajadores (por medio de su representante) se opusieron a la propuesta del Instituto por considerarla una «regresión», oposición que recibió apoyo de organismos financieros privados. En cambio, la representación de los trabajadores planteó que el Infonavit financie a las empresas constructoras o invierta en instrumentos financieros especializados (La Jornada.19-10-2024, p. 10).

Piden, con la mayor naturalidad y cinismo, que el Infonavit financie a las empresas constructoras, con lo que estas, con la mínima inversión, obtendrían las máximas ganancias; piden también que el Instituto invierta en instrumentos financieros, con lo que las instituciones de este tipo obtendrían ganancias con dinero público. Ello implicaría que un derecho, como es el acceso a una vivienda digna, se mantenga como una mercancía y objeto de lucro para las empresas constructoras y financieras. 

La actitud de la parte patronal, así como el apoyo de las instituciones financieras, es entendible, siempre se han dedicado a la búsqueda de la ganancia para incrementar sus capitales. Sin embargo, la de la representación de los trabajadores indica que los intereses de tal representación son contrarios a los de sus representados, lo cual, producto de la corrupción, es una flagrante traición a la clase obrera. Esa forma de actuar se corresponde con prácticas del más puro estilo neoliberal, lo cual es, sin duda, una verdadera regresión.

Por ello la oposición a que se modifique el artículo 123 de la Constitución en el sentido de que el Infonavit tenga facultades pare construir y adquirir terrenos.

En el fondo, esta actitud es muestra y comprobación de que los que tienen el poder económico están dispuestos a todo para defender ventajas y privilegios que obtuvieron durante tantos años de saqueo y despojos a la nación, con lo que establecieron un orden que consideraron normal y legítimo. 

Tal orden es el que ahora defienden denodadamente quienes se oponen a los cambios con los que se pretende beneficiar a la mayoría de nuestro pueblo. Su defensa se basa, principalmente, en mantener un sistema judicial corrupto y una serie de organismos «autónomos» y un «estado de derecho» que ellos mismos crearon para dar «certeza jurídica» e impunidad a sus acciones depredadoras contra la nación,  

Desde el 1 de julio de 2018 el pueblo, mediante su voto y de una forma masiva, se pronunció por la transformación del país, y el pasado 2 de junio, de manera aún más contundente, refrendó tal pronunciamiento. Sin embargo, la celeridad y el alcance de los cambios que se realicen dependerán en gran medida de la participación consciente y organizada del mismo pueblo, en el ejercicio de su soberanía.

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* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.

Imagen de portada (ilustrativa): Vivienda Infonavit. | Foto: Creative Commons.