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+972 Magazine
Martes 30 de agosto de 2022
Mientras Israel lleva a cabo sus expulsiones en la región de Cisjordania, las mujeres palestinas hablan sobre lo que significa enfrentar a un estado que las ataca como un «enemigo».
Más de 1.000 palestinos viven en la región de Masafer Yatta de la Cisjordania ocupada, en las colinas del sur de Hebrón. Un grupo de comunidades agrícolas que viven principalmente en cuevas, los residentes se ganan la vida criando ovejas y cultivando. En mayo de este año, en el Día de la Independencia de Israel, la Corte Suprema de Israel emitió un fallo para la expulsión de los palestinos de Masafer Yatta, en contravención del derecho internacional.
Esta fue la culminación de un proceso que comenzó a principios de la década de 1980, cuando Israel confiscó 30 millones de metros cuadrados en la región para su uso como área de entrenamiento militar, llamada «Zona de Tiro 918», como excusa para expulsar a los residentes palestinos. Israel deportó a todos los residentes en 1999, antes de que una apelación ante el Tribunal Superior les permitiera regresar en espera de una decisión final sobre el asunto.
De repente y simbólicamente, mientras los ciudadanos israelíes ondeaban banderas y hacían barbacoas para celebrar la independencia de Israel a principios de este año, la Corte Suprema emitió su fallo final a favor de transferir a los residentes de Masafer Yatta. El juez David Minz, él mismo un colono, fue el autor de la opinión de la mayoría.
En las últimas semanas, a medida que los planes de Israel para la expulsión se ponen en marcha, las activistas Rachel Shor y Naomi Nur Zahor han estado visitando Masafer Yatta para hablar con las mujeres que viven allí y filmar sus conversaciones para Social TV, una organización de medios independientes y alternativos que tiene como objetivo desmantelar las estructuras de poder opresivas.
Las mujeres de Masafer Yatta llevan sobre sus espaldas identidades complejas, cada una con su propia historia, enfrentando colectiva e individualmente las implicaciones de la expulsión, la inminente demolición de sus hogares, lo desconocido y un estado que continuamente las ve como el «enemigo», promulgando contra ellas una larga serie de prácticas racistas y discriminatorias.
Este informe está dedicado a ellas: Kifah, Hiba, Sanaa, Majda, Zohariya, Dalia y Farissa.
Fotos de portada e interiores: +972 Magazine.
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