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Alfonso Díaz Rey*
Viernes 26 de agosto de 2022
La crisis que padece nuestro país, y el mundo en general, es consecuencia de un modo de producir, de consumir y de vivir que ha demostrado con creces ser incompatible con la naturaleza y con la vida en su más amplia acepción: el capitalismo.
Las medidas que desde el sistema se proponen ─y desde hace muchísimo tiempo se han propuesto y llevado a cabo─ para la solución de los graves problemas que provoca son, en el mejor de los casos, temporales, y más temprano que tarde muestran su ineficacia y los problemas resurgen con renovada magnitud e intensidad.
En tal situación los eternos ganadores han sido quienes pertenecen a ese pequeñísimo estrato de la sociedad que detenta el poder económico, el cual derrama algunas migajas a sus lacayos y despliega un permanente bombardeo ideológico para que el resto de la sociedad acepte y asuma dócil y acríticamente el papel de perdedores. Cuando algunos se desvían de ese guion, entran en acción los instrumentos represivos del sistema.
Y cuando es un país el que se sale de ese control e intenta definir su presente y futuro por una vía independiente y soberana, entonces, a nivel internacional, el sistema acosa y presiona de diversas maneras a ese país para regresarlo al «buen camino» y no se convierta en mal ejemplo para los demás. Ejemplos hay varios en el mundo.
La persistencia de la crisis y la cada vez mayor gravedad en sus manifestaciones es el resultado de querer resolver los problemas que genera el capitalismo con más capitalismo. Es esto, aunado a su incompatibilidad con la naturaleza y la vida, lo que muestra su inviabilidad e incapacidad para resolver los problemas de la humanidad y del planeta en que vivimos.
Lo anterior viene al caso por una nota periodística en la que ante la presión inflacionaria recomiendan «poner a trabajar el dinero»; alientan a «[…] que las personas destinen una parte de sus ingresos al ahorro o la inversión […]» (La Jornada 21-08-2022, p. 15).
En un país en el que el 76.3 % de su población ocupada tiene ingresos entre 1 y 3 salarios mínimos, 4.13 % entre 3 y 5 salarios mínimos y el 5.29 % no recibe ingresos,[1] para más del 85 % de los trabajadores mexicanos esa «recomendación» suena más a burla o broma de mal gusto.
En todo caso, llaman a los trabajadores a que con determinada frecuencia entreguen una parte de sus exiguos ingresos a bancos y financieras para que estos organismos, ya en cantidades considerables, especulen con patrimonio ajeno y obtengan considerables ganancias, buena parte de ellas también a costa de los trabajadores.
No contentos con la administración del fondo de retiro de los trabajadores, del que obtienen exorbitantes ganancias, ahora promueven una falsa ilusión que en realidad consiste en que la mayoría se apriete más el cinturón para que la minúscula minoría parasitaria viva espléndidamente.
Ello a corto plazo generará más problemas que contribuirán a la agudización de la crisis y a la búsqueda de más «soluciones» desde la misma óptica capitalista, cuyos efectos serán siempre adversos a los trabajadores y, en general, al pueblo.
Acordémonos que previo a la imposición de las medidas y acciones neoliberales, invariablemente nos prometieron el ingreso al primer mundo, como si fuera el paraíso, con la condición de que como país debíamos «modernizarnos», aceptar su globalización y dejar al omnipotente mercado la regulación de la vida. El resultado fue mayor desigualdad y pobreza, incremento de la dependencia, pérdida de soberanía y el ofensivo crecimiento de la riqueza y poder de la oligarquía, como producto de despojos a la nación y devastación a la naturaleza.
Mientras carezcamos de una visión propia del mundo y la realidad, diferente a la que nos han impuesto, seguiremos atados a un sistema en el que solamente un pequeño grupo de personas en cada país decide por los demás, o un pequeño grupo de países, a nivel internacional, decide por el presente y futuro de la humanidad.
Nuestra visión tendría fundamento en el estudio y análisis de la realidad objetiva, y la constante confrontación crítica con esta; ello permitiría encontrar la explicación al porqué de la situación actual y definir alternativas viables para la solución de los problemas que como nación y humanidad nos aquejan.
Nota:
[1] Inegi. Ocupación. Población ocupada según nivel de ingreso nacional trimestral (II trimestre 2022) [en línea], <https://www.inegi.org.mx/app/tabulados/default.html?nc=602> [Consulta: 24-08-2022].
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Foto de portada: Katt Yukawa (@kattyukawa) / Unsplash.
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