SOMOSMASS99
Caitlin Johnstone*
Jueves 4 de mayo de 2023
Así que el cantante de U2, Bono, está literalmente haciendo ilustraciones para el periodicucho de propaganda imperialista The Atlantic, porque ese es el tipo de cosas que ocurren en una civilización distópica durante la agonía de un imperio que se extiende por todo el mundo.
Un artículo del Washington Post titulado A Bono le gusta dibujar portadas de The Atlantic, así que la revista le contrató, informa de que «Bono está metido en el fanfic[1] de las portadas de The Atlantic, tanto que le invitaron a ilustrar la portada de junio de la revista en la que aparece el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky».
La última contribución de Bono a la montaña de momentos vergonzosos de Zelensky que llevamos viendo desde hace un año es la imagen de portada de un artículo de los propagandistas de la guerra de toda la vida Anne Applebaum y Jeffrey Goldberg. El artículo respalda una ofensiva ucraniana para reconquistar Crimea, que los expertos coinciden en gran medida en que sería la medida con más probabilidades de desencadenar una guerra nuclear en este conflicto.
He aquí un párrafo del artículo de Applebaum y Goldberg, sólo para que se hagan una idea del marco infantil de «los buenos contra los malos» con el que los liberales occidentales están siendo alimentados por los propagandistas de guerra de los medios de comunicación de masas en estos días:
«A veces, la guerra se describe como una batalla entre autocracia y democracia, o entre dictadura y libertad. En realidad, las diferencias entre los dos adversarios no son meramente ideológicas, sino también sociológicas. La lucha de Ucrania contra Rusia enfrenta a una heterarquía contra una jerarquía. Una sociedad abierta, interconectada y flexible -más fuerte a nivel popular y más profundamente integrada con Washington, Bruselas y Silicon Valley de lo que nadie cree- lucha contra un Estado muy grande, muy corrupto y vertical. Por un lado, los agricultores defienden sus tierras y los veinteañeros ingenieros construyen ojos en el cielo, utilizando herramientas que serían familiares a veinteañeros ingenieros en cualquier otro lugar. En el lado opuesto, los comandantes envían oleadas de reclutas mal armados para ser masacrados -al igual que Stalin envió una vez shtrafbats, batallones penales, contra los nazis- bajo el liderazgo de un dictador obsesionado con los huesos antiguos. La elección», nos dijo Zelensky, «es entre la libertad y el miedo».
New from me~
Bono is into Atlantic cover fanfic. So the magazine hired him: https://t.co/cSHYxyRjCe
— Elahe Izadi | الهه (@ElaheIzadi) May 1, 2023
Muchos occidentales sintieron sus primeros impulsos de pasiones rebeldes juveniles al escuchar canciones de U2 como Sunday Bloody Sunday y Pride (In the Name of Love), pero hoy en día se oye la voz de Bono diciendo que se ha «encariñado mucho» con el criminal de guerra George W. Bush, alabando el capitalismo en el Foro Económico Mundial, asociándose con el belicista Lindsey Graham para promover las narrativas del imperio estadounidense sobre Siria, y cantando Stand by Ukraine en apoyo de las narrativas del imperio estadounidense en un metro de Kiev. Y justo cuando parece que no puede convertirse en una herramienta más del imperio, es contratado por uno de los peores periodicuchos militaristas del mundo para dibujar una imagen de portada de Zelensky.
Porque así son las cosas en una sociedad altamente controlada donde la cultura dominante está diseñada para servir a los poderosos. Una sociedad en la que las mentes del público están siendo continuamente moldeadas por la manipulación psicológica a gran escala para asegurar que sigan pensando, hablando, trabajando, consumiendo y votando de manera que sirvan a los ricos y poderosos. Todo lo que se eleva a la cima de la atención de la corriente principal facilita esta agenda (o al menos es inofensivo para ella), y tan pronto como se convierte en una amenaza potencial para esta agenda es corregido o marginado de la atención de la corriente principal.
Esta dinámica puede provocar que en las aguas de nuestra cultura aparezcan restos y desechos realmente asombrosos, como personajes de Los Simpson ondeando banderas ucranianas o una ópera sobre un operador de aviones no tripulados patrocinada por General Dynamics.
Not the Onion: The Kennedy Center is putting on an opera about a drone operator torn between her job killing targets and mom duties at home.
It’s sponsored by…General Dynamics. https://t.co/yKZi860SYc
— @robertmaguire.bsky.social (@RobertMaguire_) April 18, 2023
Aquí está Connor Echols, de Responsible Statecraft:
«Este otoño, los habitantes de DC asistirán al estreno mundial de Grounded, una ópera que sigue a una as de las Fuerzas Aéreas llamada Jess cuyo embarazo inesperado la obliga a dejar atrás su querido F-16 y unirse a la ‘fuerza de la silla’.
«A lo largo de la obra, la ‘ardiente’ piloto lucha con el impacto mental de disparar cohetes con un dron en Afganistán desde un remolque en Las Vegas. ‘Mientras Jess persigue terroristas de día y acuna a su hija para que duerma de noche, la frontera entre sus mundos se vuelve peligrosamente permeable'», dice el anuncio.
La producción está patrocinada por General Dynamics, una de las mayores empresas de armamento del mundo (y, como no podía ser menos, fabricante del avión favorito de Jess). El dramaturgo George Brant escribió el libreto, al que darán vida la mezzosoprano Emily D’Angelo y la compositora ganadora de un Tony, Jeanine Tesori.
También verás cosas como la defensora de la «intervención humanitaria» Samantha Power tuiteando con entusiasmo sobre la colaboración entre la franquicia de Barrio Sésamo y el esqueje de la CIA, USAID, en Irak:
Great to hear from Basma & Jad about the new friends they’re making in Iraq through Ahlan Simsim—a @USAID & @SesameWorkshop early learning activity that promotes inclusion, respect, and understanding by showing children from all different backgrounds coming together. pic.twitter.com/BtFfDH6So9
— Samantha Power (@PowerUSAID) April 19, 2023
Se ven cosas como estas todo el tiempo bajo la sombra del imperio estadounidense, e individualmente no parecen gran cosa, pero una vez que empiezas a notarlas llegas a reconocerlas como síntomas de la civilización profundamente enferma en la que vivimos. Una en la que se tira de las cuerdas de nuestro corazón de las formas más odiosas imaginables para que apoyemos el capitalismo, el imperio y la oligarquía, en la que se nos manipula para que abracemos sistemas de valores que benefician a poderosos sociópatas bajo la cobertura de causas que suenan nobles. Donde somos entrenados como ratas para apoyar sistemas que están llevando a nuestra especie hacia la extinción porque nuestros gobernantes hablaron, de dientes para afuera, de humanitarismo y ondearon una bandera con el arco iris.
Así es la distopía. Como un montón de autómatas controlados por el pensamiento que marchan sin pensar hacia el ecocidio y el omnicidio, al ritmo de las pantallas que les dicen todos los días y de todas las maneras que no hay un propósito más elevado que éste. Como las óperas rock feministas financiadas por el complejo militar industrial sobre operadores de aviones no tripulados y el Monstruo de las Galletas ayudando a Samantha Power a colonizar psicológicamente a los niños iraquíes. Como Bono volviendo a casa luego de cantar un sentido número sobre el asesinato de Martin Luther King Jr. para ilustrar la portada de un artículo de propaganda bélica en The Atlantic.
Es como si estuvieran vertiendo hormigón sobre nuestros corazones. Cosiendo vendas sobre nuestras almas. Adormeciéndonos, distrayéndonos, sedándonos, para que la chusma local no interfiera en el funcionamiento de la maquinaria imperial. Están acabando con algo hermoso y sagrado de la humanidad, y lo están haciendo para desplegar algunas de las visiones más feas que este planeta ha visto jamás.
Nota:
[1] Fanfic, por Fanfiction en inglés, o ficción de los fanáticos en español.
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Imágenes de portada: Caitlin Johnstone Web.
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