SOMOSMASS99
Oscar Alzaga*
Viernes 12 de agosto de 2022
Aquella mina, abierta en el fondo del precipicio, con sus construcciones monótonas de ladrillos, elevando su chimenea de aspecto amenazador, le parecía un animal extraño, dispuesto a tragarse hombres y más hombres.
– Emilio Zola. Germinal. 1885
EL sábado 6 de agosto de 2022 se levantó la huelga de 1055 obreros sindicalizados de la mina El Boleo, ubicada en Santa Rosalía, Baja California Sur, una empresa de capital estatal y privado de Corea del sur. La causa de la huelga fue que la empresa quiso imponer un salario menor a la inflación, cuando los precios del cobre en el mundo suben a más de 20%, por la pandemia y la guerra de Ucrania; tal como lo expuso el líder minero y senador Napoleón Gómez Urrutia.
El conflicto de huelga inició el 6 de julio, alargándose por la negligencia patronal de querer imponer un bajo aumento salarial, pero la unidad minera, su espíritu de lucha y la justeza de sus demandas, en 32 días de huelga activa, logran el 7% de aumento salarial y 1.8% con prestaciones, más dos bonos por utilidades y el 100% de los salarios caídos, acordado por la mayoría de la asamblea democrática de la sección 329, la que así decidió la solución del conflicto: levantar la huelga.
Antes, fueron las huelgas del puerto de Lázaro Cárdenas por las utilidades -un derecho laboral revivido- en la siderúrgica Arcelor Mittal; luego, el triunfo de la filial de la Fiat, Teksid, después de 8 años de lucha; siguieron las luchas por las utilidades con pagos del 10% en mayo y junio; las revisiones salariales y contractuales, logrando en la mayoría de ellas el 8% salarial, más prestaciones, como han dado cuenta los medios de prensa; la huelga de Sombrerete contó una resolución de la Suprema Corte a favor de la huelga y niega de recursos patronales anti huelga.
De los grandes sindicatos nacionales de la industria, el minero es el único que en el siglo XXI ha realizado huelgas (auténticas) y luchas trascendentes, a través de las demandas de titularidad de contratos colectivos, de legitimación de contratos, del exilio forzado de su líder que nunca dejó de dirigir el Sindicato a través del celular, Skype, etc. Con tres grandes huelgas de Cananea, Taxco y Sombrerete, que el 30 de julio llegaron a 15 años, con la mayoría en pie de lucha. (Ver Suplemento de La Jornada, de 8-VIII-22)
El Sindicato Minero, se sabe, es el único que lucha por los salarios, derechos y por mejorar los contratos colectivos de ese gremio, pues los otros sindicatos de Monterrey, la CTM o de Fresnillo, son blancos (patronales), por tanto: carecen de libertad, independencia, unidad y democracia sindical.
Quizá apenas se sepa que hace unas décadas, en pleno neoliberalismo, a los oligarcas Germán Larrea, Alberto Bailleres y Alonso Ancira les dio por formar sus propios sindicatos y ampliar su giro patronal para abaratar la mano de obra, con apoyo de abyectos gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña. Y hasta hoy siguen esos sindicatos de su propiedad. Incluso Germán Larrea fue reconocido y apoyado por la STPS en Cananea el 19-XI-21.
La mina el Boleo fue concesionada por tiempo indefinido al capital francés por Porfirio Díaz en 1885. Sus herederos neoliberales, lo hacen por 100 años
La mina el Boleo fue localizada en 1868, pero sería una empresa francesa la que desde 1885 la explota en grandes proporciones, el año en que Emilio Zola escribe su novela Germinal, sobre la inhumana explotación de los mineros de carbón en Francia, que bajaban a las minas familias, niños, mujeres embarazadas y cuando los mineros franceses iban a la huelga, el patrón metía a esquiroles belgas.
El lector puede imaginar que, si así eran los patrones en su país, cómo serían aquí, con el espíritu colonialista que los caracteriza en 500 años. Aquí hicieron un cementerio clandestino para esconder a los mineros que caían muertos en el trabajo. Eran jornadas de 12 horas diarias, sin higiene ni seguridad, pésimos salarios. Para colmo en 1890 la empresa francesa emplea su propio jefe de la policía, quien reporta directamente al director de la mina. Como eran las empresas petroleras del porfiriato y después con sus “guardias blancas”.
La rudeza del trabajo minero, que chupaba hasta el tuétano la fuerza de laboral, fue el ingrediente más explosivo cuyo efecto se sintió en los primeros casos de rebeldía. El rebelde más connotado de la época porfiriana, fue el minero MAURO FLORES. Este minero a causa de su cansancio prematuro, en un acto de franco anarquismo acuchilló en 1903 a un capataz francés. Dos años después, en junio de 1905 se da la rebelión de los barreteros. Esta protesta colectiva, primera huelga en los anales de “El Boleo”, superaba con mucho a los actos anarquistas individuales pese a su corta duración, fue el primer aviso para los franceses. Paralelamente a los records de producción se formaba un volcán social y cuya explosión se contenía gracias a los apoyos de la fuerza pública porfirista.
– Juan Manuel Romero Gil. “El Boleo. Un pueblo que se negó a morir” 1995
La propiedad del Boleo de los franceses concluyó en 1954; antes, en 1935, se formó la sección 117 del Sindicato Minero (creado en 1934), y la mina pasó por varios patrones, el mejor sería el paraestatal, para evitar el cierre y el desempleo, quedando un tiempo cerrada desde 1970 hasta su reapertura como empresa de Canadá en 2010 y luego como empresa coreana en 2012.
Esta empresa coreana abre la operación de la mina con un sindicato blanco de Monterrey, a modo, el Nacional de Trabajadores de la Exploración, Explotación y Beneficio de Minas de la RM, que actúa todo a favor del patrón. A su vez, el sindicato forma parte de la Federación Nacional de Sindicatos Independientes (FNSI), formada por el Grupo Monterrey contra Cárdenas. La sobre explotación del trabajo por la empresa y la inutilidad del sindicato que firma un contrato colectivo de protección patronal (CCPP), provocan las protestas mineras y en 2016 los obreros piden el apoyo al Sindicato Minero para demandar la titularidad del contrato colectivo de trabajo (CCT).
En casi 5 años el sindicato blanco nunca revisó el CCT; tampoco realizó una asamblea con los obreros; los pactos entre la empresa y sindicato se hacían ocultos a la base minera; el líder, el comité y el sindicato no fueron electos por la base sino por la empresa; empresa y sindicato reprimían con el despido a cualquier protesta obrera. De 2012 a 2016 los mineros realizan varias protestas por sus derechos.
El 7 de julio de 2007 ese sindicato blanco, mediante 9 demandas, pactó con Grupo México, de Germán Larrea, 8 CCPP -apoyados por Calderón y Lozano-, la titularidad de los 8 contratos, a los que la Junta Federal les señaló 8 recuentos de votos, todos el 5 de septiembre de 2007, asistiendo al recuento la fuerza pública federal y estatal a cada mina, como centro de trabajo.
A las 7 de la mañana fue el recuento en los 8 lugares distantes. Así reaccionó Larrea ante las denuncias de Napoleón Gómez Urrutia del 19 de febrero de 2006, por la tragedia de Pasta de Conchos, cuando quedan atrapados 65 mineros por la explosión; sobre todo cuando Larrea se impone al gobierno de Fox para que, a los 5 días de la tragedia, no se rescate los mineros atrapados, aun sin saber cuántos estaban vivos y cuántos muertos. El compañero Napoleón acusó al magnate y a Fox de “homicidio industrial” en los medios de prensa, TV y Radio.
Fox, a través de Medina Mora, gira 11 órdenes de encarcelar a Gómez Urrutia, por lo que salió al exilio forzado a Canadá. La lucha en El Boleo de los mineros ganó finalmente la titularidad del CCT en 2019 y, ahora, la huelga en 2022.
* Abogado del Sindicato Minero y la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT), miembro de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas (ALAL), y la Asociación Internacional de Juristas Democráticos (AIJD).
Foto de portada. Wikimedia Commons.
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