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Agustín Ramírez Agundis*
Miércoles 26 de abril de 2023
Un infarto es la muerte del tejido de un órgano debido a la interrupción del flujo sanguíneo en la arteria que lo irriga. Aunque el infarto más comúnmente conocido es el de miocardio, que afecta al corazón, también puede ocurrir en otros órganos, como es el caso de los riñones, los pulmones, el intestino y el cerebro.
El infarto del miocardio, también conocido como ataque al corazón, se produce cuando una parte del músculo cardíaco muere debido a la falta de oxígeno y nutrientes que llegan a través de los vasos sanguíneos. Esta situación puede ser causada por la obstrucción de una arteria coronaria, que es el vaso sanguíneo que suministra sangre al corazón. Los factores de riesgo para el desarrollo de un infarto del miocardio incluyen la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto, el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo.
El infarto cerebral, también conocido como accidente cerebrovascular isquémico, se produce cuando se obstruye una arteria que suministra sangre al cerebro. Esta situación puede provocar daño cerebral permanente y causar síntomas como debilidad en un lado del cuerpo, dificultad para hablar y pérdida de la coordinación.
El fin de semana pasado, el domingo, para ser más preciso, encontrándose en Mérida como parte de una gira por el sureste de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó síntomas de infección respiratoria, ante lo cual se le realizaron pruebas para detectar en su organismo el virus que provoca el Covid-19 y el virus de la influenza. El resultado fue negativo a la influenza y positivo al Covid-19, ante lo cual decidió interrumpir la gira y regresar a la ciudad de México para iniciar el periodo de aislamiento y el tratamiento médico señalados como pertinentes ante esa enfermedad. Por la tarde del domingo 23, el presidente emitió un tweet expresando:
“Ni modo, amigas y amigos: salí positivo a Covid-19. No es grave. Mi corazón está al 100 y como tuve que suspender la gira, estoy en la Ciudad de México y de lejitos festejo los 16 años de Jesús Ernesto. Me guardaré unos días.”
Los voceros del conservadurismo se dieron vuelo. Como hienas inundaron las redes sociales con mensajes a través de los cuales expresaban sus peores deseos para la salud del presidente y su esperanza de que el avance de la 4T se detuviera por la incapacidad física de López Obrador.
Su insana imaginación, propia de individuos que han venido acumulando una creciente carga de frustraciones por sus fallidas acciones para impedir la realización de los proyectos puestos en marcha por el gobierno federal, condujo a los conservadores a visualizar una serie de sucesos sin contar con ninguna prueba o información corroborada.
El infarto al miocardio ha estado rondando desde hace mucho tiempo en la cabeza de quienes sueñan con volver a ese pasado en el que gozaban de privilegios y canonjías, vislumbrándolo como un evento que irremediablemente habrá de presentarse para, casi casi como castigo divino, impedir que el presidente continúe gobernando como lo ha venido haciendo hasta ahora, con todo el ánimo, el ímpetu y la orientación en favor del pueblo.
El tweet publicado por el presidente, los informes expresados por el secretario de gobernación, el parte médico pronunciado por el secretario de salud, las declaraciones públicas de Beatriz Gutiérrez, la esposa de López Obrador, dan cuenta de que la enfermedad por la cual fue necesario que se mantuviera aislado y en reposo es el Covid-19.
Como decía al principio, el corazón no es el único órgano susceptible de ser afectado por un infarto. También está el cerebro, siendo en los hechos el segundo lugar en incidencia de este tipo de enfermedad, pudiendo provocar graves afectaciones en la motricidad y, en general, la coordinación corporal.
Políticamente hablando, la oposición conservadora sufrió desde hace un buen rato este tipo de evento y sus secuelas están a la vista. No tiene idea siquiera de dónde viene, dónde se encuentra y a dónde quiere ir. Su único objetivo es el de oponerse a toda acción que el presidente proyecte llevar a cabo, sin capacidad de ofrecer alternativa alguna. Los numerosos aspirantes del conservadurismo a la candidatura presidencial carecen de propuesta, de prestigio y de pensamiento con los cuales pudieran convencer a la gente.
El infarto cerebral y sus secuelas han paralizado a la oposición y como consecuencia su único accionar consiste en atacar al presidente y obstaculizar sus proyectos sin capacidad para argumentar y proponer. En unos cuantos días el presidente reanudará su participación en las mañaneras y lo hará fortalecido por un renovado apoyo popular.
* Esta es una colaboración del Colectivo Miguel Hidalgo de Celaya, Guanajuato, al que pertenece el autor.
Foto de portada: Sitio oficial de Andrés Manuel López Obrador.
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