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LA COLUMNA ROTA
Frida Guerrera*
Jueves 11 de noviembre de 2021
Los árboles más viejos dan los frutos más dulces.
– Proverbio alemán.
El feminicidio de mujeres de la tercera edad, conforme pasan los años, ha ido incrementando. En lo que llevamos de este 2021, más de 70 mujeres mayores de 60 años han sido asesinadas en México, la mayoría en manos de sus hijos, nietos o bisnietos. Algunas de ellas, por vecinos que sabiéndolas solas aprovechan su vulnerabilidad para atacarlas. Las asesinan con la misma saña con la que exterminan a cualquier niña, mujeres jóvenes o de mediana edad.
Pensar en una mujer adulta que ya crió, educó y amó a sus hijos, es imaginarla con una vida serena, llena de calma, abrazando a sus nietos. Tristemente, muchas de éstas abuelitas han sido violadas, asesinadas a puñaladas, a golpes, estranguladas; la mayoría de las ocasiones, luego de atacarlas, las roban, o simplemente las ultiman porque no les quiso dar al hijo, o al nieto dinero para comprar cervezas.
Mercedes Munguía León nació un 24 de septiembre de 1937, en Plan de las Hayas, Veracruz. Se casó con Aurelio Nolasco, «el gran amor de su vida», a quien conoció en Los Ídolos -también en Veracruz-, pueblito donde vivía. Mechita, como cariñosamente era conocida, enviudó en 1981. Jamás se volvió a casar, me comparte Ana Nolasco, su única hija.
Toda su familia la recuerda con mucho cariño y amor por su generosidad, su alegría. Se distinguía por siempre visitar a todos, con regalos y platillos hechos con sus divinas manos; frutas de su huerta, como mangos, guanábanas, zapotes y cocos. Nunca le importaba cargar demasiado si de agasajar a su familia se trataba.
Mechita era muy estimada en su comunidad por su excelente sazón y don de trabajo, siendo llamada para dirigir las cocinas en fiestas y eventos en su pueblo; amada por sus hermanas y sobrinas, a las que quería como si fueran sus hijas.
La característica más apreciada por su familia era su alegría y grandeza. Tenía 84 años, amada por todos: jamás imaginaron que alguien muy cercano a ella le arrebataría la vida.
El primero de abril de 2021, Mercedes Munguía León fue «atacada» en su casa, en la comunidad Los Ídolos, en el Municipio de Actopan, Veracruz. Fue apuñalada presuntamente por uno de sus nietos, alguien a quien ella amaba y al que siempre le tenía abiertas las puertas de su casa. Él, aprovechando ese amor, lo utilizó únicamente para lastimarla, apuñalarla y posteriormente huir.
Luego del ataque, Mechita fue llevada al Hospital Municipal de Cardel, Veracruz. Luchó por su vida, pero en dicho hospital fue mal atendida. Ese mismo día la dieron irresponsablemente de alta, sin hacerle ningún estudio que analizara a detalle las heridas que le fueron infligidas. Por ello sus familiares la trasladaron e ingresaron al Hospital Civil de Xalapa, Veracruz, donde le hicieron una operación de bazo, múltiples transfusiones de sangre, hasta que ya no se pudo hacer más. El día nueve de abril de 2021, doña Mechita, la tan adorada mujer, perdió la batalla.
Lamentablemente como en muchos casos, la Fiscalía del Estado de Veracruz no tiene ningún avance en torno al tema. La familia completa de Mercedes sigue esperando que se haga justicia. Su hija, lejos del país, viéndose imposibilitada de viajar y únicamente apoyada por sus primas que mantienen contacto con la Fiscalía, ve aumentar su desesperanza al no obtener respuestas.
El nivel de violencia ha avasallado desde hace algunos años a nuestras «abuelitas», mujeres que ya sobrevivieron a la violencia de la niñez, la juventud, la mediana edad y que ya con los años de aprendizaje confían en que sus vidas ya no correrán peligro. Hemos escrito muchas veces del nivel de violencia contra nuestra niñez, «que rompe el alma«. Pero ahora nuestras mujeres adultas mayores deberían de ser igual de protegidas que nuestras niñas, por lo valiosas que son sus vidas. Están siendo aniquiladas por quienes se supone también debería cuidarlas y protegerlas, no arrebatarlas por la vulnerabilidad en que se encuentran.
Ana, (Lolis, como la llamaba su mamá), porque ella es ahora su voz, escribió con profundo dolor las siguientes líneas:
Mamita: No sé cuánto durará éste profundo dolor, quizá nunca se vaya, o puede que sea una forma de retenerte a mi lado, pensándote todo el tiempo.
Por las noches cuando logro dormir parece que todo fue una pesadilla, sueño que voy a despertar y es Domingo, y te llamaré por teléfono y lo primero que me dirás con tu voz alegre como siempre – ¡Qué bueno que te acuerdas que tienes madre! ¡Siempre lo recordé Mamá!
¿Sabes? Fuiste tan generosa con tu amor, que yo que fui tu única hija, ahora siento a todas mis primas, como mis hermanas, porque ellas te amaban como a una madre, todas se expresan con tanto amor de ti, que es como un bálsamo al corazón escuchar las palabras con que te describen en medio de tanto dolor.
Cuando muere alguien que amas tanto, nos duele mucho el alma, nos duele hasta respirar. Dicen que el tiempo lo cura, que ya pasará. Pero yo sé que no es cierto, esto no pasará, no dejará de doler, ya nada volverá a ser igual.
Sólo me queda la esperanza de que un día nos volveremos a ver y entonces te abrazaré tan fuerte, para nunca más soltarte.
No estaba preparada para que te fueras ¡Mamita! Nadie lo estaba, y menos así, no era tu tiempo de partir.
El día de tu sepelio, Yo también enterré un hijo, se lo entregué a Dios para que lo juzgue, él para mí ya está muerto. Porque él es tu asesino y como tal debe pagar, a él le espera la cárcel junto a su cómplice.
Madre, se que estás junto a Dios descansando en paz, porque tú lo perdonaste, así eras tú de generosa. Pero yo no. Yo no descansaré hasta que se haga justicia y ojalá que Dios me ayude.
Lolis.
¿Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo de una mujer víctima de feminicidio o desaparición? ¿Eres sobreviviente de una relación violenta o intento de feminicidio? Búscanos, ayúdanos a visibilizarlas y a contar sus historias: Voces de la Ausencia.
* Comunicadora libre, bloguera mexicana.
Facebook: FridaGuerrera Guerrera
Voces de la Ausencia @VocesDLAusencia
La foto de portada e interiores se publica con autorización de la familia.
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