SOMOSMASS99
Caitlin Johnstone*
Australia / Lunes 29 de enero de 2024
Me parece poco probable que los gerentes de la maquinaria de guerra israelí se asusten y saquen su vieja y cansada canción y baile de «antisemitismo» si no hubiera algo sustancial en ello.
La Corte Internacional de Justicia rechazó el viernes la solicitud de Israel de desestimar el caso de genocidio presentado en su contra por Sudáfrica, dictaminando por una amplia mayoría que el caso debe proceder e instruyendo a Israel a abstenerse de matar y dañar a los palestinos en el ínterin.
Muchos partidarios de Palestina han expresado su consternación por el hecho de que la CIJ no haya ordenado explícitamente un alto el fuego, mientras que muchos otros (incluidos funcionarios sudafricanos) argumentan que el fallo es muy positivo y equivale a una orden de alto el fuego porque exige el fin del daño a los miembros del grupo protegido.
Los medios de comunicación imperiales están enfatizando agresivamente la ausencia de una orden de alto el fuego en sus titulares y muchos apologistas de Israel están enmarcando esa ausencia como una victoria para su etnoestado favorito, pero tal golpe de pecho performativo se ve severamente socavado por la forma en que los funcionarios israelíes de alto nivel están acusando actualmente a la CIJ de antisemitismo y diciendo que Israel debería ignorar sus fallos.
Israeli officials accuse international court of justice of antisemitic bias https://t.co/QoUltAdHgG
— The Guardian (@guardian) January 27, 2024
«La Corte Internacional de Justicia fue más allá cuando accedió a la solicitud antisemita de Sudáfrica para discutir la acusación de genocidio en Gaza, y ahora se niega a rechazar la petición de plano», se quejó el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, en respuesta al fallo.
«La decisión del tribunal antisemita de La Haya demuestra lo que ya se sabía: este tribunal no busca justicia, sino la persecución del pueblo judío», dijo el ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir.
Ben Gvir también tuiteó «Hague Schmague» inmediatamente después de que se emitiera el fallo, que probablemente pasará a la historia como el tuit más israelí de todos los tiempos.
Todo el mundo discute sobre si el fallo de la CIJ es útil o no, y yo no sé lo suficiente ni en un sentido ni en otro como para estar seguro de una cosa u otra, pero tal y como están las cosas ahora mismo me parece poco probable que los responsables de la maquinaria de guerra israelí se pusieran tan nerviosos y sacaran a relucir su vieja cantinela del «antisemitismo» si no hubiera algo sustancial en ello.
El abogado internacional Francis Boyle, que ganó medidas provisionales contra Yugoslavia en la CIJ en 1993, dijo lo siguiente sobre el fallo:
«Esta es una victoria legal masiva y abrumadora para la República de Sudáfrica contra Israel en nombre de los palestinos. La Asamblea General de la ONU ahora puede suspender la participación de Israel en sus actividades, como lo hizo con Sudáfrica y Yugoslavia. Puede admitir a Palestina como miembro de pleno derecho. Y, especialmente porque la Corte Penal Internacional ha sido una farsa, puede establecer un tribunal para enjuiciar a los funcionarios de más alto nivel del gobierno israelí, tanto civiles como militares».
Así que tómalo por lo que sea que valga para ti. En cualquier caso, todavía hay que poner fin urgentemente a la carnicería en Gaza, y sólo el tiempo dirá si el acontecimiento del viernes tuvo algún efecto importante en el resultado de este horror.
Pero hombre, lo que yo no hubiera dado por ser una mosca en la pared en las reuniones que estaban teniendo en el Departamento de Estado de EE.UU. el viernes. Son días como este los que recuerdan por qué los administradores del imperio pasaron de hablar de «derecho internacional» a usar la frase sin sentido «orden internacional basado en reglas«.
* Mi trabajo está totalmente financiado por los lectores, así que, si te ha gustado este artículo, si quieres aquí tienes algunas opciones para echar algo de dinero en mi bote de las propinas. Todas las obras son coautoría con mi marido Tim Foley.
Foto de portada: Caitlin Johnstone web.
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