SOMOSMASS99
Agustín Galo Samario / SomosMass99
Segunda parte y última
León, Gto. / Miércoles 6 de enero de 2016
Qué lejos están los políticos de hoy de aquellos que hicieron la revolución. ¡Qué lejos! “Miré nada más cómo tienen al país”. Sí, esos como Vicente Fox “que le tenía miedo a López Obrador, que les da miedo porque no tienen la conciencia tranquila”.
La activista Judith Escarpulli Moguel cuenta que su padre peleó en los tiempos de la revolución. “Pero a él lo enlistaron los de (Venustiano) Carranza. Me decía, cuando me platicaba de lo que habían vivido, de las carencias y las razones que tuvieron los que encabezaron la revolución, que él admiraba muchísimo a Zapata. Él era el que verdaderamente encabezaba las luchas por la justicia social. Si a mí me hubieran dado a escoger, yo me hubiera ido con Zapata”.
México, más poblado, todavía muy rico, a veces parece que no ha cambiado. La pobreza y la marginación siguen ahí, a la vista. Y los defensores de derechos humanos, los activistas, los profesores que protestan se multiplican. “Sí, los profesores influyen, los esposos que llegaron a Chiapas a enseñarnos, a despertarnos ese amor por la naturaleza, lo que es sentir respeto por la naturaleza. Ya no me gusta decir eso de que nos enseñaron el amor por México, porque ya lo chotearon mucho los políticos. Pero lo que nos enseñaron fue tener respeto a tu país, a tu tierra, al lugar donde naciste. Es diferente a lo que dicen los políticos, amor por el país y lo están destruyendo. Un amor, dicen ellos, y mire lo que han hecho con los mexicanos”.
¿Qué de dónde sale ese espíritu contestatario? Pues de leer a los Flores Magón, a los Serdán, a Elenita Poniatowska. “Son los iniciadores, gente con esa conciencia y esa visión que, entonces, a raíz de leer México Bárbaro una dice: ‘¿Por qué son tratados así los mexicanos?’. No me cae nada bien Porfirio Díaz, esa figura no, no, no… A través de la lectura, de historiadores, de leer a mi maestro Lorenzo Meyer. Yo creo que de ahí sale todo, de mis maestros, la vivencia familiar, de mi papá zapatista de corazón. Y después, poco a poco, de ver cómo vive nuestro pueblo, de esos engaños de quienes se llaman políticos, que ni siquiera les doy esa categoría”.
Ahora serían sus enemigos
La conversación con Judith toma los rumbos de la indignación, de la vergüenza, la rabia. Su abuela, Gregoria Domínguez, era prima del doctor Belisario Domínguez, a cuya memoria el Senado de la República entrega anualmente una medalla para premiar a los mexicanos o mexicanas que “se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de nuestra Patria o de la Humanidad».
Bueno, eso dice el decreto de creación. Ahora, que en noviembre de 2015 se le entregó a Alberto Bailleres, uno de los empresarios más ricos de México, el senador Alejandro Encinas dijo que se ha “convertido en una presea… Totalmente Palacio”. En realidad, comenta Judith, “da pena ver lo que hacen con la medalla. Como pariente lejana, muy lejana, pero porque me identifico con su lucha, se los diría en su cara a los senadores: ‘Qué han hecho con el país. Nadie se identifica con todo eso por lo que él perdió la vida. Por supuesto que ahora quienes lo mencionan serían sus enemigos. Por menos condenan al subcomandante Marcos, por menos quieren condenar a quienes ya no quieren más un México sin nosotros. Pero aquí estamos.
“Si Belisario Domínguez resucitara se moría inmediatamente al ver lo que han hecho. Ahora se la dieron a Bailleres. ¡Lo que nos faltaba! El PAN nos tendría que explicar por qué lo propusieron. ¿Porque estudiaron en el ITAM? ¿Qué méritos tiene? Porque está contradiciendo lo que hizo Belisario Domínguez, a él lo mataron por el discurso, lo torturaron, el gobierno de Victoriano Huerta. ¿Cuántos admiradores habrá en el Senado de Porfirio Díaz? Y a lo mejor hasta de Huerta, si no me equivoco. México, ¡qué barbaridad! ¿Qué han hecho? No me lo explico. Decía Eraclio Zepeda: ‘al gobierno le gustan mucho los héroes, pero muertos’”.
¿Qué indigna, qué provoca rabia? “Pues todo eso, lo que lees, lo que escuchas, de ver cómo vive la gente pobre, en extrema pobreza. Cómo es posible que tengan un avión de tantos millones de dólares, cómo es posible que hagan esos viajes tan ostentosos para convertirse en… para rendirles a los reyes de España. Como diría Chávez: ‘Eso no se usa, le sale muy caro al país. Es una figura (la monarquía) no debió existir y que si existió debía ser sacada del gobierno. Son figuras decorativas que no le sirven al país para que surja, para que se desarrolle. Digo, sin tener una versión de una religión o de cualquier religión, no han ayudado para que surja una sociedad, un ser humano. Hay obispos, el caso de Samuel Ruiz, es algo diferente. El obispo Vera, Solalinde vino el otro día y le dije que no soy creyente, pero creo en su lucha y por eso estoy cercana a usted. ‘Yo tampoco’, me dice. Sí, sí, sí…”.
Son cuotas
Judith niega que le duelan México, León o Chiapas. Simplemente “porque eso ya está muy choteado”. Lo que pasa es que, al cabo de muchos años de haber militado en el PRD, de haberse involucrado en la política, en algún momento se le presentó la posibilidad de ser candidata a alcaldesa.
“Yo por supuesto que hubiera sido mejor presidenta municipal que Ricardo Sheffield. Por supuesto que habría sido mejor que Bárbara Botello. Porque yo tengo una conciencia diferente a la de ellos. No es que me duele León, yo digo que me da coraje, que me indigna lo que esos políticos le han hecho a nuestro país. Ni siquiera son políticos, son cuotas de los partidos. Eso es lo que son, cuotas de los grupos de poder.
“Cuando me comentan que por qué pasó eso en Guerrero (la desaparición de los 43 normalistas en Iguala), yo digo que es la responsabilidad que tienen los partidos políticos al seleccionar a sus candidatos. Ellos son responsables de haber nombrado a gente tan ajena a la población. Parece que cada tres años eligen a sus verdugos y en el estado de Guerrero a sus asesinos. Eso es lo que me pone de malas. Porque México no son ellos. ¿Creerán ellos que son la patria? Esa solemnidad que tienen, ahh… Y cada vez que el Ejército tiene más acusaciones de violar los derechos humanos, ¡ay!, él (Enrique Peña Nieto) los empieza a condecorar, a decir que son lo máximo del país. Bueno, están para defender la soberanía del país, ¿no?, como hizo en Puebla el general Zaragoza, y no para perseguir la dignidad de las personas, de los pobres, de los indígenas, de las mujeres. Pero ya ve usted, el gobierno deshumaniza a los militares. ¿Qué han hecho con ese grupo humano? Ya no son lo que nos hicieron creer, ya no son más como los niños héroes, que se envuelven en la bandera y defienden a su nación. Pero ahora que lo digan, son amos. Aunque digan que la patria es primero, eso es ajeno a ellos”.
Se perdieron
Judith Escarpulli no reniega de su pasado perredista. Porque cuando lee los principios fundamentales de ese partido, asegura, se da cuenta “que son buenos”. Hablan de nuestra identidad, de cuáles son nuestras referencias históricas, de las gestas revolucionarias, de la independencia, del propósito de emancipar a los pobres, a las mujeres, a los campesinos.
“Milité activamente no sé cuántos años, pero anotada en el padrón como 21 años. Y no me quejo, tuve buenos compañeros como Agustín Cortés Gaviño, a don Carlitos González Obregón, a Lalo Díaz Infante, a un grupo de maestros. En esos años era otra cosa, era un partido que se formó para un cambio. ¿Por qué se crea el PRD? Por la necesidad de que hubiera un partido que verdaderamente se identificara con los que menos tienen, por esta gente olvidada, por estos pobres que no entraban en la agenda de los políticos en ese momento. Porque el PRI había perdido sus orígenes y el PAN nunca representó a las clases más necesitadas, sus orígenes son otros, sobre todo el PAN actual, de empresarios para empresarios, aquí lo hemos vivido en León”.
Se convirtió en consejera estatal, y a quienes la impulsaron les decía que sólo la apoyaban porque no había muchas mujeres. “Yo nunca he estado de acuerdo en que sea el 50 y el 50, y no es porque no necesitemos más espacios. Lo que pasa es que en los partidos no militan el 50 y el 50, ¿si?, y por llenar ese requisito agarran lo primero que se encuentran al paso”. Corre el tiempo y en la medida en que obtienen más espacios de representación “me doy cuenta que nada más quieren el poder por el poder y para eso no se creó el PRD. Cuando el poder se pone al servicio de los demás, ahí sí es válido. Pero…”.
– Hay perredistas que lograron muy buenas posiciones. Malú Mícher…
– Sin comentarios, ahí le cortamos -, amenaza entre risas con terminar la charla. Pero de inmediato retoma el tema: “Mira, vamos a nivel nacional. Fue senador y estuvo en la Comisión de Asuntos Indígenas, Gilberto López y Rivas, y el mismo ingeniero Heberto Castillo. Ha habido bastantitos, algunos que se han ido retirando por lo mismo… Carlos Bracho, los simpatizantes. Paco Ignacio Taibo II y el mismo López Obrador. Yo sigo creyendo en López Obrador como luchador social, porque es de los pocos políticos que conoce la historia de su país y trae trabajo social. La figura de Heberto Castillo. Después con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, no te voy a hablar mal, pero a falta de líder lo tomamos a él”, más risas. “Porfirio Muñoz Ledo me apantalló, un hombre con una inteligencia tremenda.
“Entonces me voy dando cuenta que se van haciendo a un lado los principios. Se lo dije un día a Carlos Navarrete: ‘Carlos, los principios no son negociables’. Ya no me acuerdo qué me contestó. Luego el poeta Tomás Segovia dijo: ‘La izquierda, como la voz de los muertos’. ¿Cómo lo interpretas? Los muertos ya no tienen voz o ya no necesitan tenerla. Yo digo”.
Ayotzinapa está ahí, casi como signo de las contradicciones perredistas. ¿Y qué pasó? ¿Dónde estaba Carlos Navarrete? “No, pero Carlos no estaba, el dirigente era Zambrano”. Navarrete es de Los Chuchos, “es la cuota de poder que tiene ese grupo” de Jesús Ortega y Jesús Zambrano. “Son los más visibles, la cabeza, pero de los que mueve más el pandero es Carlos Navarrete. De los que tienen el control. Por supuesto que sí, ahí estaba Carlos, haciendo declaraciones poco afortunadas”.
– ¿No habrá sabido nada de lo que se hizo en Iguala?
– Por supuesto que sí. Cuando yo lo conocí, que se hizo dirigente y no tenía ese derecho porque cuando fuimos a la asamblea estatal, Carlos no era delegado ni era consejero, y para ser candidato tenías que ser delegado o consejero. Él no lo era. Mire, Carlos es muy hábil y sabe de política, pero lo ha utilizado para beneficio de grupos o personales. A Carlos se lo puedo decir así, de frente. Un día le hice un reclamo bastante fuerte.
“Carlos era una persona que no tenía mucha solvencia económica, pero eso no le da derecho de hacer acuerdos cupulares, o acuerdos con (el ex gobernador Rafael) Corrales Ayala que no me constan, pero que se decían totalmente. Yo tuve en mis manos un documento… ¿Cómo te diré? No me gusta decir cómo es Carlos porque no necesitas que yo te lo diga, porque él solito con su comportamiento se dio a conocer. Pero lo que viví como que… Cuando él fue dirigente del PRD en el estado siempre me quiso tener cerca. Yo era consejera, él me quiso jalar y conmigo era atentísimo. Me hablaba por las noches y me decía: ´trasládate a la cárcel de Silao’, porque tenía yo la cartera de derechos humanos. Y aquí en el Cereso de León, me dice: ‘Tienes carta abierta, yo confío en ti’. Y cuando fuimos a ver al obispo, no, ‘compañera…’. Entonces te utiliza porque sabe que eres una persona honesta, una persona que… Yo le convengo al PRD, le dije una vez, pero está muy desprestigiado y el PRD ya no me está conviniendo a mí.
“Yo conozco a Carlos Navarrete muy bien. No está mal que estés muy pobre y quieras salir, que quieras tener cubiertas tus necesidades, no es malo querer tener una vivienda, zapatos nuevos. Carlos es una persona que no es un improvisado en la política, pero eso lo utilizó para beneficio de grupo, para beneficio personal y para escalar. Carlos no fue, por primera vez en la historia, como decían ellos, el primer coordinador de izquierda de la Cámara de Senadores. No lo fue Carlos por ser de izquierda. ¿Sabes quién lo palomeó?
– Manlio Fabio Beltrones.
– Entonces no te estoy diciendo nada nuevo, ni un secreto a voces. Más bien es un secreto a voces. Más bien a Carlos lo perdió su ambición. Así, para terminar con eso…
“Sí, para qué queremos dirigentes o partidos cercanos al poder. Si yo, Judith, no tengo necesidad que me inviten en León los altos empresarios, los de alto poder económico. No necesito ni me importa. A qué voy si no me voy a identificar con lo que dicen. Es más, cuando fue lo de López Obrador procuré no tener contacto con algunas personas de poder porque no quería que me hablaran mal de él. Porque a pesar de los desaciertos de López Obrador, es una persona honesta. López Obrador no se ha quedado con los dineros que no son de él. El de la Ciudad de México es el presupuesto más alto de la República y López Obrador no se enriqueció de eso. Hay unos desaciertos últimamente, por eso no quería, no me gustó que se hicieran partido. Sus razones tendrán, ¿verdad? Me gustaba más el movimiento, pero no es para darme gusto a mí, pues. Y yo lo dije, me siento congruente. Me dicen, ‘¿por qué no estás en Morena, por qué no sigues apoyando a López Obrador?’. No, esos desaciertos para mí ya no cuadran.
– ¿Como cuáles? ¿Cómo ese de ir a ver al papa?
No era necesario, ¿verdad? No era necesario porque a la gente que estamos o estuvimos más cerca de él eso no nos apantalla. Vivimos en un Estado laico y hay que respetarlo. Siempre he estado en contra de los llamados políticos que se acercan al ámbito religioso para hacer creer que profesan esa religión. No lo necesitamos. A no ser que este papa esté haciendo las cosas diferentes, porque son una mafia los cardenales, es una mafia. Ya se echaron a uno, ¿no?, hace mucho. Lo dijeron a nivel internacional. Entonces me duele lo que están haciendo con Morena, entraron con otros intereses. Aquí lo tenemos muy claro en el estado de Guanajuato y en el municipio de León.
– ¿Se refiere a Enrique Alba?
– (Risas) él es uno de ellos, son varios. Cuando oigo a López Obrador decir que Morena es la esperanza de México, no permitiremos la corrupción, la honestidad es nuestra bandera, me duele eso. Y el trabajo de López Obrador y todo lo que Vicente Fox y el gobierno de Fox, los empresarios, dijeron: ‘no dejes llegar a ese populista porque nos va a meter a la cárcel’. López Obrador les daba miedo, y les da miedo porque no tiene la conciencia tranquila. Fox entre todas sus locuras ya lo confesó. Morena, pues”.
¿Cuál es la alternativa? “La sociedad civil organizada, yo le apuesto a la sociedad civil organizada. Y ahí vamos, haciendo nuestros pininos. El grupo donde estamos nosotros que le llamamos Conciencia y Libertad. Teníamos este espacio libertario, pero ya no pudimos. Le pusimos nuestra ofrenda a Galeano, no sé, pero me sentí con culpa porque no se lo hice a José Emilio Pacheco. Conozco a Elenita (Poniatowska). Digo, me considero una mujer con conciencia, con mis aciertos y desaciertos. No creo en el pecado, en que las culpas y eso. No, con aciertos y desaciertos. En la vida se ha sido generoso conmigo. Me gustaba mucho esa canción Gracias a la vida, que me ha dado tanto. Pero también cuando te quita, te quita. Las pérdidas, la de mi esposo fue dolorosa. Un año se guardó el luto y luego dije, bueno, yo no nací acompañada, nací sola, tengo que seguir adelante. Fui privilegiada porque durante 29 años tuve maestro en casa. Entonces si tuviera que volver a escoger, lo escogería a él. Como le dijeron a Cristina Pacheco cuando murió José Emilio: ‘Todavía está contigo, pero de otra manera’. Cómo me gustó eso, ¿por qué crees que todavía tengo la foto de él? Leo su trabajo, porque él escribió algo que se llama El Retorno al Edén. La letra de un hombre de convicción de izquierda, que el discurso a favor de las causas de los desprotegidos se volvió para él una causa de vida. Tuve la fortuna de conocer al amigo, al compañero de partido, al luchador, al hombre comprometido. Entonces decidí seguir surgiendo, no me quise morir con mi muerto”.
0 Comentario