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LA COLUMNA ROTA
Frida Guerrera*
Lunes 9 de mayo de 2022
Hace unos días vía Messenger me llegó una petición más de apoyo: «Muy buenas tardes, disculpe la molestia, pero me dijeron que usted puede ayudarnos. Le cuento: hace dos años mi hermana María Fernanda Cruz Arcos desapareció y no tenemos ninguna respuesta de la fiscalía, estamos desesperadas ya ha pasado mucho tiempo, por favor ayúdenos».
Era Edith, hermana menor de María Fernanda. De inmediato le pedí que se comunicará conmigo vía WhatsApp, para tratar desde lo que realizamos día a día ayudar a encontrar a su hermana.
María Fernanda Cruz Arcos nació en Jonuta, Tabasco, el 29 de marzo de 2000 en el seno de una familia humilde, cuyos integrantes siempre buscaron mejorar la precaria situación en que vivían. Ello los llevó a mudarse a Villahermosa, Tabasco, a una ranchería. La vida de la pequeña familia formada por el matrimonio y dos pequeñas transcurría como la de cualquier familia mexicana dedicada a trabajar y salir adelante. Unos años después, la hermana menor de Fer se casa. Sus padres deciden divorciarse. Todo esto generó cambios en Fer.
María Isabel Arcos González, madre de María Fernanda, por motivos de trabajo, tuvo que irse a radicar a Cárdenas, Tabasco. María Fernanda ya estaba en la universidad, por lo que se quedó a vivir en un departamento en Pomoca Valle Real; Fer estudiaba Administración de Empresas en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT).
«Mi hermana es una chica con muchos sueños a futuro. Al venir de una familia humilde pasando por problemas, ella busca estudiar y prepararse para tener una mejor vida», nos hace saber Edith.
María Fernanda desapareció el 17 de abril de 2020; en aquel momento tenía 20 años. Salió de su domicilio a las 9:30 de la mañana a realizarse unos análisis de sangre. Su mamá llegó a visitarla, se preocupó al ver que su pequeña no llegaba. Le marco al celular, le mando WhatsApp, pero ella ya no respondía, ni le llegaban los mensajes. Aún con la preocupación, y sin recibir respuesta, decidió esperar y ver si llegaba. Al caer la noche le avisó a Edith y ambas iniciaron llamadas con los familiares y amigos. «Sabíamos que algo malo estaría pasando porque mi hermana no era de salir de casa e irse a otros lados sin avisar».
Al día siguiente, Edith y su mamá acudieron a poner la denuncia ante las autoridades. En lo que María se quedaba en la Fiscalía estatal dando toda la información sobre la desaparición de su hija, Edith acudió a Locatel, Protección Civil. Al no tener respuesta ahí decidió regresar por su mamá. Acompañadas de personal de dicha institución, acudieron al departamento de María Fernanda. Tomaron algunas fotos y las autoridades se retiraron del lugar.
La pandemia nos tenía a todos encerrados y la búsqueda de Fer se vio obstruida por lo que en todo el país estábamos padeciendo. La Fiscalía no estaba trabajando al cien, por lo que las investigaciones eran nulas. Ante ello María y Edith comenzaron a indagar, acudieron a la clínica donde la joven acudió a hacerse los análisis, pegaron fotos de ella para ver si alguien la reconocía. Desde ese momento la han buscado. María, madre de Fer, cayó en una severa crisis emocional. Se le fueron el hambre, las ganas por vivir. Edith tenía en aquel momento seis meses de embarazo y no sabía qué hacer con su madre en depresión y sin dar con su hermana. Por las preocupaciones también se enfermó y tuvo que ser hospitalizada. «Yo sabía que tenía que mejorar porque mi hermana necesitaba que la siguiéramos buscando. Dos meses después nació mi hija, quien ha sido una calma para nosotras, pero eso no significa que nos hemos olvidado de ella. Cada día que pasa la extrañamos».
La voz de Edith en está ocasión es la de su hermana, porque estamos seguros que la encontrará. Por el momento somos la extensión de ese grito desesperado: ¡Que las busquen a todas! Aquí sus palabras:
Necesito hablar con ella, contarle todo lo que nos ha pasado y reírnos de lo malo, quiero contarle que su sobrina está creciendo rápido y me duele que no esté conmigo para verla crecer. Cuando mi hermana esperaba el nacimiento de mi bebé, cuando ella se frustraba porque ya la quería conocer. Fer, mi chaparrita, donde quiera que estés recuerda que te amamos. Jamás vamos a dejar de buscarte. Me haces tanta falta, yo tengo tus cosas, te deje una recámara para ti, y mi mamá y yo acomodamos tus pertenencias como a ti te hubiera gustado tenerlo, siempre lo limpio porque sé como cuidabas tus cosas. Mi mamá sigue llorando por ti cada vez que va a comer, ella siente que no puede ser feliz porque sería como traicionarte por no poder compartir la felicidad contigo. Tus amigos se han comunicado con nosotros; ellos igual te extrañan.
Fer, esa niña que conoce todo sobre mi. Fer, tú sabes que solo nos tenemos nosotras dos, las hermanitas que al paso del tiempo nos fuimos uniendo. Nuestra vida no ha sido fácil, pero ahora que no estás conmigo siento mucho más difícil las cosas. A veces miro hacia fuera de la casa y siento que vas a llegar en cualquier momento. Cómo deseo volver a verte; extraño tu risa, tus chistes, tus gestos. Sueño contigo, en que nos volvemos a encontrar y, lo admito, tengo miedo de no volver a verte. Hay días que no quisiera despertar, pero Isa mi niña me da las fuerzas; además, sé cuanto esperabas que ella naciera. Todavía recuerdo cuando llegabas a verme y te ponías a hablar sobre cómo sería la niña cuando naciera, de todas las cosas que íbamos hacer con ella. A veces entro a ver tu número de celular y… cómo deseo un mensaje tuyo, saber que estás bien
Regresa por favor, o que alguien que me diga dónde estás, que estás bien, que no te han lastimado, que estás comiendo bien, que tus manitas estén siempre bien cuidadas. Fer, cuando nos volvamos a juntar mamá promete hacer mole, tu comida favorita, y los postres que más te gustan. Algún día volveremos a ser felices, solo le pido a Dios que sea pronto. Mi chaparrita, algún día volveremos a verte y te voy abrazar muy fuerte.
Recuerda que te ama tu hermana.
Deseamos con el corazón que todas y cada una de las personas desaparecidas en este país sean localizadas a la brevedad. Pero en esta ocasión les pedimos nos ayuden a compartir está historia así como su volante de búsqueda y con esto logremos dar con ella. Hoy Edith, María Isabel y María Fernanda forman parte de las Voces de la Ausencia, y no descansaremos #HastaEncontrarla.
P.D. Cada uno de los textos expuestos en este espacio son con autorización y acompañamiento de las víctimas. Porque solo somos la extensión de su grito de justicia.
¿Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo de una mujer víctima de feminicidio o desaparición? ¿Eres sobreviviente de una relación violenta o intento de feminicidio? Búscanos, ayúdanos a visibilizarlas y a contar sus historias: Voces de la Ausencia.
* Comunicadora libre, bloguera mexicana.
Facebook: FridaGuerrera Guerrera
Voces de la Ausencia @VocesDLAusencia
Las imágenes se publican con autorización de la familia.
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