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Redacción / SomosMass99
Ciudad de México / Lunes 25 de noviembre de 2019
La Misión de Observación de la Crisis Humanitaria de Personas Migrantes y Refugiadas en el Sureste Mexicano sostuvo que la crisis migratoria en la frontera sur es ya una tragedia humanitaria con graves violaciones a los derechos humanos de personas migrantes.
La Misión de Observación, integrada por casi cincuenta organizaciones de derechos humanos, instituciones académicas y medios de comunicación de México, Guatemala, El Salvador y Estados Unidos, elaboró el informe Impactos de la Política Migratoria de México en la Frontera Sur, resultado del trabajo de observación que inició en octubre de 2018, siguió a partir de enero y concluyó con la convocatoria a un monitoreo que se realizó del 29 al 31 de mayo de 2019.
El informe presenta una serie de hallazgos que revelan las violaciones a los derechos humanos de las personas migrantes. En las oficinas de Tapacuha, Chiapas, de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) se deja en situación de mayor vulnerabilidad a las y los migrantes que huyen de sus países por la violencia y la inseguridad al forzarlas a dormir en las banquetas o el parque central, donde se sienten vigilados y son discriminados y perseguidos por agentes del gobierno.
En las oficinas administrativas del Instituto Nacional de Migración (INM) en esa ciudad, las personas migrantes se enfrentan a un contexto hostil en el que participan, con presencia amplia y constante, agentes de seguridad del Estado, mediante la Policía militar, la Gendarmería, los guardias de seguridad privada y la Policía Municipal, además de la Policía Federal que cuenta con instalaciones frente al INM donde se tuvo conocimiento de que había migrantes detenidos y golpeados durante los operativos migratorios realizados durante la noche.
En las instalaciones del INM, que ofrecen el servicio de regulación migratoria, se identificó que no hay un trato diferenciado adecuado a personas con criterios de mayor vulnerabilidad, como las mujeres con niños, niñas y bebés, o menores con alguna situación especial de salud o discapacidad, además de que no se respeta el núcleo familiar durante los procesos migratorios, ya que las personas se ven obligadas a realizar sus trámites administrativos separados de sus familiares, incluidos los menores de edad.
En las Estancias Provisionales de Huixtla y Echegaray, así como de la Estación Migratoria Siglo XXI (EMSXXI) la permanente presencia militar y policíaca resultó ser un factor común. «Un mes antes de llevar a cabo el monitoreo, un puesto militar ya había sido instalado afuera de la EMSXXI, lo cual vino acompañado de una intensificación de la presencia de otros cuerpos de seguridad del Estado, como la Marina y Policía Federal, tanto ahí como afuera de otros lugares de privación de libertad ubicados a lo largo de la costa de Chiapas. Incluso, durante la Misión de Observación, el equipo de monitoreo fue hostigado por la Policía Federal afuera de estos lugares, quienes cuestionaron el trabajo realizado e intentaron tomar fotografías de las personas defensoras de derechos humanos y académicos integrantes del equipo».
En base a testimonios recabados afuera de la Estancia Provisional en Echegaray, la población refiere haberse percatado de actos de persecución ejecutados de manera violenta contra personas migrantes, recurriendo al uso excesivo y desproporcional de la fuerza, inclusive mediante tratos agresivos por parte de agentes migratorios, quienes les habrían perseguido en lugares de terracería y en la oscuridad.
En toda la franja fronteriza, también a través de testimonios de la población, la Misión de Observación supo que autoridades migratorias incluso realizan persecuciones contra las personas migrantes en parajes de terracería, lo que muchas veces implica uso excesivo de la fuerza y abuso de poder. «Señalamos con preocupación que la comunidad expresó también que se ha identificado a agentes específicos del INM que se conducen con mayor violencia y agresividad contra las personas migrantes».
En el prólogo del informe, Jan Jarab, hasta este lunes representante en México de la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, señala que «los hallazgos de la Misión de Observación nos demuestran que se necesita más interés por parte de la sociedad mexicana —incluso, por el gremio periodístico— sobre lo que ocurre en la detención migratoria en México. Además, se puede leer como un llamado para generar más solidaridad hacia las personas migrantes y refugiadas, así como con todas las organizaciones e individuos que les ofrecen ayuda humanitaria y las defienden».
Las organizaciones e instituciones convocantes a la Misión de Observación fueron la American Friends Service Committee (AFSC), en su Oficina para Latinoamérica y el Caribe; Casa Tochán; Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa; Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova; Formación y Capacitación (Foca); Iniciativas para el Desarrollo Humano; La 72, Hogar-Refugio para Personas Migrantes; Médicos del Mundo (MdM), España y Francia; Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México-Tijuana (Prami); Servicio Jesuita a Refugiados México (JRS); Una Mano Amiga en la Lucha contra el Sida (UMA); y Voces Mesoamericanas-Acción con Pueblos Migrantes.
Foto de portada (ilustrativa): Rubén Figueroa / Movimiento Migrante Mesoamericano.
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