SOMOSMASS99
Agustín Ramírez Agundis*
Miércoles 25 de octubre de 2023
El sistema electoral mexicano debe renovarse. Los plazos, los procedimientos, las fuentes de financiamiento, los medios de promoción están completamente rebasados. En estos tiempos los guanajuatenses observamos en las avenidas, en las carreteras y en los frentes de las casas nombres con los cuales nos familiarizamos a fuerza de su repetición en pintas sobre bardas, anuncios espectaculares, carteles, mupis y cualquier otro medio que se ponga a modo para publicitarse. En ciertos casos sólo aparece el nombre de pila, en otros también el apellido, y en algunos se incluye la fotografía de la persona, sola o acompañada de otra que le dé presencia, destacando, desde luego, la del presidente de la República, pues qué otra podría darle mayor respaldo. La gente los observa, de inmediato. Simplemente por la época electoral, infiere que se trata de alguien que aspira a lograr un puesto político. Por lo pronto puede ser la gubernatura del estado o la presidencia de algún municipio, pronto habrán de proliferar en búsqueda de las senadurías y las diputaciones federales y locales, y también, por qué no, las regidurías y las sindicaturas.
Sin embargo, sucede que en Guanajuato legalmente el plazo para las precampañas para la gubernatura inicia dentro de un mes (el 25 de noviembre), para las diputaciones locales dentro de dos meses (el 23 de diciembre) y para los ayuntamientos en mes y medio (el 13 de diciembre), mientras que, para el arranque formal de las campañas, de acuerdo con la fecha más próxima, faltan alrededor de cuatro meses (el 2 de marzo). Así es, al grito de a quien madruga Dios le ayuda, las y los aspirantes hacen toda suerte de artimañas para, de manera formal, no violar los plazos.
Y en seguida surge la pregunta: ¿de dónde sacan estas personas el dinero que les permite financiar esa propaganda que, por cierto, no tiene ningún contenido en tanto que su único objetivo es posicionar su nombre en la mente de la gente? La respuesta es fruto del sospechosismo. Bien pudiera ser que se hayan dado el tiempo y el modo para engordar bastante al cochinito, pero también existe la posibilidad de que cuenten con el apoyo de padrinos o madrinas que en su tiempo les habrán de cobrar la ayuda. En el peor de los casos, los patrocinadores pudieran ser organismos empresariales o grupos malosos a quienes en su momento habrán de favorecer para corresponder a los favores recibidos.
Esto que señalo es hoy mucho más evidente en el caso de los pretendientes a ser postulados por Morena. Su urgencia de que la gente los conozca, aunque sea sólo de nombre, es motivada porque el partido seleccionará a sus candidatos a través de encuestas que se aplicarán o están siendo aplicadas entre la población en general. Por el lado de los partidos que conforman el denominado Frente Amplio (de amplio sólo tiene el nombre y el hecho de que está conformado por el PAN y lo que queda del PRI y del PRD), la decisión de plano la tomará la plana mayor de esos partidos, es decir, utilizarán ese método al que los del blanquiazul le llaman “por designación”.
De una u otra manera, es decir a través de las encuestas o mediante la “designación”, a los ciudadanos, temprano o tarde, no nos quedará ninguna otra alternativa más que la de elegir a quien ocupará cada uno de los cargos seleccionando a una persona de entre las dos o tres que nos habrán propuesto las dirigencias partidarias; en un caso, sin involucrar para nada a la gente «por designación», o después de una consulta bastante restringida, «la encuesta».
A la actual legislación electoral de plano, en los hechos, el proceso de selección de candidatos la ha rebasado. Ese marco funcionó relativamente bien durante esa etapa en la que la democracia se circunscribía al momento en que la gente acudía a las urnas para depositar su voto.
Hoy las cosas han cambiado sustancialmente. Muy distinta es ahora la idea de lo que es nuestro país, la concepción de lo que representamos nosotros mismos como integrantes de un pueblo vivo, pujante y responsable, y el grado de esperanza de que el futuro sea mejor para las próximas generaciones. Es necesario ensanchar la democracia. En el plano electoral, los candidatos deben surgir a partir de un proceso en el que la gente participe activamente desde abajo, de manera que los cargos de elección los ocupen personas honestas y capaces y no los advenedizos y arribistas que tanto daño nos han causado.
* Esta es una colaboración del Colectivo Miguel Hidalgo de Celaya, Guanajuato, al que pertenece el autor.
Foto de portada: Wikimedia Comons.
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