Agustín Galo Samario / SomosMass99
León, Gto. / Domingo 22 de noviembre de 2015
Jesús Robles Maloof, activista por los derechos humanos, sin aludir directamente a la falta de unión, estima que quienes integran los movimientos sociales “debemos cambiar un poco” y entender que no se trata de que todos estén de acuerdo en todo. Por ello lanza una propuesta mínima: que “los mexicanos de bien que piensan que este país ya tocó fondo” construyan un acuerdo nacional contra la desaparición forzada.
Robles Maloof acudió la reciente semana a la presentación en la Universidad Iberoamericana León del Informe 2014-2015 de Amnistía Internacional: La situación de los derechos humanos en el mundo. El director de esa organización, Perseo Quiroz, expuso que uno de los más graves problemas que afectan a México es, precisamente, la desaparición de personas.
Entrevistado por SomosMass99, explicó que si bien no es posible que todos coincidan en la misma idea de país que queremos o votar por un mismo partido, si se puede llegar a un acuerdo muy concreto: que no se puede desaparecer personas. “Y si en eso estamos de acuerdo, quien venga desde la autoridad gubernamental, municipal, estatal y hasta la federal, que sepa que todos tenemos un consenso (…), como una muestra de que es un delito de los más graves, de los más lacerantes”.
Comenta que las visitas a finales de septiembre y principios de octubre de una comitiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU suponen un muy serio llamado de la comunidad internacional para que México actúe ante la grave crisis en derechos humanos que se vive actualmente.
“Primero, no se quería reconocer que era una grave crisis. Tuvieron que venir estas instancias internacionales a decirlo a nuestro país y, en ese sentido, creo que es necesario que todas las autoridades, de todos los colores, tomen medidas muy concretas. Y todo debe empezar con abatir la impunidad, es decir, resolver los casos uno por uno, y sobre todo empezar por los que tienen que ver con grandes heridas a la sociedad como la de Ayotzinapa”.
En este caso, y en el contexto del informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la CIDH que en septiembre desveló las inconsistencias del trabajo realizado por la Procuraduría General de la República sobre la desaparición de 43 normalistas en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014, consideró que “no sólo falta remover a quienes encabezaron las investigaciones sino fincar responsabilidades para que se entienda que todas las investigaciones deben tener un alto estándar”. Y no sólo la de los jóvenes de la normal Raúl Isidro Burgos, también las que se tienen que llevar a cabo por las desapariciones de personas en Guanajuato, Tamaulipas, Distrito Federal y en todos los estados.
Cuando se le dice que en su comparecencia en Washington las autoridades mexicanas no parecieron dispuestas a reconocer que hay una crisis de derechos humanos, responde que la sociedad debe hacer su parte. Y es ahí que sugiere que en la sociedad no se puede pretender que todos estén de acuerdo en todo, sino en algo tan concreto como que no debe haber desapariciones de personas.
“Yo lo que creo es que los movimientos y quienes somos activistas tenemos que cambiar un poco, porque no creo que nos lleve a mucho seguir generando discursos parciales. Sí creo que nos duele a todos, vemos a muchos mexicanos perdidos (desaparecidos), pero debemos respetar a otros y respetar también sus contextos, sus dolores, sus causas y entender que vivimos en un país donde nuestro dolor (por) las desapariciones nuestras, las torturas, los presos políticos, no tienen que ver con un resarcimiento personal sino con entender que vivimos en contextos diferentes. Acabar con la idea de que la unidad es que todos estemos de acuerdo en todo, sino que hay que estar de acuerdo en algo muy básico: que en este país no se deben desaparecer personas y que quien haga este cometa este delito, quien participe y quien lo encubra tiene que sancionarse de la manera más grave”.
Porque eso, añade, podría también ayudar a cambiar la corrupción en el trámite de las licencias o con los problemas en el campo. “Demostraría que no hay nadie impune. Si ese delito que es muy grave no se sanciona, todo lo demás no está permitido”.
Robles Maloof estima que es necesario también “un poco de madurez en la sociedad”. “Sí, los políticos ideales no existen”, pero una de las “formas de cambiar, “que no es muy radical y que creo que puede ser buena, es que si un político empieza a sancionar en su municipio, que empieza a cambiar la impunidad, no que sea bueno o que sea perfecto, sino que trata de terminar con eso, hay que apoyarlo, sea del partido que sea. No que prometa, no que se vea bien, no que sea independiente, no, que en su ejercicio concreto termine con la impunidad”.
El problema es que mientras no se sanciona, cualquier gobernador puede permanecer como tal pese a que haya casos de impunidad o incluso se le puede destituir, pero si posee millones de pesos puede vivir libremente alrededor del mundo. En cambio, si se empieza a sancionar “entonces los demás van a ver que ya cambió. Hay que entender que hay dos momentos del cambio: seguir caso por caso –propone unirse a la causa de los 43, no para opacar a los demás desaparecidos sino porque es el caso de desapariciones forzadas más cercana a todos- y que al acabar con la impunidad sí se pueden resolver otros temas. “Es decir, no podemos dar todas las luchas, pero sí creo que (podemos avanzar) a través de la causa de los 43 y de apoyar a gente que en gobiernos pequeños y en gobiernos estatales, que no los he visto por supuesto, empiecen a sancionar”. Por ejemplo, a personas como el diputado de Jalisco, Pedro Kumamoto y a otros “pocos que andan por ahí. Te puedo decir que de los miles (de políticos) que hay, son pocos y por eso digo que hay que apoyarlos (…) y si hacen cosas contrarias hay que acabar con ellos. ¿No va a quedar nadie? Yo creo que no, pero pues esos al menos, ya tenemos ejemplos de que sí se puede”.
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