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Rigoberto Beltrán Vargas*
Lunes 26 de septiembre de 2022
Siendo nuestro pueblo mexicano profundamente religioso y cristiano podemos constatar fácilmente que se han debilitado las grandes exigencias de la moral cristiana; desde el imperativo “No matarás” hasta el consejo evangélico del amor al prójimo.
Veamos. El ambiente de violencia e inseguridad en que actualmente vivimos manifiesta claramente la pérdida del sentido de Dios que lleva al desprecio de la vida del hombre actitud que va en sentido opuesto a la enseñanza del primer mandamiento, “Amaras a Dios sobre todas las cosas”.
Nuestra religiosidad popular otrora tan rica en expresiones hoy está siendo afectada por manifestaciones superficiales que nos están induciendo a tener expresiones supersticiosas e idolátricas, lo cual nos encamina a tomar el nombre de Dios en vano (Segundo mandamiento).
La violencia social se está apropiando de los espacios públicos urge recuperarlos y crear nuevos para santificar las fiestas. (Tercer M).
Las familias con una predisposición violenta influyen en producir relaciones paterno-filiales con características hostiles afectando el cuarto mandamiento.
En América latina y el caribe consecuentemente en México se viene hiriendo la vida social, la convivencia armónica y pacifica; sus manifestaciones suelen ser robos, secuestros, asaltos, feminicidios, desapariciones forzadas y no localizadas… lo cual viene llenando de dolor a las familias y a la sociedad. (Quinto M).
La violencia contra las mujeres ha crecido de manera escandalosa y representa un gran desafío. Esta conducta es tolerada y aprendida socialmente, se relaciona con la comprensión que hombres y mujeres tiene de su masculinidad y feminidad; la economía, el alcohol y las drogas suelen ser una causa, pero sobre todo la raíz ultima es el ejercicio
desigual de poder en la vida familiar y social. El sexto mandamiento nos invita a no cometer adulterio.
La extorción está de moda y ciertamente causa males funestos en toda persona que la sufre. Consiste en la intimidación de una persona mediante amenazas contra la libertad o integridad física propia o de familiares o contra su patrimonio, con el fin de conseguir de ella transferencias de dinero o comportamientos contrarios a su voluntad. “no robaras”. (Séptimo M).
No darás falso testimonio contra tu prójimo ni mentiras. Es el octavo. Es vieja la cultura que se manifiesta en la corrupción e impunidad y el autoritarismo. Urge atacar la anticultura del fraude, de los privilegios de unos cuantos y consolidar procesos e instituciones que permiten la representación de toda la sociedad, a través de métodos trasparentes y de autoridades legítimamente elegidas. (Octavo M).
Noveno. La trata de personas es un delito considerado como la esclavitud del siglo XXI. Consiste en el traslado forzado o por el engaño, de una o varias personas de su lugar de origen; en la privación total o parcial de su libertad; en la explotación laboral o social. Es un delito criminal.
Finalmente, el décimo. No codiciaras los bienes ajenos. El lavado de dinero es el proceso a través del cual es encubierto el origen del dinero generado por actividades ilegales o criminales: tráfico de drogas, contrabando de armas, corrupción, fraude fiscal, malversación pública, extorción y trabajo ilegal.
Mandamientos para la esperanza y cercanía de la paz.
* Rigoberto Beltrán Vargas es presbítero y coordinador del Observatorio Acambarense por los Derechos Humanos Raúl Vera López.
Imagen de portada: Ciencia UNAM.
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