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Pranjal Pandey* / SomosMass99
Lunes 26 de febrero de 2024
El 8 de febrero de 2024, Pakistán celebró elecciones parlamentarias en las que 44 partidos políticos se disputaron 265 escaños de la Asamblea Nacional. Se trataba de la doceava elección general celebrada en el país desde su independencia hace 76 años.
Tras el anuncio de los resultados el 11 de febrero, la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (PML-N), bajo el liderazgo de Nawaz Sharif, y el Partido Popular de Pakistán (PPP), liderado por Bilawal Bhutto-Zardari, se unieron para formar gobierno. Ambos partidos no lograron alcanzar la mayoría. Nawaz Sharif propuso a su hermano menor, Shehbaz Sharif, como candidato a primer ministro.
Partidos y resultados por regiones
La Asamblea Nacional de Pakistán consta de 336 escaños, y se celebraron elecciones para 265 escaños. La elección de un escaño se aplazó tras el fallecimiento de un candidato, mientras que los escaños restantes (60 para mujeres y 10 para minorías) se reservaron a miembros de esos grupos y se asignaron en función de la representación proporcional de los partidos en los resultados electorales.
Según la Comisión Electoral de Pakistán, los independientes apoyados por el partido del ahora exiliado Imran Khan, el Pakistán Tehreek-e-Insaf (PTI), obtuvieron 93 escaños en la Asamblea Nacional. La Liga Musulmana de Pakistán (Nawaz), encabezada por el ex primer ministro Nawaz Sharif, obtuvo 75 escaños. El Partido Popular de Pakistán (PPP), dirigido por el ex ministro de Asuntos Exteriores Bilawal Bhutto Zardari, obtuvo 54 escaños. El Movimiento Muttahida Qaumi (MQM), partido con sede en Karachi, protagonizó una notable remontada al obtener 17 escaños en las urnas, y ha prometido pleno apoyo a la PML-N. Los 26 escaños restantes fueron obtenidos por otros partidos.
En las elecciones provinciales, los candidatos de la PML (N) obtuvieron 138 escaños cada uno de los 296 totales, mientras que los independientes respaldados por el PTI obtuvieron 116 escaños. Además, el PPP obtuvo 10 escaños y posteriormente ofreció su apoyo al partido de Nawaz Sharif. Los candidatos apoyados por el PTI obtuvieron la mayoría en Khyber Pakhtunkhwa, con 84 de los 113 escaños. En Sindh, el PPP obtuvo la mayoría con 83 escaños de un total de 130, mientras que en Baluchistán se votó en una asamblea indecisa.
Maryam Nawaz, hija de Nawaz Sharif, hizo historia al ser la primera mujer nombrada ministra principal de la provincia paquistaní de Punjab.
¿Qué llevó al resurgimiento del PTI?
Estas elecciones se produjeron en un contexto de amplio descontento público dirigido contra el anterior gobierno encabezado por la PML (N) y el PPP. El descontento se debía a su incapacidad para controlar los precios de los productos básicos y hacer frente a los problemas económicos de la mayoría de los paquistaníes.
Además, la detención de Imran Khan, su implicación en múltiples causas judiciales, las condenas que recibió y el hecho de que su partido perdiera su símbolo contribuyeron al caos reinante. No obstante, la opinión pública percibió la persecución de Imran como un atentado contra la democracia, lo que movilizó apoyos y desempeñó un papel importante en los resultados del PTI. Los paquistaníes expresaron su insatisfacción con el papel de los militares en la política, buscando un cambio y un sistema democrático genuino. Imran Khan surgió como el candidato preferido para satisfacer estas aspiraciones.
Cuestiones electorales
En Pakistán, una de las principales preocupaciones de los votantes se centró en el candente tema de la inflación, un factor crítico que ha erosionado significativamente los salarios reales. El salario real es la renta que percibe un individuo por su trabajo, ajustada a la inflación. El salario real medio ha experimentado un descenso sustancial en Pakistán, desplomándose un 13% sólo en el año 2023, lo que ha aumentado la presión financiera sobre la población.
El sector industrial del país se encuentra en recesión y los elevados costes de los insumos actúan como un importante obstáculo. La producción manufacturera de las grandes industrias experimentó una asombrosa contracción interanual del 15% en junio de 2023, debido al elevado coste de la actividad empresarial. Por otra parte, el escenario económico más amplio desde julio de 2022 hasta junio de 2023 indica un declive industrial global del 10,26%, lo que apunta a la intensidad de los retos a los que se enfrenta el sector manufacturero.
La imposición de estrictas medidas de austeridad impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la transición hacia unos precios basados en el mercado han limitado aún más la capacidad de Pakistán para hacer frente a los retos económicos con eficiencia. Este cambio en la política económica no sólo ha afectado al poder adquisitivo de los ciudadanos y ciudadanas, sino que también ha intensificado las dificultades económicas a las que se enfrentan las empresas, especialmente en el sector manufacturero, que es el que más oportunidades de empleo crea.
A esta complejidad se añade la ausencia de un plan global de reindustrialización, lo que deja a la economía sin una hoja de ruta clara para revitalizar su base industrial. La asignación de una parte sustancial del presupuesto, aproximadamente 17.000 millones de dólares, a subvenciones que benefician principalmente a una élite privilegiada aumenta las disparidades económicas dentro del país. Al mismo tiempo, la elevada y persistente tasa de desempleo, que en la actualidad se sitúa en el 8%, subraya los retos a los que se enfrenta la gente común.
En conjunto, estas cuestiones pusieron de relieve el intrincado panorama económico de Pakistán, donde la preocupación por la inflación, el declive industrial, las medidas de austeridad y la distribución de los recursos desempeñaron un papel fundamental a la hora de configurar las perspectivas de los votantes e influir en sus decisiones.
Sin embargo, un notable resultado positivo de las recientes elecciones es la limitada influencia de los partidos religiosos, cuya representación se mantuvo por debajo de los 10 escaños. Esto sugiere una preferencia de los votantes por un panorama político más laico e integrador, que haga hincapié en los intereses nacionales por encima de las afiliaciones religiosas.
Las elecciones celebradas recientemente en Pakistán, consideradas como unas de las más importantes, registraron una importante participación a pesar de las persistentes dudas sobre su imparcialidad. Antes de los comicios, surgieron dudas sobre la imparcialidad de la Comisión Electoral, que negó al PTI su símbolo, y sobre la constante “persecución” de Imran Khan. Varias peticiones impugnaron los resultados de las circunscripciones electorales tras las elecciones generales, alegando problemas con los formularios 45 y 47, cruciales en el proceso electoral pakistaní. El formulario 45, en el que se registran los votos en los colegios electorales, incluye datos vitales que se remiten al funcionario encargado de las votaciones para obtener los resultados definitivos. El formulario 47 ofrece una visión provisional antes de la confirmación oficial, consolidando los datos del formulario 45. El PTI expresó su preocupación por el hecho de que sus agentes electorales no recibieran el formulario 45 y por las importantes discrepancias entre los resultados del formulario 47 y la información detallada del formulario 45 en varios casos.
Los llamamientos a la unidad de figuras políticas y militares ponen de manifiesto la tensa relación entre civiles y militares. Por desgracia, ninguno de los partidos políticos presentó un programa alternativo sustantivo. Las cuestiones críticas pasaron a un segundo plano en los debates. En su lugar, la atención se ha centrado desproporcionadamente en las personalidades de Imran Khan y Nawaz Sharif, convirtiendo toda la narrativa electoral en un concurso de carisma.
Asif Ali Zardari se prepara para un posible segundo mandato como presidente. Imran Khan ha advertido contra la “desventura” de establecer un gobierno basado en “votos robados”, afirmando que tal manipulación electoral no sólo faltaría al respeto a los ciudadanos, sino que empeoraría el declive económico del país.
Persisten las incertidumbres sobre los beneficios tangibles para la población, como el aumento de los ingresos de agricultores y trabajadores prometido, la prevención del derrocamiento del gobierno por los militares y las posibles sorpresas de Imran Khan. En medio de numerosas preguntas, las respuestas siguen siendo esquivas, dejando a la población enfrentada a los desafíos mientras las élites construyen sus castillos.
* Pranjal Pandey, periodista y editor residenciado en Delhi, ha editado siete libros sobre diversos temas disponibles en LeftWord. Puede consultar sus contribuciones periodísticas en NewsClick.in.
Este artículo ha sido producido por Globetrotter.
Foto de portada (ilustrativa): Democracy Now!
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